LA NOCHE NOS DEVORA
Publicado en Aug 06, 2012
Qué noche de brisas y de sombras;
de tremolar de cirios y de aromas; de palpitar de astros; agonizante luna; acechar de inviernos y de pieles desnudas. Salivar de tinieblas ante incautas presas, en derredores turba, eleva sus afluencias, y cual albos colmillos detrás de las ventanas, brillan diez mil luceros tachados de neblina. Se embarcan las cortinas en una travesura, etéreas se acunan frente a la noche oscura, dejando brechas francas para la seducción. Qué noche de brisas y de sombras; de tremolar de cirios y de aromas; de palpitar de astros; agonizante luna; acechar de inviernos y de pieles desnudas. Susurra melodías, no cualquiera de ellas: Se escucha el cantar de una fría llovizna inspirando el soñar de todas las doncellas pintando cual el más diestro de los artistas, escenas que dan muerte a todo amanecer y aún en la vigilia el ensueño la envuelve, emerges empujada entre un mar de cobijas, su piel tan blanca y pura brillando de candor. Qué noche de brisas y de sombras; de tremolar de cirios y de aromas; de palpitar de astros; agonizante luna; acechar de inviernos y de pieles desnudas. El verla allí tendida, toda cuerpo humano, -famélica la noche, afila sus colmillos separando las fauces de pujantes abismos-, todo lo antes vivido parece tan mundano. Y yo en esta visión advierto un paraíso. Mientras la noche ciñe su exótico calor, Calor de frío efluvio, en tus muslos, en tus labios. Qué noche de brisas y de sombras; de tremolar de cirios y de aromas; de palpitar de astros; agonizante luna; acechar de inviernos y de pieles desnudas. El aire me susurra: ¡Besa, besa y calla! Y la lluvia demanda todas las caricias; la noche es un velo para ver con el alma, pues la luna ilumina tan solo las miradas. Recóndito lugar de raras lejanías, de refugios inquietos y perdidos de cuerpos envueltos de azabache, dichosos de cumplir sus letanías. Frío calor noctambulo.
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Lucy reyes
Me gusta mucho tu forma de escribir. Cordial saludo Lucy
Francisco Perez
Azorin
"Salivar de tinieblas ante incautas presas,
en derredores turba, eleva sus afluencias,
y cual albos colmillos detrás de las ventanas,
brillan diez mil luceros tachados de neblina.
Se embarcan las cortinas en una travesura,
etéreas se acunan frente a la noche oscura,
dejando brechas francas para la seducción."
Uno llega a tener una idea de lo que se quiere expresar con la última palabra. Y resulta genial la retrospectiva necesaria. Ésa estrofa posee casi todo el motivo del título del poema a mi parecer. Conclúyes con una estrofa bastante menos lograda que las previas, pero con una belleza que llega desde la sutileza del lenguaje utilizado, el empeño estético se nota y lo aplaudo:
"El aire me susurra: ¡Besa, besa y calla!
Y la lluvia demanda todas las caricias;
la noche es un velo para ver con el alma,
pues la luna ilumina tan solo las miradas.
Recóndito lugar de raras lejanías,
de refugios inquietos y perdidos
de cuerpos envueltos de azabache,
dichosos de cumplir sus letanías."
En cuanto a la estructura, es bastante simétrica, original: El coro se repite entre estrofas, dos de siete y dos de ocho intercaladas más un verso que me parece es huérfano y da un carácter condensador a todo el contenido. El ritmo es un tema que da mucho análisis en este poema, es muy logrado, con ciertas fallas en cuanto a la rima, pero que en general deja una cadencia bastante contagiosa y clásica, así como la estética en general, ortodoxa pero a la vez moderna, pues hay ciertos elementos de ambas en tu composición. Agregar una métrica un poco más pulida a tu poema, quizás le haga ver excelente; din duda es un buen trabajo con excepción de los traspiés de puntuación y rima, y creo que el poema puede condensarse, hay cierto versos que creo innecesarios, quizás si relees te puedas dar cuenta, o quizá esa conclusión vea de mi limitada e individual visión del poema. Seguiré leyendo. Saludos
Azorín.