Velando al amigo
Publicado en Jul 28, 2009
Velando al amigo
Cerca del mediodía, veloz el automóvil, cuan monstruo devoraba distancias y en complicidad el negro y brillante asfalto se fagocitaba el caucho de las ruedas, eso sí con mas calma. Un sol primaveral caía con la gracia y el sabor de un día espléndido sobre nosotros. La carretera, esa serpiente de mil kilómetros aunque impávida estaba llena de vida artificial y natural: automóviles de todo tipo cruzaban a diferentes velocidades, coches, camiones, camionetas, ómnibus... Charlábamos comentando el escenario y la tranquilidad del día y de pronto cuan un cuadro macabro a pesar de todo tuvimos el tiempo suficiente para ver la tragedia, un perro muerto al borde la ruta. Pero, no era un perro muerto mas de los tantos que vemos indiferentes en las rutas. Este tenía la particularidad que estoico su amigo lo velaba. Sentado sobre sus traseras el pichicho parecía esperar que su amigo de correrías se despertara y adiviné una lágrima en sus ojos. Fuimos a visitar a mi madre y ya cuando caía la tarde; entre luces que se resistían a ceder el paso a la oscuridad, con un sol que sucumbía tras el horizonte cruzamos nuevamente por el lugar. Y aunque parezca increíble aun estaban allí inmóviles el perro muerto y su amigo velándolo. Aprendí dos cosas, el perro no solo es fiel a su amo humano sino también a su especie. Y la otra, supe una verdad que tal vez solo a mí me fue develada: los perros también lloran.
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Diego Lujn Sartori
Aleida
aprecio
tu
comentario
saludos
Diego
ALEIDA
Me encantan los perros y he visto muchos cuadros de estos, donde los conductores indolentes prefieren no perder su ritmo y arrollar a quien se le cruce.
Un beso
Diego Lujn Sartori
Diego
Mar Sal
Te invito a leer un texto que escribí yo, con ciertas similitudes... se titula "En defensa de la Naturaleza"
Un afectuoso abrazo
Mar
francisco
francisco