Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -48-
Publicado en Aug 19, 2012
Luz Celeste y Jota Jota caminan ahora por un espacio abierto en medio de la selva, pero rodeados de una alta espesura de árboles, arbustos y vegetación intensamente verde.
- Escucha, Luz Celeste, no te separes ni un centímetro de mí. - Sé que te gusto muchísimo pero... ¿tanto como para no separarme ni un centímetro de ti no te parece excesivo? ¿Quieres darme a entender, una vez más, que prefieres estar pegado a mi cuerpo? - Eso no me disgustaría en absoluto, pero lo que te estoy queriendo decir, ahora y en este momento, es que no te alejes demasiado de mi persona porque es peligroso y te puedes llevar un disgusto muy serio. En la selva, de la que tú conoces mucho más que yo, es lógico que el peligro puede surgir en el momento más inesperado. A Luz Celeste le entra la risa antes de continuar dialogando con Jota Jota. - ¿Conoces tú la selva amazónica mejor que yo? - No. Pero conozco los peligros de la vida no mucho mejor que tú sino muchísimo mejor que tú. Ella se pone tensa y un poco asustada... - ¿Crees que puede haber algún canibal por aquí escondido? - Quizás sí o quizás no. - ¿Qué quieres decir con quizás sí o quizás no? Contesta sí o no porque estoy preocupada. - Posiblemente sea algo peor que un caníbal. - ¿Una tribu entera de caníbales? Ahora el que se ríe con ganas es Jota Jota. - No. Una tribu entera no. Pero puede ser una serpiente yarará por ponerte solo un ejemplo. No sería la primera vez... Ella no hace caso de la recomendación de Jota Jota y toma una cierta distancia sobre él cuando, de repente, aparece el Gran Yaguar ente ella. Luz Celeste se queda paralizada por el miedo. Jota Jota está todavía bastante lejos de Ella pero ve la peligrosa escena. - No te muevas antes de que llegue yo a tu altura. - Espèro que llegues a tiempo... El Gran Yaguar no está dispuesto a perder la presa que cree ya en su poder y se lanza hacia Luz Celeste con toda la agilidad de su felina condición, mas Jota Jota aplica sus ocho sentidos en toda plenitud y es todavía más rápido que el Gran Yaguar cruzándose en la trayectoria entre éste y su bellísima y jovencísima esposa. El Gran Yaguar y Jota Jota caen rodando por el suelo mientras Luz Celeste no puede hacer ya nada por evitarlo. - ¡Rápido, Jota Jota! ¡Liquídalo tú a él antes de que él te liquide a ti! A Jota Jota no hay que decirle dos veces una misma orden y, haciendo caso a Luz Celeste, con una agilidad sorprendente saca su afilado cuchillo metálico que lleva sujeto a su cintura y lo hunde, hasta la empuñadora, en el corazón del Gran Yaguar que queda mortalmente herido. - ¡Tienes que rematarlo porque herido es todavía más peligroso! Jota Jota remata al Gran Yaguar dándole un rápido y certero tajazo en el cuello a la altura de la vena yugular. El Gran Yaguar, dando espasmos espantosos mientras lanza terroríficos rugidos, muere definitvamente. Jota Jota se levanta del suelo y comienza a limpiarse la ropa manchada de polvo. - ¡Ya está, Luz Celeste! ¡Asunto acabado! - Pero casi te acaba él a ti para siempre. - A éste ya no le vuelven a entrar ganas de atacar a ninguna chavalilla guapa. Luz Celeste suelta una carcajada... - ¿Y las que no son guapas? - Eso es harina de otro costal... - ¡No seas malo, Jota Jota! - Bueno. A una chavalilla que no fuera guapa pero que me respetase como Dios manda, también la defendería. - ¿Cómo es eso? ¡Explícame eso para que pueda entenderlo! - Pues que resulta que he conocido algunas chavalillas más bien feas que me insultan y me faltan al respeto como si yo fuera el culpable de sus pocos dones de belleza y claro... no voy a ser tan tonto como para arriesgar mi vida por ellas... ¿lo entiendes ahora? - ¿Es que existen chicas así? - Te cuento la verdad. Hay chicas feas que me culpan a mí de que no tengan gracia alguna... porque si fuesen feas pero fuesen graciosas todavía podría hacer algo por ellas... pero es que a algunas se les juntan el hambre con las ganas de comer. - ¡No me digas que te ha sucedido eso! - Como me llaman Jota Jota que es cierto. - ¿Qué se les ha juntado el hambre con las ganas de comer porque son feas sin gracia alguna? - Tú lo has dicho. - ¡Anda, adán! ¡Ven aquí para que te limpie un poco porque tienes la ropa llena de polvos! - Eso lo dirás en el buen sentido de la palabra... ¿verdad, Luz Celeste? Ella vuelve a reír con ganas. - Lo digo porque es verdad. Si tuviese un espejo te lo demostraría dejándote mirar en él. - Ya sé que soy atractivo y hasta guapo... pero no... gracias... no necesito mirarme en un espejo para poder comprobarlo. Nací así y, afirmo, que yo no tengo culpa alguna de haber conocido, entre muchas chavalillas guapas, a unas cuantas que, además de feas o tirando a feas, tienen tan poca gracia que parecen bodrios con ojos. - ¡Te repito que no seas malo, Jota Jota y ven acá de una vez por todas! - ¡Voy a tu lado pero lo dicho dicho está porque es verdad! ¡Por una feota con gracia yo haría lo mismo que he hecho por tí... pero por una feota sin gracia y que además me insulta por eso, sin tener yo la culpa, que la zurzan porque no arriesgo ni el dedo meñique tan siquiera! - Llevas toda la razón, Jota Jota, paro haz el favor ya de no hablar tanto y ven aquí... Al acercarse Él a Ella, Luz Celeste descubre la herida que tiene en la parte derecha de su rostro. - Tienes un rasguño en la mejilla derecha. Es algo profundo pero ahora verás de lo que yo soy capaz de hacer en estos casos de primeros auxilios. - Déjala, Luz Celeste. Ya cicatrizará en muy pocas horas o muy pocos días. Tengo una excelente sangre y todo porque seguí, desde muy niño, los sabios consejos de mi abuela de comer, de vez en cuando, cebollas crudas con pan y sal. - ¿Cebollas crudas? - A veces también solamente cebollas crudas sin pan y sin sal para que surtiesen mayor efecto en la sangre. - ¿Pero que te quede una cicatriz no te importa? - Lo que me importa es tu vida. Tú eres la persona principal. Mi vida es de segunda división y la tuya es de primera. Algo así como si yo fuera un futbolista del Real Murcia y tú una futbolista del Real Madrid. Los dos reales por cierto, y no imaginarios como pueden pensar algunos envidiosos, pero tú de primera clase selecta y yo de clase popular nada más. - ¿De qué me estás hablando? ¿Qué clase de parábola es esa? - De fútbol. Es una parábola futbolística. Si en la época de Jesucristo hubiese existido el fútbol seguro que hubiese dicho esta parábola y la hubiese explicado. - Entonces... ¿me la puedes explicar? - Imposible. Está más claro que el agua si se te mira a ti bien mirada y se me mira a mí bien mirado. - ¡Jajajajaja! ¿Es que te gusta tanto eso que llamas fútbol? ¿Qué es el fútbol? - Un deporte de pelotas tan grandes que las llamamos balones. - ¡Jajajajaja! Yo el único deporte de pelotas que conozco es el tenis. ¿Al fútbol se juega con pelotas grandes? Ahora el que se ríe es Jota Jota. - Frío... frío... - ¿Con el calor que hace aquí tienes frío? - No. Que digo que no das ni una. - Me doy por vencida. A no ser que sea... - ¿Qué estás imaginando? - Darte de patadas con tus amigotes. - Frío... frío... - ¡Dímelo, por favor! - Quizás no te guste mucho saberlo. - ¿Es algo malo acaso? - No. Es lo mejor que hay en la vida después de vosotras. - ¡Ya lo sé! ¡Beber vino en bota de cuero curtido! - Frío... frío... - Ahora si que no lo entiendo. ¿A qué te estás refiriendo? - A las chicas guapas, muy guapas y super guapas como tú... porque no me insultan... Ella hace como que está enfadada, que es una reacción muy propia de las chicas bellísimas cuando se les dice la verdad, pero Él, haciendo otra vez alarde de sus extraordinarios reflejos, evita la bofetada. - ¡No seas tonto! No te quería dar una bofetada sino ver cómo está esa herida. Luz Celeste coge entre sus dos manos, suave y cariñosamente, la cabeza de Jota Jota y observa la herida... pero no parece muy preocupada... - ¿Has conocido tú a muchas chicas bonitas? - He conocido a muchas chicas´muy bonitas bajo el sol y bajo la luna... pero ninguna tan bonita como tú. Más bonita que tú es imposible que exista una chica por muy bonita que sea. - Pero... ¿te gustaron mucho? - Era como ir de estrella en estrella pero tú eres la más bella. He conocido a más de una pero como tú ninguna... como tú ninguna... como tú ninguna... y si quieres te lo digo cantando. - No seas tonto. Te creo. Mirándote a los ojos descubro que no me estás mintiendo aunque no sea yo la más bella. - Es que eso no es cierto.Objetivamente hablando... y dejando de lado que ya sea tu esposo... no he conocido a ninguna más bella, bonita y sexy que tú y eso que he conocido chicas verdaderamente atractivas... pero como tú a nadie. Ella entonces aprovecha la ocasión para darle un pequeño beso en la boca y vuelve a inspeccionar la herida. - ¿Qué tal, Luz Celeste? ¿Es cosa seria? - ¿Quién? ¿La herida o yo? - Ya sé que tú eres cosa seria. Pregunto si la herida es grave. - No. Es mucho más superficial de lo que en principio pensé... lo que sucede es que la sangre que sale de ella me confundió y creí que era profunda. - Si queda alguna cicatriz no me importa tenerla por ti. - Es muy superficial pero muy interesante. Te hace hasta más sexy, Jota Jota. - Pues a ´mí me parece que quien me hace más sexy eres tú y solamente tú. - ¡Me estoy refiriendo a la herida, tonto! - ¡Ah, bueno! ¡Creí que te estabas refiriendo a lo otro! - ¿Qué es lo otro? - Lo que nadie puede definir cuando existe el amor entre un solo hombre y una sola mujer. Por eso no te lo puedo explicar. Por si no lo sabías yo no soy Diógenes el Sabio. - ¿Quién es ese tipo de nombre tan gracioso? - ¿Te parece gracioso llamarse Diógenes? - Bueno... la verdad es que es un nombre algo ridículo... ¿quién es? - Fue. Ya no es. - ¿Cómo puede ser eso? - Murió hace miles de años y era de Sinope para no confundirle con Laercio. - ¿Y qué tenía ese tal Diógenes para ser tan sabio? - Nada de particular. Era más bien simplón. - Cuenta... cuenta... - Diógenes de Sinope, y no Diógenes Laercio que era otro que también estaba mal de la cabeza pero un poco menos, fue, según dicen los más entendidos que se creen que lo entienden todo, el sabio más cinico cautivante, al punto de que su figura, bastante contrahecha por cierto y si no lo crees busca sus fotografías en algún libro a todo color, se ha convertido en una leyenda pero no viva sino muerta. Fíjate si estaba mal del coco que vivía en un tonel... y eso que decían que era el más sabio de su época... así que figúrate dónde deberían de vivir los más tontos de aquel entonces. - Cuenta... cuenta... no pares... Luz Celeste se tapa la boca para que no le vea Jota Jota que se está empezando a reír. - Su aspecto era descuidado... tan descuidado que no era ni aspecto tan siquiera... o sea... quiero decir que su aspecto era más que aspecto un espectro... ¿sabes lo que es un espectro? Ella ya no puede disimular su risa por más tiempo. - ¡Jajajajaja! ¡Sí lo sé! ¡Un fantasma! Cuenta... cuenta... - Efectivamente, Luz Celeste... era un fantasma de esos que tanto abundan hoy en día de estilo burlón porque no se miran nunca jamás a un espejo... - ¡Jajajajaja! Sigue... si es que hay algo más que pueda ser tan interesante... - Por supuesto que hay algo más interesante. ¡Era un transgresor! - ¡Atiza! ¿También era anarquista? - Si no era anarquista poco le faltaba para serlo. Debe ser, quizás, que los anarquistas son la evolución humana de Diógenes de Sinope. O sea... partiendo de Diógenes de Sinope podemos llegar hasta Bakunin... que es la última fase de la evolución de los anarquistas. - ¿Y qué más? - ¿Te parece poco lo del pavo ese? - ¿Te refieres a Diógenes o a Bakunin? - Los dos son muy parecidos; porque Bakunin, si ves bien sus fotografías, parece una calcomanía de Diógenes de Sinope... ¡y qué fea costumbre tienen los ácratas de ser calcomanías; o sea, tener la manía de calcar a los animales en vez de respetar a la civilización humana! ¿Sigo? - ¿Es que hay más? - Por supuesto. Puedo tirarme horas enteras hablándote de Diógenes el Sabio. Por ejemplo, Platón llegó a decir de él que era un Sócrates que se había vuelto loco, claro que Sócrates tampoco estaba miuy bien dee la chinostra que digamos. - ¿Qué lenguaje es ese, Jota Jota? Por favor... no digas palabras groseras. - ¿Chinostra es una palabra grosera? - Sí. No sé lo que significa pero debe ser algo muy serio. - Estar mal de la chinostra es sinónimo de loco. - ¡Ah, bueno! ¡Por un momento creí que era sinónimo de mariposa! - ¡Jajajajaja! Pues también puede ser... porque si te das cuenta los mariposas y digo los mariposas y no las mariposas que no tienen culpa ninguna, también están bastante tocados. - ¿Cómo que tocados? - Si. Tocado entre sí se sobreentiende. Luz Celeste ya no puede dejar de reir pero se recupera y empieza a limpiarle la sangre con un pequeño y suave pañuelo que saca del bolsillo derecho de su pantaloncito. - ¿Quizás te ha hecho efecto el beso que te he dado? - Sí. Eso es. El beso. Ha debido ser que tu beso me ha despertado la memoria histórica... Ella le da otro pequeño beso en la boca que lo deja más afectado todavia. - Si quieres puedes repetir. - ¡Se acabó lo de los besos por ahora! Esto es solamente un rasguño casi sin importancia pero hay que tener cuidado de que no se te infecte. - ¿Y qué podemos hacer para evitarlo? - Hay por aquí algo mucho mejor que el agua oxigenada y el alcohol. - ¿Algo mejor que el agua oxigenada y el alcohol? - Muchísimo mejor. Por aquí abundan las andirobas, los capinurís. las copaibas. los guacos, los morurés, los samangos... - Y todo eso... ¿qué es y para qué sirve? - Ahora lo verás. Estas andirobas que están a mi lado servirán. - ¿Qué son las andirobas? - Se llaman también carapas y son unas plantas meliáceas, de flores, como ves, pequeñas, blanquecinas, carentes o semicarentes de pies o soporte alguno, influorescentes y que, ahora lo comprobarás por ti mismo, dan unos frutos en forma de castaña de cuatro lados y de cuyo interior extraemos una especie de glándulas que, al exprimirlas, sueltan una cierta cantidad de líquido que es buenísimo para la piel. - ¡Caramba! ¡Por eso iban tan pintados los guerreros del Pueblo Puka cuando nos descubrísteis a Carmen y a mí en la selva! - ¡Exacto! ¡También sirven para pintarse la piel! Pero yo ahora lo voy a usar para limpiar tu herida. - ¿A ver si te vas a equivocar conmigo porque hay por aquí también plantas muy venenosas según he leído yo en algunos libros! - Pero no estas precisamente... - ¿Y qué de especial tienen estas andirobas que no tengan las demás? - El contenido de sus frutos también sirve para otra cosa... - ¡Cómo que para otra cosa! - No te alarmes, Jota Jota. Hay una especie de andirobas, que son precisamente estas que estás viendo que estan a nuestro lado, cuyo líquido no sólo sirve para limpiar heridas sino para cicatrizarlas inmediatamente y hasta hacerlas desaparecer. - ¡Pero si yo lo único que deseo en este mundo es que tú no desaparezcas nunca de mi lado! - ¡Gracias por el piropo pero a mí lo que me interesa ahora es que tu rostro quede completamente limpio y sin ninguna clase de cicatriz por pequeña que sea. No me gustan los hombres que tienen cicatrices en sus rostros para parecer más duros... como hacen algunos machos de mi Pueblo Puka... porque los hombres duros no los soporto. No soporto a hombres que no saben llorar como tú. - Entonces... ¿fue por eso por lo que te despertaste anoche? - Sí. Pero sucedió algo muy extraño. Me acariciaste y me quedé otra vez profundamente dormida. Tienes algún poder milagroso en tus manos pero yo no me quedo atrás... - Está bien.No hablemos más para no perder tiempo. Limpia si quieres mi herida. El beso puede esperar esta vez pero no por mucho tiempo. - De acuerdo. Ahora quédate completamente quieto, si es que puedes, para que pueda manejar mis manos con total libertad. - Pero si ya estoy totalmente quieto... - Eso es. Totalmente quieto quiero que estés. Ahora verás lo que hago yo con estos vegetales en mis manos y verás cómo también mis manos hacen cosas milagrosas. - Veamos si eres capaz de igualarme... - ¿Te refieres a las dos partes de tu rostro? - Me refería a otra cosa... pero sí... también a eso... - Pues deja de decir ya tantas tonterías y verás que sí puedo hacerlo. Te va a escocer bastante pero supongo que resistirás... Una vez quieto y callado Jota Jota, Luz Celeste exprime varios frutos de andirobas para limpiar la herida. El fuerte escozor lo resiste Jota Jota sin lanzar absolutamente ninguna queja. - ¡Eres muy valiente, Jota Jota! - No me importa el dolor si proviene de ti. Es un placer añadido a la dicha de poseerte. Nadie jamás me había acariciado en mi vida. - ¿Ni tu propia madre? - Ni mi propia madre... o por lo menos de la manera tan dulce como lo haces tú... Ella contempla un poco de tristeza en los ojos de él. - ¿Tanto te faltó el cariño en tu infancia? - No importa. - ¿Y cómo es que siendo tan atractivo y hasta guapo y conociendo a chicas tan atractivas y tan guapas ninguna de ella se atrevió aunque fuese solamente a acariciarte? - No importa. - Pues ni lo puedo comprender ni lo puedo entender. - No importa. - ¿Cómo repites tantas veces que no importa? - Quiero decir que no importa porque te tengo a ti para todo eso. Mientras ella se dedica a seguir limpiando la herida para desinfectarla totalmente con la mano derecha, con la izquerda acaricia la mejilla izquierda de Jota Jota. - Por eso no importa. - ¿Qué quieres decir ahora? - Que no me importa que ninguna otra, por muy guapa que fuese, me hiciera el favor de acariciarme. Mereció la pena esperarte... - ¿De verdad no te importa que nunca te acariciase una chavala o una mujer? - Cuando recuerdo cosas de esas siempre hablo en serio. No me importa. - ¿Cómo puedes decir eso? - Porque me entretenía en otras cosas mejores. - ¿Cosas mejores que una chavala muy guapa te acariciase dulcemente? - Sí. Cosas mejores como era soñar que tú lo hacias desde que éramos solo dos niños. - ¿Y mientras tanto qué pasaba en la realidad? - Mi realidad era soñarte siempre. Lo demás consistía es estar siempre sano y practicar cosas como el deporte y algunos juegos para llenar mi soledad. Luz Celeste vuelve a descubrir una pequeña sombra de tristeza en los ojos de Jota Jota. - No te confundas, Luz Celeste... no te confundas conmigo... - ¿A qué te refieres? - A que nunca he sido ni un niño triste ni un joven triste... así que esas sombras que ves en mis ojos no son de tristeza sino de bohemia... porque los han bañado muchos rayos de luna mientras pensaba en ti. Siempre he sido feliz esperándote. Luz Celeste sigue limpiando, amorosamente, la herida del rostro de su esposo Jota Jota mientras sigue dialogando con Él. - ¿De qué tienes nostalgia, Jota Jota? - Mi nostalgia es como esta herida. Muy superficial. No me ha dejado nunca huella alguna dentro de mi alma. - ¿Y dentro de tu corazón? ¿Dejó alguna herida dentro de tu corazón? - Reconozco que, a veces, pero sólo por unos momentos de vida nada más, mi corazón sufrió por algunas pequeñas dificultades. - ¿Amorosas tal vez? - Si te refieres al desamor podríamos decir que sí... pero eran tan breves y pasaban tan rápido que tampoco se puede decir que fuesen desamores porque los superaba sin más problema ya que siempre supe que estabas tú... asi que no es lo que te imaginas. - ¿Qué crees tú que estoy imaginando yo? - Que puedes estar creyendo que tuve relaciones amorosas con alguna de ellas. Y no es cierto. Mi corazón sufrió decepciones nada más... fueron dolorosas pero no fueron imposibles de superar, - ¡Eres muy valiente, Jota Jota! - No tan valiente. A veces he tenido que llorar... a solas... - Pues eso es ser más valiente que lloriquear sobre el hombro de algún amigo mientras bebes trago tras trago para intentar olvidar un desamor. - Bueno. Algunos creen que es normal lloriquear el desamor bebiendo alcohol hasta quedarse, al final , lloriqueando sobre el hombro de un amigo. Si es lo normal yo no soy tan normal como ellos. - ¡Claro que no eres tan normal como ellos! ¡Eres mucho más normal que ellos! Y eso es lo que te hace ser especial para mí. - Si soy tan especial para ti lo demás no tiene, ni ha tenido nunca, importancia... por lo menos que fuese tan duradera como para decir que influyó en mi vida... - ¿Cómo me puedes explicar eso? - Escucha, Luz Celeste. Hay quienes no pueden superar un éxito pero hay quienes podemos superar cien fracasos. ¿Comprendes la gran diferencia? - Lo comprendo y lo comparto y ahora quédate otro momento quieto porque es la fase final de la limpieza de tu herida. ¿De verdad no te importó alguna vez tu soledad? - ¿Quieres que te sea sincero? - Siempre sincero, Jota Jota... - Fui muy feliz porque era muy grande mi soledad. ¿Sabías que los que hemos tenido que vivir grandes soledades por ser grandes soñadores hemos sido siempre muy felices? - ¿Qué clase de felicidad puede ser esa? - La felicidad más completa de todas. La felicidad que empieza por fe, La felicidad que te sirve para imaginar un amor puro, limpio, verdadero. La felicidad que supera las envidias y se transforma en paz cuando, cansado de tantas dificultades, duermes fácilmente y sigues soñando con tu chavalilla de 16 años de edad. La felicidad que descubro en tu mirada, en tu rostro, en tu cuerpo... - Totalmente de acuerdo en que así sois los grandes soñadores que más nos gustan a las chavalillas guapas.... pero... ¿que pasó entonces?... ¿no te producía tristeza cuando lo tuviste que experimentar? - No me dio tiempo ni tan siquiera para pensarlo. Estaba tan lleno de vida por ti que no me dio tiempo a sufrir verdaderamente aquellas soledades. Las vivía pero no las sentía porque quedaban en la piel, como una cicatriz experimental y superficial nada más. En verdad que nunca formaron parte de mi personalidad ni de mi existencia. Estaba yo demasiado ocupado en soñar contigo. - Una cosa quiero que sepas, Jota Jota. ¡Has tenido recompensa por soñarme tan bella! - Ya lo ves. Mereció la pena todo aquel cúmulo de soledades. Las soledadades primeras de mí mismo me fortalecieron para ser yo mismo y no como otros que se empeñaban en que yo fuera como ellos. Quienes nacemos con una estrella solamente no necesitamos más que una estrella para ser eternamente felices. Por ejemplo, en mi caso, mi única estrella se llama Luz Celeste. ¿Sabes a quién me estoy refiriendo o te doy alguna otra pista para que lo aciertes si te digo que está viviendo en la selva amazónica y cerca del Edén? - ¡Jajajajaja! Me gusta hasta tu sentido del humor porque es original pero, sobre todo, es sano y limpio de cualquier malicia. Quizás sea porque estuviste muy solo... ¿verdadero o falso? - Verdadero. Pero olvidas que hay una soledad que es necesario vivirla para encontrar a una sola compañera y amiga y que siga siento tu amante esposa al mismo tiempo. O sea, tres sentimientos profundos reunidos en un solo cuerpo y un solo espíritu de mujer. La soledad es la primera magnitud humana que debe experimentar un hombre para alcanzar la felicidad. Algunas veces hay que mirar a la soledad en la vida y es mucho mejor mirarla antes de conocer a la mujer amada que después de haberla conocido. Si alguna vez un hombre siente esa soledad se puede decir que es un hombre verdadero. - ¡Atiza! ¿Cómo puedes filosofar de esa manera? ¿En qué universidad has aprendido eso? - En la UCI de la existencia. - ¿Cómo dices? - En la Unidad Central de Inteligencia del CNI. - ¿Y qué es el CNI? - El Centro Nacional de Inteligencia de mi país. - ¿Eso has desarrollado dentro de tu corazón? - Supongo que lo sabes mejor que yo... - Quizás sí o quizás no. Supongo que por eso te pedía auxilio. - Esta bien. Aclarado el asunto... ¡vámonos ya de aquí y sigamos buscando! - Espera. Todavía tengo el reto de demostrarte que soy capaz de hacer con mis manos lo mismo que tú haces con las tuyas. Vamos hacia un pequeño riachuelo que conozco. Luz Celeste vuelve a tomar, con su mano izquierda, la mano derecha de Jota Jota, y se introducen en la espesura. Pocos segundos después se encuentran ante el riachuelo. - ¿Y qué vamos a hacer aquí? - Demostrarte que es cierto. - ¿Qué tengo que hacer yo? - Solamente asómate al agua y observa tu rostro. Jota Jota se arrodilla en el suelo y mira a las limpias y cristalinas aguas. - ¿Ves tu rostro? - Perfectamente. Veo la herida en mi mejilla derecha. - Ahora ponte de pie, acércate todo lo que quieras a mí y solo guarda silencio. Él vuelve a obedecer las órdenes de Ella. - Deja que acaricie tu herida con el dedo corazón de mi mano izquierda y no te preocupes nada más que concentrarte en lo que vas a sentir. - ¿Por qué precisamente tiene que ser el dedo corazón? - Porque es el que más define el amor de una chavala como yo a un chaval como tú. Y ahora concéntrate y no digas nada más. Luz Celeste coloca el dedo corazón de su mano izquierda sobre la herida de la mejilla derecha de Jota Jota y lo hace resbalar, suavemente, por toda ella. - Ya está. Vuelve a mirarte otra vez en las aguas de este riachuelo. Jota Jota vuelve a obedecer. - ¿Qué ves ahora? - ¡Arrea! ¡Esto debe ser milagroso! ¡La herida ha desaparecido totalmente! ¡Desaparecida por completo! - Ya lo has visto. Ya has visto, con tus propios ojos, que ya no tendrás ninguna cicatriz porque la herida ha desaparecido. - ¿Cómo lo has conseguido? - Tú has dicho que es milagroso y eso que has dicho te ha surgido desde tu espíritu. Efectivamente es un milagro. Te he demostrado que puedo hacer con mis manos lo mismo que puedes hacer tú con las tuyas. - ¿Por eso Jampiri te defiende tanto contra tus enemigos? - Por eso. Porque Jampiri también cree en los milagros de Jesucristo. Ha sido Jesucristo quien te ha borrado la cicatriz de tu rostro... porque se lo he pedido yo... - ¿Por qué le has pedido eso a Jesucristo si a mí no me importaba tener esa cicatriz para toda la Eternidad? - Porque me salvaste la vida acabando con el Gran Yaguar y eso merecía una recompensa. - Ahora que me lo recuerdas... ¿qué hacemos con el cuerpo del Gran Yaguar? - Quitarle la piel para, cuando regresemos a la Ciudad Oculta todos sepan de qué has sido capaz... a ver si de esa manera Inka Kurax termina de perseguirme definitivamente. Cuando vea lo que has hecho con el Gran Yaguar estoy seguro de que algo va a suceder. - ¿Algo relacionado con Inka Kurax? - Estoy segura de que sí. A mí me sucede lo mismo que a ti. No me suelen fallar las intuiciones. - Entonces, Luz Celeste, dejemos el cadávez del Gran Yaguar intacto. No es necesario demostrar nada llevando su piel para que nos crean. Intuyo que nos creerán de una manera más efectiva. - Creo en tus intuiciones, Jota Jota. Llevas razón. Dejemos al Gran Yaguar que desaparezca en paz cuando se lo hayan comido los buitres carroñeros. - En realidad el Gran Yaguar no es culpable de nada... - El Gran Yaguar sólo deseaba... - Ya, Luz Celeste, sólo deseaba saciar sus apetitos y se había fijado en ti porque tú le apetecías más que yo al ser un macho... - ¡Jajajajaja! ¡Se nota que sabes mucho del mundo de los animales! - Si. Del mundo de los animales incluso de dos piernas... como ese tal Gran Brujo Balugo... - ¿Estás seguro de lo que estás hablando? - ¿Que existen animales de dos piernas? ¡Por supuesto que estoy seguro! Pero espero que ninguno de ellos vuelva a intentar desearte cuando ya me perteneces a mí. La equivocación de muchos que se creen super machos es que actúan de manera tan torpe como el Gran Yaguar porque no se dio cuenta de que me había tenido que atacar a mí en lugar de atacarte a ti. - ¿Qué nueva teoría es esa? - Si alguien desea a la mujer del prójimo debe eliminar primeramente al prójimo para tener la oportunidad abierta. - Pero te olvidas de que, por la Gracia de Dios, yo soy una oportunidad siempre cerrada para cualquier animal... aunque sea de dos piernas... y lo mismo sucede con las chavalas que son como yo. - ¡Jajajajaja! Es cierto. Luz Celeste se guarda su pequeño y suave pañuelo, ahora manchado con la sangre de Jota Jota, pero en el bolsillo izquierdo de su pantaloncito. - ¿Te gustaría ir alguna vez a la luna, Jota Jota? - Jamás. Prefiero imaginármela desde la Tierra. - ¿Eres un lunático? - Soy un poeta de la luna. - ¿Puedes demostrármelo? - Escucha: Hoy volveré a ser, de nuevo, un contorno de alba fría... una antorcha que se enciende poco a poco en un medir de presencias ajenas... y un ciclo propio que se abre a la inmaterial presencia del morir. Y en el hallazgo de las mil cosas nuevas seré un susurro, sólo un nombre, una melancolía cerrada en la alcoba donde la vida se comienza a soñar. Y bajo la última luna podré renacer una vez más... la siempre penúltima vez, concatenada, para ser rosa pálida de la nada que se va llenando... llenando... llenando de sentimiento hondo, volviéndose roja en su síntesis, y convirtiéndose en camino. Hoy abro mi ventana nuevamente para perpetuar otra vez esta presencia de rosa pálida que se enciende y en rojo amanecer de transforma. Es mi luna. Mi siempre última luna en mi siempre penúltimo amanecer. - ¿Ves cómo eres mi héroe nacional digan lo que digan los demás? - ¿De qué patria? - De la patria de mi cuerpo entero. - ¿Entonces? - Entonces sigue haciéndolo realidad una vez más. Y Luz Celeste se lleva a Jota Jota hacia lo más espeso de la vegetación mientras el sol brilla ya sobre la se
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