Los paquidermos (Reflexiones)
Publicado en Aug 19, 2012
Estos animales nos dan ejemplos prácticos sobre temas que los humanos intentamos descifrar a través de profesionales de la comunicación, psicólogos o sociólogos; que el aprendizaje está intimamente relacionado con el ejemplo del comportamiento de sus congéneres adultos y ancianos.
En un lugar de África empezaron a suceder una serie de actos vandálicos cometidos por elefantes jóvenes. Destrozaban las chozas, los cultivos y atemorizaban sin motivo a los habitantes de esa región. Lo que sorprendía mucho a los humanos, porque, aparentemente, los paquidermos estaban muy bien tratados, no se les atacaba y se les dejaba un amplio territorio para que pudieran moverse en libertad. Como esto se sucedía, un día si, y el otro también, se reunieron los jefes de las tribus, los cuidadores de la reserva y los veterinarios y llegaron a la siguiente conclusión. En ese hábitat solo había elefantes jóvenes, que no habían conocido a sus progenitores. Los cazadores habían acabado con adultos y ancianos. Así que después de reflexionar sobre el tema, llegaron a la conclusión de que los jóvenes no habían recibido información respecto a cómo se comportan los elefantes, porque no habían tenido quien les guiara. El Consejo decidió ponerse en contacto con otras reservas y pedir que les enviaran elefantes, machos y hembras, adultos, incluso, si aún quedaban, ancianos. Cuando los adultos y ancianos llegaron, se mezclaron con los jóvenes y formaron una manada jerarquizada. De esta forma, los elefantes jóvenes, aprendieron como debían comportarse y respetaron y aceptaron la experiencia de sus nuevos compañeros porque vieron que ellos sabian a dónde dirigirse para encontrar los mejores brotes o agua y aportar sabiduria para crear lazos familiares y cuidar unos de otros. Y el vandalismo cesó. Los elefantes y las tribus africanas siguen compartiendo el mismo territorio y han aprendido a respetarse mutuamente. En las épocas en que el agua escasea, los grandes paquidermos no se meten al agua, solo se refrescan con sus trompas, para que de esta forma las tribus que viven allí puedan disfrutar también de los ríos. De esta historia podemos deducir, que un joven, sea elefante o humano, necesita del ejemplo de los adultos y de los ancianos sabios para saber quiénes son y cómo comportarse en este hermoso planeta.
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