Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -49-
Publicado en Aug 21, 2012
Salón de Actos de la Real Academia de Ciencias de Madrid...
- Estimados señores científicos invitados y estimadas señoras científicas invitadas: hoy estoy aquí, en este espléncido Salón de Actos de la Real Academia de Ciencias de la Muy Noble Villa de Madrid para hablarles sobre la Ley de la Atracción Universal. Mi nombre es el de Profesor de Ciencias de la Información Don Sigfrido Gil de Giles. Es ya bastante conocida o muy conocida por todes ustedes, señores y señoras de fama mundial, dicha Ley. Tengo que añadir a este tema, asunto, caso o como deseen mejor llamarlo o nombrarlo todos ustedes, que no tengo absolutameente ninguna novedad sobre ella. Ni muy importante, ni bastante importante, ni importante, ni poco imprtante, ni nada de nada que informarles; porque, adecir verdad, de lo que es la verdadera Información no tengo ni la más ligera idea... y todavía menos si se trata de algo relacionado con esta famosa Ley. Me es del todo imposible saber algo más sobre este tema, asunto, caso o como deseen mejor llamarlo o nombrarlo todos ustedes. No sé ni para qué estoy aquí ni qué es lo que hago yo aquí, frente a todos ustedes, damas y caballeros, ni tampoco sé para qué he intentado tan vanamente formar parte de la intelectualidad científica mundial ; porque no tengo ni un solo gramo de intelectualidad en mi cerebro. He trabajado, en el pasado, como profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de esta ciudad de Madrid gracias a que era del Movimiento... y por eso no tengo ni idea de lo que es la enseñanza a ningún nivel, ni tan siquiera a nivel de parvulines, así que muchísimo menos a nivel universitario, al igual que sucedió con otros muchos profesores como yo, en la época franquista y en las primeras décadas de la época posfranquista. Repito que me llamo Sigfrido Gil de Giles y, en realidad, no sé ni la centésima parte de esto que se llama Ley de la Atracción Univerrsal porque a mí lo único que me atrae es ser un facha. ¡Qué más quisera yo ser, al menos, como Sigfrido, aquel héroe de la mitología sueca del "Cantar de los Nibelungos". Pero ha llegado ya la hora de que diga la verdad y deje de hacerme el sueco ante las evidencias de mis pocas facultades intelectivas. ¡Qué más quisera ser yo, aunque fuese solo por unos minutos, es el Sigfrido que aparece en la "Tetralogía" del compositor alemán Richard Wagner, músico tan adorado por nosotros los fascistas desde que Hitler le tenía como ejemplo musical aunque Hitler supiese menos de música que aquel burro que hizo sonar la flauta por casualidad. Wagner si era un idolo para nosotros los neonazis como lo fue antes para los nazis. Tengo que confesarles a todos ustedes, damas y caballeros científcos venidos de todas las partes del mundo, que no tengo ni idea de la Ley de la Atracción Universal ni tengo, por supuestísimo, que aportar nada nuevo a la Ciencia ya que la Ciencia nunca me entró en la cabeza; y eso que tengo una cabeza tan grande que algunos me llaman "El Cabezón". Por algo será me pregunto yo... y entonces me miro al espejo y ya sé cuál es la respuesta. Con sólo mirar mi cabeza no hace falta decir nada más sobre el apodo y mi evolución como humano. Realmente soy como un Cromagnon todavía. Bien me merezco ser llamado "El Cabezón" aunque no precisamente "El Cabezón de la Sal" porque soy más poco saleroso que un nazi vestido de cupletera. Tampoco tengo ni idea de lo que es un cuplé ni por qué he dicho cupletera en lugar de cupletero y es que se me notan bastante mis tendencias de género. Yo me pregunto a qué género pertenezco en realidad y se me queda la mente en blanco. Yo de Ciencias no sé absolutamente nada. Me han tenido que repetir hasta la saciedad la historia de las Edas para poder entender, un poco y nada más que un poco, que eran un grupo de relatos, algo así como recopilaciones, si no me equivoco aunque posiblemente pueda equivocarme porque soy más errático en las Letras que una escopeta de perdigones en un quiosco de la Feria de San Isidro, islandesas y que me parece que se trata, aunque yo con las Letras tengo menos trato que con Don Santiago Mejilla "El Mejillón", ilustre prócer del comunismo hispano de rancio abolengo y que es más rancio que lo fue su antepasado Carlos Marx, que se creía el Carlos Gardel de la politica roja en plan tango y pandereta, de tradiciones mitológicas y legendarias de los antiguos pueblos escandinavos. Yo también soy muy antiguo por cierto. Soy tan antiguo como el Antiguo Cuartel de la Montaña de Madrid que, y eso sí lo sé aunque me ha costado décadas enteras para aprenderlo, hoy es el lugar donde se encuentra el Templo de Debod. Pues sabido todo esto y como no tengo ni idea de la Ley de la Atracción Universal que es lo que todos ustedes, damas y caballeros científicos del mundo entero, han venido a escuchar, sigo diciéndoles y permitan que lea mi chuleta que para eso lo he copiado de un libro y la tengo delante de mis narices que son bastante grandes pero permiten que la lea aunque casi me tapan toda la visión, por lo poco que he podido entender sobre el tema, que el Eda poético es una colección de poemas anónimos, redactados posiblemente, y digo posiblemente porque si no lo saben los que saben de Literatura mucho menos lo sé yo, en el Siglo XII. Y sigo leyendo mi chuleta. El Eda prosaico es obra de Snorri Sturlusson, y perdonen mi pronunciación pero no sé hablar más idioma que el español y decir "hey Hitler" con el brazo derecho levantado, hacia el año 1.220... pero no me pregunten nada sobre Sturlusson porque no he leído absolutamente nada de él ya que me he limitado siempre a leer el "Mey Kampf" de Hitler por supuestísimo; así que hagan el favor de no aplaudirme que ya sé yo de sobra que nadie de ustedes, damas y caballeros, me van a aplaudir debido a mis grandes ignorancias. Les repito que no me aplaudan ni intenten aplaudirme porque lo poco que les he podido contar sobre los Edas repito que lo tengo apuntado en esta chuleta y lo acabo de copiar de una enciclopedia que he encontrado, casualmente y accidentalmente, entre los pocos libros, llenos de polvos, amarillentas sus hojas y hasta apoilillados, que tengo en mi hogar dulce hogar. ¡Y qué feliz estaría yo en mi hogar dulce hogar en estos momentos y no pasando tanta vergüenza ante todos ustedes y todas ustedes, confesando que siempre he sido elogiado y adorado nada más que por un pequeño grupo de los que se autodenominan "Super Star" y que lo único que tienen de estrellas es que nacieron más bien estrellados. De esos seguidores machistas, racistas y xenófobos, porque todo se les junta ya que todo eso está relacionado y unido entre sí, que sólo piensan en cómo conquistar chicas guaps haciéndose pasar por héroes cuando sólo son espantapájaros de paja, hombres de pacotilla, reyes del picoteo malsano. Los verdaderos héroes, damas y caballeros de las Ciencias Exactas más inexactas que se conocen a lo largo de toda la Historia, son esos jóvenes que están necesitados de que alguien les demuestre un poco de amor, con una simple caricia basta para hacerles sonreír... pero nadie se ha prestado jamás a darles una simple caricia que es, si se dan ustedes cuenta, algo tan sencillo como acariciar dulcemente sus rostros. Esos son los verdaderos héroes y heroínas del mundo entero y no nosotros los que tenemos tantas ansias de poseer y violamos toda clase de amor. Los verdaderos héroes y heroínas de la vida son los que necesitan solamente que una mano caliente les acaricie el alma para hacerles felices, o que una palabra amistosa consiga hacer que en su rostro aparezca, al menos, una leve sonrisa de felicidad. Los verdaderos héroes y heroínas de esta existencia son aquellos y aquellas capaces de abandonarlo todo, dejar las comodidades de sus vidas burguesas, y sacrificar sus bienestares por la única razon, o quizás por la única sinrazón, de estar al lado del chaval o la chavala que aman. Sí. Yo, que nunca he sabido lo que es el verdadero amor, estoy comenzando a pensar que eso es el verdadero amor: dejarlo todo por ella o dejarlo todo po él. Dejar el mundo propio y cómodo para vivir la aventura de la existencia junto a la persona que aman y crear, en forma de pareja hombre-mujer, un mundo mucho mejor que el nuestro, mucho mejor que el que les queremos imponer, mucho mejor que esta panoplia de existencia que es la nuestra y no la suya. Posiblemente esos jóvenes y jovencitas, que rechazan las edades de los Documentos Nacionales de Identidad, los terribles DNI que tantas vidas han amargado a la hora de querer ser algo en esta sociedad esclerotizada por culpa de los números de años acumulados en los DNI, en las Partidas de Nacimiento o hasta en las Tarjetas de Transporte Público... porque hasta ahí llega nuestra esquizofrenia de medir a los demás a través de los números de sus años en vez de medir a los demás a través de la cantidad de sus sueños. ¡Sí, damas y caballeros de las Ciencias Exactas, he hablado de los sueños y no de los números! ¿Qué les parecería a ustedes un mundo lleno de grandes sueños en lugar de este mundo lleno de grandes números en que no estamos hundiendo cada vez más? Posiblemente esos jóvenes y jovencitas, todos ellos con 18 años y todas ellas con 16 porque se han dado cuenta de que el DNI no les sirve para existir como ellos desean, son los verdaderos héroes y heroínas de las aldeas, de los pueblos, de las ciudades y hasta de las naciones enteras... porque han huído de nuestro mundo bluff. Ellos y ellas sí saben exponer y expresar sus sentimientos y no un hombre tan errático y tan lunático como yo y todos esos Super Star que me siguen y hasta me adoran sin darse cuenta de que soy solamente un guiñol, una triste marioneta dirigida por las manos invisbles de las Fuerzas del Mal, un pelele sin ninguna clase de sentimiento humano porque mi corazón solametne es un pedazo de trapo nada más. Nosotros, tan buscadores de Ciencias Políticas, tan buscadores de Ciencias Económicicas, tan Buscadores de Ciencias Sociales, tan buscadores de Ciencias Religiosas... hemos olvidado a todos esos que tienen el alma tan joven que sólo son poetas y poetisas que no han olvidado jamás el verdadero sentido del verbo Amar. ¿Qué amamos nosotros los que nos creemos perfectos porque nos llamamos exactos? ¿Somos perfectos de verdad? ¿Somos exactos de verdad? Ahora que estoy ante todos y todas ustedes digo que no sé lo que es la Ley de la Atracción Universal pero quizás, posiblemente, estoy totalmente seguro que ellos si saben lo que es. Quizás no sean tan perfectos como nosotros y por eso mismo sean más humanos que nosotros, más verdaderos que nosotros, más sinceros, más honestos, más creíbles que nosotros. Hasta puediera ser que ese es el inicio de esta Ley de la Atracción Universal que nosotros no sabemos nada más que intentar definir como Ciencia Exacta cuando, estoy ahora casi seguro, sólo consiste en el unísono palpitar de un corazón de mujer dentro de un corazón de hombre y viceversa para formar la pareja que Dios creó con arreglo a la Naturaleza. Lo demás me da hasta vergüenza pensarlo así que mucha mayor vergüenza me da decirlo. Nosotros, los duros hombres de las ideologías, hemos dejado de soñar... más ellos basan su existencia en su imaginación, se salvan del naufragio gracias a que saben de verdad lo que es el amor en la pareja hombre-mujer. Acabo de darme cuenta y estoy casi totalmente convencido de que eso es lo que estaba investigando el más joven de todos los miembros que forman parte del Centro Nacional de Inteligencia de mi país, señores científicos y señoras científicas del mundo entero. Ahora estoy seguro de que lo que investiga es la práctica de ka Ley de la Atracción Universal aplicando la Comunicación Interpersoanl de la Pareja Hombre-Mujer. Nada más, nobls dams y nobles caballeros. Deberímos todos y todas comenzar por revisar lo que deberia ser, en realidad, la nobleza humana. Me parece que ese jovencísimo investigador lo ha descubierto a través del autñentico amor. Nada más nobles damas y nobles caballero. A mí sólo me queda hacer mutis por el foro. Sigfrido Gil de Giles desaparece abanodona su lugar ante el atril y desaparece de la Sala. Silencio hondo. Silencio profundo. Silencio absoluto. Todos los testigos que se encuentran dentro de la Sala de Conferencias de la Real Academia de las Ciencia de Madrid se acaban de dar cuenta de que aquella especie de espantapájaros de paja, de hombre paja para encubrir a quienes le manejan como una marioneta, se ha convertido, de repente y al final, en un buscador de la Verdad. Están sobrecogidos porque han visto, al final de la tragedia, la luz del Espíritu de Dios sobre la cabeza de aquel hundido profesor Sigfrido Gil de Giles. Aquella especie de espantapájaros humano ha comenzado a ser sensible; ha comenzado a sentir lo que hay dentro del alma de Jota Jota y del alma de Luz Celeste. Antes de que ninguno y ninguna de los allí presentes y, una vez que Sigfrido Gil de Giles se ha marchado de la Sala, se levanta, impetuosamente, un altísimo y famosísimo cientìfico alemán de dos metros de altura. - ¡¡Un momento!! ¡¡Me llamo Emilian Blas Merkel von Ribestrop, líder de las fuerzas nuevas de los más viejos de mi lugar, pero todos me conocen como "El Látigo de Baviera" y estoy hasta dispuesto a usar el látigo si es necesario!! ¡¡Como me llamo Blas que exijo una explicación a todo este teatro que hemos visto en lugar de escuchar algo interesante sobre la Ley de la Atracción Universal!! ¡¡Con todos los derechos de sentirme hombre ofendido, exijo que me devuelvan todo el dinero que me he gastado en venir hasta aquí más otra cantidad igual por daños y perjuicios!! ¡¡¡Esto ha sido una estafa y no creo en el verdadero arrepentimiento de ese tal Sigfrido!!! ¡¡¡Y hago saber el dicho español de lo dijo Blas punto redondo!!! Se levanta de la mesa presidencial el Director de la Real Academa de las Ciencias de Madrid y se dirige haica el atril tomando la palabra. - ¡Yo soy el Señor Director de esta Real Academia y me llamo Don Pío Del Real Marqués! ¡¡Como me llamo Pío hago saber que aquí no´las pía ni Pío!! ¡¡¡Asi que, señor Don Emilain Blas, haga el favor de ir a la Recepción y que le paguen todo lo que usted exige pero calle ya su boca de una vez por todas y si alguien quiere reclamar lo mismo puede hacerlo porque para eso estamos aquí!!! ¿Lo han entendido todos ustedes bien, damas y caballeros de la Ciencia mundial?. Todos y todas van abandanando, en silencio, la Sala sin reclamar nada y saliendo de vuelta a sus destinos. Se quedan solamente, Emilian Blas Merkel von Ribestrop y Pío Del Real Marqués frente a frente. - ¡¡¡Ha llegado la hora de hablar con la Razón y no con el Corazón, Don Pío!!! - Le exijo que baje usted la voz y se dirija a mí de manera razonable ya que me quiere hablar con la Razón. - Es justo. Hablaré con el mismo tono razonable con que me habla usted a mí. - Entonces, hablemos con la Razón. ¿Qué es lo que desea usted hablar conmigo de hombre a hombre y no de animal a animal... porque ha hablado usted como un verdadero animal y le he tenido que responder de la misma manera... puesto que los españoles somos así. Tratamos a las personas como personas y a los animales como animales. ¡Qué pasa aquí! ¿No le gusta a usted siempre comenzar con sus amenazas personales exclamando siempre ¡qué pasa aquí!, con aires de perdonavidas y para intentar asustar a quien le escucha con total tranquilidad? ¿Verdadero o falso que hace usted eso para asustar porque no sabe usar de otra manera la Razón? - Es verdadero. - Entonces... ¿algo razonable que decirme, Don Emilian Blas? - No... esto... nada... que exijo antes de decir adiós... - Pues vaya usted con Dios y pase a cobrar todo el dinero que está reclamando, Don Emilian Blas. El cientifico nazi queda sorprendido... - ¿Qué le sucede ahora, Don Emilian Blas? ¿Quizás está pensando por primera vez en su vida? El científico nazi agacha la cabeza y se marcha hacia la puerta de salida de la calle. Después de haber recibido tan gran lección de serenidad y de valentía, decide marcharse a Alemania sin reclamar absolutamente nada. - Este racista no vuelve nunca jamás por aquí y de eso me encargo yo, Don Pío Del Real Marqués. - Muy bien dicho, Don Pío. - Siga usted aseando la Sala, Doña Virtudes. En medio del silencio se marcha el Director de la Real Academia de las Ciencias de Madrid y la empleada Doña Virtudes se queda a solas, limpiando el polvo de las butacas con un trapo, mientras canturrea una vieja canción. - Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba cuantas cosas barrería. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba cuantas cosas barrería. Primero, lo que haría yo primero barrería yo el dinero, que es la causa y el motivo ay, de tanto desespero. Segundo, lo que haría yo segundo barrería bien profundo, todas cuantas cosas sucias se ven por los bajos mundos. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba cuantas cosas barrería. Muchachos, os voy a comprar una escoba a cada uno. Venga, barred. Otra vez con la escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba. Si yo tuviera una escoba cuantas cosas barrería. Cuantas cosas barrería. Cuantas cosas barrería.
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