- Así que este es El Manantial de La Doncella...

- ¡Exacto, Jota Jota, éste es!

- ¡Pero si es solamente un gran jacuzzi nada más!

- Por eso mismo me baño, completamente desnuda, muchas veces en él desde que he cumplido mis 16 años de edad.

- ¿Y nadie te ha visto desnuda?

- Nadie. Absolutamente nadie. Cuando me baño en El Manantial de La Doncella ya procuro yo de que nadie me vea completamente desnuda. ¡Tú eres la única excepción que confirma la regla!

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Espera sólo un momento.

Luz Celeste empieza a quitarse la ropa hasta quedarse solamente con sus dos prendas íntimas: un sujetador y una braguita, ambas prendas de color más blanco que la nieve, lo cual hace resaltar aún más la belleza del color trigueño de su cuerpo.

- Si quieres, puedes...

- Pero... ¿sabes lo que estoy pensando?

- Claro que lo sé. Sé perfectamente lo que estás mirando.

- Pero si yo...

- No te avergüences por eso. Soy tu esposa.

- Pero... ¿te estás dando cuenta de verdad en lo que me estoy fijando?

Bajo la luz del sol la belleza de Luz Celeste es ya impresionante...

- Claro que me estoy dando cuenta de que quieres besarme en los reflejos de mi rostro.

- ¿Qué reflejos?

- Los que aparecen en la comisura de mis labios. Así que si quieres, puedes...

- Con tu permiso, Luz Celeste.

Jota Jota besa suavemente los reflejos que surgen en las comisuras de la boca de Ella.

- ¿Qué tal, Jota Jota?

- Simplemente deliciosos no sólo al mirar sino, sobre todo, al besarlos.

- A mí también me parecen deliciosos tus besos en los reflejos de mi rostro. Y ahora... ¿quieres bañarte, completamente desnudo, en El Manantial de La Doncella?

- Muchas gracias, Luz Celeste.

- Entonces bajemos y nos desnudamos sin que nadie nos descubra.

- Espera, Luz Celeste, espera un momento. Estoy pensando que ya te he visto desnuda por completo y puedo verte muchísimas veces más. Tú tienes como rito inviolable bañarte, completamente desnuda, en ese gran jacuzzi que llamas El Manantial de La Doncella y no voy a ser yo quien rompa esa tradición tan íntima tuya... pero tampoco voy a permitir que nadie se acerque por aquí y te vea completamente desnuda, así que baja y báñate con total tranquilidad porque yo me quedo aquí, escondido entre la vegetación y mientras enciendo uno de mis cigarrillos, para que nadie te descubra. Si veo a algún ser humano o algún animal salvaje que quiera verte lo destrozo con mis propias manos.

- ¡Por eso te amo tanto y por eso estoy loca por ti! ¡No cambies nunca, Jota Jota!

Luz Celeste le besa, con gran ternura, en la mejilla izquierda y baja hasta El Manantial de La Doncella para allí, escondida de la vista de cualquier ser humano o animal salvaje, desnudarse completamente y bañarse, tranquilamente, durante varios largos minutos. Él sólo piensa en Ella mientras habla para sí mismo...

- Y mientras esté vivo te seguiré llamando Ternura... Y mientras me quede un hálito de existencia te seguiré llamando Ternura... Y cuando me llegue la muerte te seguiré llamando Ternura... Y más allá de la muerte te seguiré llamando Ternura... Y durante toda la Eternidad te seguiré llamando Ternura...Y más allá de la Eternidad te seguiré llamando Ternura... Y en la nada más absoluta te seguiré llamando Ternura... Y en el todo más infinito te seguiré llamando Ternura... Y cuando mi cuerpo se deshaga en billones de átomos minúsculos te seguiré llamando Ternura con cada uno de esos billones de minúsculos átomos... Y cuando ya los déspotas de este mundo hayan prohibido por ley cualquier manifestación de amor te seguiré llamando Ternura... Y cuando el amor no exista porque lo habrán aniquilado te seguiré llamando Ternura... Y con la plena libertad de expresión que me da el derecho de haber nacido te juro que no deseo cambiar aunque todos, aboslutamente todos, hayan cambiado... para seguir llamándote Siempre Siempre Siempre... Ternura Ternura y Ternura.