REYES DEL SILENCIO
Publicado en Jul 28, 2009
Bocanada de niebla que inagotablemente se anuda entre mis manos como si mi poema estuviera en el limite exacto de la luz. ¡Adónde te has ido lámpara de mi asedio! Doblegando la sombra en tu similitud de estrellas, cautivas todas por el aire. ¿Cuánto ha tardado el crepúsculo en entregarme esta noche irrefrenable? Para tomarla por sorpresa toda desnuda para mí. Candil que irrumpe en la herida imaginaria de la noche, en donde aún maúllan los gatos de la luna entre mis sábanas. Eres un animal inesperado que se adosa a mi piel como el silencio. Eres esta quemante transparencia, manchita alborozada de lunas esperándome bajo mi almohada: ese aullido inconcluso detrás de la noche que desgastamos a besos. Y luego yacemos como reyes del silencio, sobre el revés de la sombra. Préstame, amor, toda tu fosforescencia húmeda de Dios confundido por el placer. ¿Cuántas noches escondes sólo para mí? Vendaval plagado de estrellas, destello que se escapa y regresa y se escapa rodeando el campanario solitario en la brisa del ayer. Del libro: LA SOMBRA CONJURADA
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