El Realismo en el Cine Argentino (Ensayo) 2.- Iniciación del Realismo.
Publicado en Sep 04, 2012
El Realismo en el Cine Argentino.
2.- Iniciación del Realismo en el cine argentino.- Lo que verdaderamente podemos llamar cine, después de algunos intentos aproximativos como el del “kinetoscopio” de Tomas Alva Edison, es el invento de los hermanos Louis y Auguste Lumière quienes, en el día 13 de febrero de 1894 patentaron su cinematógrafo y, en ese mismo año, rodaron su primera película. El 22 de marzo de 1895 fue mostrada en París en una sesión de la Société d'Encouragement à l'Industrie Nacional y se titulaba «Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir»), rodada tres días antes. Argentina se incluye entre los primeros países del mundo que conocieron el invento de los hermanos Lumière (que se llamaban exactamente Auguste Marie Louis Nicolas Lumière (Besançon, 19 de octubre de 1862 – Lyon, 10 de abril de 1954) y Louis Jean Lumière (Besançon, 5 de octubre de 1864 – Bandol, 7 de junio de 1948) porque, dejando a un lado, en 1894, en un local de la calle Florida al 300 (que había pasado prácticamente inadvertida, hasta para el periodismo), una función sobre la base del "kinetoscopio" del norteamericano Tomás Alva Edison, ya para entonces el belga Enrique Lepage, que ostentaba el título de barón, de acuerdo a insistentes referencias comenzaba a interesarse en la importación de aparatos filmadores y proyectores, ante la necesidad de enriquecer su comercio de artículos fotográficos de Bolívar 375, a una cuadra del Colegio Nacional Buenos Aires. Lo habían entusiasmado dos empleados de su establecimiento, el francés Eugenio Py y el austríaco Max Glücksmann, atentos lectores de los catálogos de la especialidad que enviaban las casas europeas. La mención de la nacionalidad de estos precursores es deliberada, pues el cine también se integra en el bullente fenómeno inmigratorio que caracterizó a la Argentina en el trance al siglo XX. Dejando ya estos principios aproximativos, es necesario decir que el cine argentino nació como un empeño de filmar la realidad cotidiana. Podemos afirmar que el realismo cinematográfico, en Argentina, surge desde el mismo momento en que aparece en este país el cinematógrafo y no le ha abandonado nunca. La primera exhibición pública se llevó a efecto el 18 de julio de 1896 en el céntrico Teatro Odeón de Buenos Aires, organizada por el empresario de esa sala, Francisco Pastor, y el periodista Eustaquio Pellicer, más tarde uno de los fundadores de las revistas "Caras y Caretas" y "Fray Mocho". Entre las vistas proyectadas figuraba "La llegada del tren", del sello Lumière, que según testimonio registrado en el Diccionario Histórico Argentino (de Piccirilli, Romay y Gianello) "provocó el pánico entre algunos espectadores de la tertulia alta, uno de los cuales al ver la locomotora que avanzaba se lanzó a la platea, lastimándose". El realismo era tan creíble que los espectadores creían de verdad que la locomotora iba a salir de la pantalla y se iba a lanzar contra ellos. Los más entusiastas cinéfilos que iniciaron el realismo en las primeras películas argentinas fueron el barón Enrique Lepage (belga), el francés Eugenio Py y el austríaco Max Glückmann. El realismo del cine argentino muestra, desde sus primeros inicios, la característica patriótica de los argentinos y, por ello, entre las primeras películas existe la proyección de “La bandera argentina” que se movía gracias al viento en la Plaza de Mayo de la Casa de Gobierno de Buenos Aires. Consistía en una apología del sentido realista y patriótico que tanto forma parte de la idiosincrasia argentina. Y a ello hay que sumar “Vistas animadas por medio del cinematógrado” (de Glückmann) que era una exposición artesanal del paso de las personas que caminaban por las calles. Esta animación realista quizás ya fuese, en sí misma, una historia. No es, exactamente, un argumento de cine pero es un realismo vivo y, al ver a las personas pasear, podemos estar hablando de una “historia" que consiste en ver tal suceso por las calles. Pensar quién es cada uno de esos anónimos personajes, a qué se dedican, hacia donde se dirigen, cómo son, que estarán pensando, etcétera. ¿No existe realismo en los paseos de los viandantes por las calles de cualquier lugar? Exacto. Es un realismo sin argumentación historicista, pero es un realismo cotidiano. Falta la acción dramática que conlleva toda histora cinematográfica pero es una expresión de vida real. El 25 de octubre de 1900 se inicia el cine de “impresión” al proyectarse el noticioso titulado “Viaje del Doctor Campos Salles a Buenos Aires”. El presidente brasileño visitaba al presidente argentino Julio Roca y se observa, con nitidez, el abrazo entre ambos. Hay una intencionalidad realista de carácter ideológico y político. Nace el cine argentino, por lo tanto, con el “dibujo” de una realidad tímida y humilde, inadvertida para muchos y apenas informada en los medios periodísticos; pero el germen de la realidad nace y nunca abandona la ya larga historia del cine argentino. Por otro lado, la idiosincrasia argentina necesita de hechos reales que alimenten su elevado ego personal y, en este sentido, se filma una operación quirúrgica en el Hospital Clínico de Buenos Aires (para dar "impresión" de importancia "a lo argentino"), y hay que añadir toda una serie de noticieros breves (apenas informativos), vidas de ciudadanos y reputados hacendados, algunos paisajes rurales y fluviales, desfiles militares, actos religiosos, grandes sepelios y títulos como “La revista de la Armada Argentina en mayo de 1901” y “Honras fúnebres de Mitre”. Esta prehistoria realista del cine argentino tiene una fuerte significación socio política (tan dados como han sido y son los argentinos para los debates políticos de carácter social) y sirve para ensalzar la cotidiana realidad de los sentimientos del ser argentino que siempre les convierte en pioneros del patriotismo latinoamericano; todo ello envuelto en las peripecias diarias como las que se visualizan en “Escenas callejeras” de 1091 (por Eugenio Cardini), uno de los primeros conocidos directores del cine argentino que, además, filma “En casa del fotógrafo” (con los primeros actores, todavía “domésticos”, y algunas situaciones cómicas) y “El regimiento ciclista”, un documental ciudadano que sirve para publicitar Buenos Aires como ciudad de realismo vivo y de alta vida social. Y es que el realismo del cine argentino se inicia en las altas clasas sociales de la nación que necesitan utilizar el cinematógrafo para dar a conocer sus semblanzas personales y familiares. Realismo personalista. El cine argentino comienza, en su época inaugural, como resultado de ese personalismo que caracteriza a los argentinos a través de su Historia. Realismo de la alta burguesía… la siesta del buen vivir en medio de la holgura económica reflejada en estas películas mudas que sirven, más que de narración literaria, de documento realista testimonial. Como recordatorio de los inicios del cine realista, en Argentina, es de destacar los siguientes hitos: La primera exhibición pública se efectuó el 18 de julio de 1896 en el Teatro Odeón de Buenos Aires, organizada por el empresario de esa sala, Francisco Pastor, y el periodista Eustaquio Pellicer. Dos años antes, en un local de la calle Florida 300, una función sobre la base del “kinetoscopio” del norteamericano Tomás Alva Edison, desde lo cual el belga Enrique Lepage con el francés Eugenio Py y el austriaco Max Glücksmann, se interesaron en la importación de aparatos filmadores y proyectores. En 1897, las cámaras Elgé, francesas, de fabricación de León Gaumont es base de la obra de Py como el primer corto de diecisiete metros titulado “La bandera argentina”, la insignia patria flameando en el mástil de la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. En 1900 se inició la filmación (también se decía “impresión”) de noticieros, como ser el “Viaje del Doctor Campos Salles a Buenos Aires” tomado por Py el 25 de octubre dé 1900, que es el desembarco de Manuel Ferraz de Campos Salles, presidente electo del Brasil, y el abrazo con el mandatario argentino Julio Argentino Roca, a la vera del ex-presidente Bartolomé Mitre. También está la instalación del primer biógrafo porteño, puesto que en el Salón Nacional, en Maipú entre Lavalle y Corrientes, cuyo empresario era Gregorio Ortuño, se estrena en 1901 “La revista de la Escuadra Argentina". Eugenio Alejandro Cardini, en un viaje a Europa, compra un equipo y haría “Escenas callejeras” y “En casa del fotógrafo”, con actores domésticos y “El regimiento ciclista”, de pretensión documental ciudadana. A esa anticipación deben inscribirse los ensayos de sonorización fonográfica o crono fotográfica, con extensión de sesenta a ochenta metros, según la duración del disco: pueden citarse “Gabino el mayoral”, “Los políticos” y otros; actores especializados habrían participado junto con los músicos y los cantores Angel Villoldo y Alfredo Gobbi. En 1906 también se realiza el más prodigado metraje, como en las honras fúnebres de Mitre 1909 a 1913. El italiano Mario Gallo, se asoció con Atilio Lipizzi, ex-electricista y proyectista, y juntos realizan “El fusilamiento de Dorrego” que fue su primera película, a la que siguen “Camila O’ Gorman” con Rosich y Blanca Podestá; un primer “Juan Moreira” con Enrique Muiño y el largometraje con “Tiene baja” con Pablo Podestá. El uruguayo Julio Raúl Alsina y el citado Lipizzi realizaron en un galpón de Gascón y Córdoba la filmación “Avelino Viamonte” (1909), “Facundo Quiroga” ; “La tragedia de los cuarenta años”; ”Resaca” (1916) con Luis Arata, Camila Quiroga y Pedro Gialdroni, “Federación o muerte” (1917) y los actores Lea Conti e Ignacio Corsini. El italiano Federico Valle, de 1916 a 193l realizador del Noticiario Semanal, también supo traer el invento del profesor Lee De Forest, que consistía en cortos sonoros sin discos (el sonido impreso en el costado de los fotogramas) y en una camarita para obtener la imagen y la sincronización al mismo tiempo: El Phonofilm. ”E1 apóstol” (1917) es un film de dibujo animado y “Una noche de gala en el Colón” (1918) está caricaturizada en marionetas (ambos largometrajes), en 1970 en Berlin se determina cronológicamente que es el primer largo en dibujo realizado en el mundo. 1915: el dramaturgo Enrique García Velloso realiza el film “Mariano Moreno y la Revolución de Mayo” con Pablo Podestá caracterizando a Moreno y su hermano José Juan (el que fuera Pepino el 88) a Saavedra y Camila Quiroga y Elías Alippi. 1919: Se realiza “Campo ajuera”; dirigía José Agustín Ferreyra y Nelo Cosimi como protagónico y luego como director en “E1 lobo de la rivera” con Florentino Delbene participando en la transición del mudo al sonoro. Algunos cineastas de los veinte fueron Cosimi, Ferreyra, Torres Ríos, Roberto Guidi y Edmo Cominetti. "La nobleza gaucha" de Martínez de la Pera, Gunche y Cairo, mostró progresos de lenguaje fílmico y la trama de avanzada y la visualización de la vida callejera de Buenos Aires actuada por Orfilia Rico, Celestino Petray, María Padín, Arturo Mario. Martínez y Gunche filmaron “Hasta después de muerta” (1916) con Florencio Parravicini, argumentista y actor protagónico, junto a Orfilia Rico, Silvia Parodi, Argentino Gómez, María Fernanda Ladrón de Guevara y Enrique Serrano y el niño Pedro Quartucci. Francisco Defilippis Novoa, se improvisó director realizando “Flor de durazno” (1917) e hizo debutar al cantor Carlos Gardel. El ciclo Ferreyra: Realizador de “La muchacha del arrabal” (1922), “Buenos Aires, ciudad de ensueño” (1922), “Melenita de oro” (1923), “E1 organito de la tarde” (1925), “Muchachita de Chiclana” (1926), “Las costurerita que dio aquel mal paso” (l926), “Perdón, viejita” (1927). En sus films prevalecen pecadoras que se arrepienten. En 1930 filmó “El canto de mi ciudad” y “La canción del gaucho”, las dos parcialmente sonoras. En 1931 su “Muñequitas porteñas” sería el primer film argentino sonoro y hablado por el sistema Vitaphone de sincronización fonográfica. Otros nombres y otros aportes: Rafael Parodi impulsó una productora (Tylca) con “sets” para filmación bajo luz artificial. El profesional Eduardo Martínez de la Pera, hacía en 1922/23, ensayos de microcinematografía en cortos sobre el cáncer o peligros de infección por la mosca y en 1898 un film corto sobre una operación de quiste hidatídico practicada en Buenos Aires por el cirujano Alejandro Posadas. El cine sonoro y su expansión de 1931 a 1940 también contiene hitos cinematográficos desde que en 1933 comienza con el sistema óptico Movietone, la industrialización de Argentina Sono Film, con “Tango”, y Lumiton, con “Los tres berrétines” y “El linyera”, realizada por Enrique Larreta. Con cine sincronizado se decide reponer algunos films ya estrenados.
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