Constante párpado que observamás allá del oleaje azul...allí donde el mar, en movimiento,como si fuera el propio olvido,se transforma en silencio alzadocombatiendo sin fronteras...sin tiempo herido en las distancias.
Constante vigilia de la luna,rieladas las regiones sigilosasdel océano perfecto,que traza líneas en la miraday, a lomos del cristal acuoso,sus lágrimas convierte en vida.
Hay una especie de moradaenhiesta en medio de la estanciaacuosa donde las sirenassilban en el tiempo infinitosu canción del renacer.
Y...  nacidos de nuevolos ensueños...una lluvia de estrellas desbordanel cielo del nocturno navegar.
La barca sigue su viaje,sueño de lunas y de horizontes,por la edad de la inocencia.
Un niño. Quizás un niñoleyendo en las ondas.
Y, al final, la luz...