Al Partido Español Demócrata Ocasional, el PEDO, lo estuvimos pregonando, como venido a mano y con la oportuna licencia de futuros licenciados (quienes lográramos llegar hasta el final de la carrera universitaria de Periodismo) entre Pelayo, otro que me parece que fue Juan Manuel y yo mismo (hasta es posible que hubiese un cuarto en discordia) por la Gran Vía de Madrid. ¡Qué Gran Vía aquella de la Transición hacia los tiempos modernos!. Había tal "sopa de letras" que lo del PEDO servía, muy bien, para definir conceptos que aprendimos debido al mal ejemplo que nos daban los mayores. No sé si llegaron, al final de la carrera de Periodismo, a licenciarse Pelayo, Juan Manuel y hasta el cuarto en discordia... pero yo conseguí subirme al tren en la estación más oportuna. Y el PEDO quedó como grito subversivo de jóvenes con ganas de llevar  la Transición hasta su verdadera realidad histórica. Lo de ahora... lo que estamos viendo ahora... es solamente el resultado de tanto Partido Español Demócrata Ocasional que se subió a la camioneta de la Feria de Las Vanidades. Digno de ser publicado en Vanidades, la revista que lleva ya 50 años publicando todas las tendencias y que parece el verdadero escaparate del glamour político en forma de chisme. Pues sí. Por la Gran Vía (¡Qué Gran Vía aquella de la Transición hacia los tiempos modernos!) chismeamos a grito enhiesto y varonil lo que era aquella sopa de letras de partidos más bien partidos...