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             - Mi gozo por ser asocial, como tú lo expresas, no se debe a que desprecie a los seres humanos, con sus endebles organizaciones de todo tipo sino porque en la soledad -te respondí mientras mirábamos desde la blanca peña gran parte del Quindío- y en el silencio de la naturaleza, descubro un lenguaje más puro.
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             - Sí, igual que cuando pintas y te embriagas escuchando la música de Danger Danger, ese tema que repetimos por todo el camino: Feels like love. El lenguaje de la naturaleza, como el jugo de esa naranja que aprietas entre tus dedos, que exprimes sobre mi boca, es más puro, rico y directo que cuanto puedan comunicarme los hombres.
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            - El tuyo es el lenguaje del deseo, de la curiosidad, de la pasión por cuanto considerabas inalcanzable, ajeno, pero en este espacio, rodeados de este silencio, ambos observamos en la misma dirección y es un comienzo - respondí señalándote la ardilla que nos miraba desde una rama cercana.
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            - No, por ahora solo deseo tomarle fotos al paisaje mínimo, a eso que te "deslumbró" cuando entraste a mi blog de fotografías.