Mi testimonio sobre encuentro con ngeles.
Publicado en Sep 30, 2012
Quiero relatarles mi experiencia real con los ángeles. Con toda razón, pero equivocados, algunos pueden considerarme loco, fanático o mentiroso. Asumo plenamente esa posibilidad, y lejos de enojarme, la comprendo. Pero debo decir la verdad, porque torpe como soy, y aunque no la exprese con toda la claridad necesaria, no quiero pasar ni por cobarde y menos aún por egoísta. No me quiero llevar estas experiencias a la tumba, sin haber intentado compartirla con mis iguales.-
El relato que haré es auténtico, aún cuando sea inconexo o incompleto, transcribo lo que considero más destacado. Voy al tema. Iba yo por calle Colón de la ciudad de Mendoza, y por la vereda contraria, en dirección opuesta, veo un joven caminando solitario con una rama de un árbol en la mano. Me cruzo y le pido fuego. Me responde, no tengo fuego, ojalá tuviera fuego. Le pregunto de dónde viene y me dice de una borrachera. De una fiesta. Seguimos caminando juntos mientras dialogábamos cosas superficiales, y cada tanto, el joven, sin soltar la rama de las manos, y sin que yo me atreviera a preguntarle por ello, me decía: “Necesitan la lluvia”. Me dijo que era norteamericano, y le pregunté… “¿cómo nos ven ustedes a nosotros los argentinos?” me respondió: “Ustedes los argentinos no cumplen con las reglas, ¿por qué no cumplen con las reglas?, es fácil cumplir con las reglas”. Seguimos caminando y me dijo : “En mi país no hay rejas, yo odio las rejas”. Y como pasamos por una ventana alta con rejas, él las tomó, para ilustrar su conversación. ( En ese momento no me di cuenta, pero al otro día, descubrí que la reja era muy alta y no podía nadie tomarla con las manos, salvo que se elevara, pero el joven se prendió de ellas, sin dejar de pisar el suelo). Seguimos nuestro camino y tomamos juntos un café. Algo me decía que mi interlocutor no era humano, aunque lo parecía en todo, le sugerí si no extrañaba estar arriba, no recuerdo con qué palabras, y él simplemente… bajó la cabeza en un gesto raro, como guardando un silencio sagrado. Hizo lo mismo cuando le pregunté si J.F Kennedy estaba en el cielo, ( qué pregunta estúpida le hice, pero debo decir la verdad de lo acontecido), después nos despedimos y salió a la vereda, yo lo espié y simplemente, unos treinta metros más adelante que yo, miré cómo… ascendía al cielo, y desaparecía de mi vista.- Cuando repensé el acontecimiento, me sentí mal por no haberle preguntado cosas más importantes, y pensé que ya era tarde. Me quedé un poco triste y mucho… sorprendido y agradecido por la visita. Otro día, un joven que venía por la vereda de enfrente, me preguntó la hora y se vino a caminar conmigo. En nuestra conversación advertí que … leía mis pensamientos y me contestaba antes de que yo hablara. Era cordial y me daba tiempo a expresarme. Tomamos juntos una coca cola. Esta vez tratamos temas más interesantes, resolví algunas dudas. Y cuando ya se iba, yo pensé, sin decirlo “¿será un extraterrestre?” y el respondió, con firmeza pero cordialmente “NO! “ y luego agregó “¿creés en los ángeles?” asentí con la cabeza, repitió “¿creés en los ángeles?” y luego me ordenó: “No estés triste. Todo con alegría. No estés triste” Amigos míos, hablamos muchas otras cosas, algunas personales, otras intrascendentes y otras más importantes. Algunas cosas, parece mentira, las tengo olvidadas. Yo sólo puedo decirles que estas “personas” eran en realidad ángeles. No dudo de ello. Y quise escribir este relato parcial, y publicarlo, en el día de los Santos Arcángeles, Miguel , Rafael y Gabriel. Día 29 de Setiembre. ¡Bendito sea Dios en todos sus ángeles! Sepamos o no sepamos, todos tenemos un ángel de la guarda que nos cuida, en el nombre de Dios que nos ama. Saludos cordiales.
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Verano Brisas
Simplemente te digo que eres un escritor. Un cordial abrazo, mi estimado Eduardo.
Eduardo Fabio Asis
Enrique Dintrans A:
Un relato que envuelve por lo ameno, la forma muy espontánea de abrir el sentimiento con ciertas "pruebas" simbólicas de algo que escapa a la dimensión de "objetividad".
El relato va dejando interrogantes a lo largo de las líneas y termina dejando un campo abierto. ¿Por qué aparecieron? La lectura del pensamiento del propio "autor", "sus mensajes", la "molestia por las rejas" van configurando colores anímicos que contagian.
Saludos
Eduardo Fabio Asis
Asmodeus
me gusto mucho tu historia Eduardo...
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Eduardo Fabio Asis
Battaglia
Solo te diré que siempre están a nuestro lado, que su presentan es en las formas que menos lo imaginamos y sobretodo en momentos de peligro su presencia es impactante….. en verdad existen, y es una experiencia única contactar con ellos…..
Saludos querido Eduardo
Eduardo Fabio Asis
CEMENTO.-
POR OTRO LADO, TU FE NO ES ALGO QUE YO PUEDA CRITICAR, SOBRETODO PORQIE ES ''TU'' FE Y TODA FE ES UN FENÓMENO INSTRANSFERIBLE. SI COINCIDO EN LO DEL INSURRECTO, Y NO DEJA DE ALEGRARME Y SORPRENDERME LA FUERZA DE SUS PREMISAS REVOLUCIONARIAS, QUE HAN RESISTIDO, INCLUSO, A ESA FORMA HORRIBLE Y ATROZ DE ABSTRACCIÓN LLAMADA RELIGIÓN.
BUENO, SUERTE, ASIS.
CEMENTO.-
Eduardo Fabio Asis
Amputando sueos
sin prejuicios, tal cual
está fundamentado en tu experiencia vivida
¿y que importa quien crea o des-crea de ello?
lo que realmente importa es poder sentirlo,
que se nos presente una situación así no es común
por tanto es especial, única, fantástica
y digna de manifestarla a los cuatro vientos
desde el momento que estamos vivos,
si aprendemos a ver más allá de lo superficial
y de la mirada misma
comprenderemos entonces que todo es factible
absolutamente todo.
Gracias por compartirlo.
Eduardo Fabio Asis
CEMENTO.-
ESO DE VER MÁS ALLÁ DE LA MIRADA MISMA ME PARECE UNA GENIALIDAD Y DEBERÍAS EXPLAYARTE MÁS AL RESPECTO.
CREER EN LO INCOMPROBABLE SUELE SER EL FUNDAMENTO DE ESA IDEA TAN ABSURDA DE ''SOÑAR'', INSISTO EN QUE TODOS DEBEMOS CUIDARNOS DE ESAS FALACIAS (SOÑAR NO ES PLANEAR, ES, SIMPLEMENTE, SOÑAR).
SUERTE.
CEMENTO.-
CEMENTO.-
COMO LAS PIEDRAS AZULES DE BORGES, SUMÍS AL LECTOR EN UNA REALIDAD POTENCIAL SOBRADAMENTE INCOMPROBABLE, PERO, A LA VEZ, PROBABLE.
POR EJEMPLO, NADA PUEDE ELEVARSE SIN ELEVARSE, PERO ESE HECHO INCREÍBLE NO ES TOTALMENTE IMPOSIBLE, SOBRETODO PORQUE NUNCA VIMOS QUE ALGUIEN NO LO HAGA.
Y ASI, METIENDO EL DEDO EN LA LLAGA (LA LLAGA ES LO QUE NO SABEMOS, ESO QUE LASTIMA A NUESTRA MAS ARRAIGADA SOBERBIA COMO ESPECIE) NOS TRANMSMITÍS UN MENSAJE FUNDAMENTADO EN SUCESOS INFUNDADOS Y QUE, POR CIERTO, HAN PROLONGADO LA REVOLUCIÓN DE UN INSURRECTO POR YA MAS DE 2000 AÑOS.
COMO NO PUEDO ADMITIR MAS QUE LO COMPROBABLE, TOMO ESTE ESCRITO COMO MERA LITERATURA Y DESTACO LO BIEN QUE HAS ENUNCIADO EL ARGUMENTO DE ESTA TRAMA. ES UN EXCELENTE CUENTO, MUY ATRAPANTE Y, SOBRETODO, SÓLIDO Y COMPLETO.
ME GUSTÓ Y MUCHO, SUERTE.
CEMENTO.-
Eduardo Fabio Asis
Yo soy creyente en la revolución que introdujo el insurrecto que lleva ya más de 2000 años.-
Ahora bien, respeto plenamente a quienes piensan o sienten distinto. Por mi parte, no hice un cuento sino conté una experiencia.
Sé que sos un excelente escritor, en ese sentido, agradezco y valoro que te haya gustado mi escrito. Pero debo ser fiel a lo que he experimentado, el escrito no es cuento, sino testimonio.
Rescato de tu comentario, especialmente, la idea de nuestra arraigada soberbia como especie. De mi parte, al respecto, disculpa si se evidencia alguna soberbia, no ha sido mi intención. je!
Siempre un honor y alegría para mi leerte. Saludos y mucha suerte. Salud!
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Eduardo Fabio Asis
Si el texto tiene cierta "crueldad ingenua", no ha sido esa mi intención, sino por el contrario, transmitir la certeza de que somos amados y no estamos solos. Pero ahora que reflexiono sobre ello, personalmente puedo ser un poco cruel, y bastante ingenuo, y esas humanidades, posiblemente las llevé al relato.
Lo cierto es que los ángeles son buenos e inteligentes. El cruel e ingenuo soy yo.
Se lo aprecia Señor Cemento. Saludos. Salud!
Mara Ester Rinaldi
que valiente sos al contarlo, por qué no creerte?
Acaso somos tan soberbios que creemos q estamos solos en esta tierra?
que somos los únicos?
Aún no sabemos de donde venimos, menos a dónde vamos...pero el hombre
cree saberlo todo, ese es nuestro gran error.
Un abrazo, querido amigo.
Eduardo Fabio Asis
Eliza Escalante
Eduardo Fabio Asis