Una nueva historia
Publicado en Oct 11, 2012
Desperté con un fuerte dolor de cabeza y era lunes por la mañana, no fui a la escuela. Me bañe y me vestí, me puse a hacer el desayuno. Un coctel de frutas y unos Hot-Cake. Mi tía se levanto y como todas las mañanas se fue a correr al campo
-Hola tía, ¿No quieres un poco de fruta y unos hot-cakes? -No Eli gracias, mejor cuando regrese del campo ¿sale? -Ok tía. Después de un rato se despertó mi abuela y le rezo al altar que esta junto a su cama, salió del cuarto y las dos desayunamos juntas, después de esto, ella levanto los platos y se puso a lavarlos. Antes de que pudiera pararme a ayudarla me detuvo diciendo: -No es bueno que faltes a la escuela por un simple dolor de cabeza… Yo puse cara de ¡Ups! Mi tío acompaño a mi abuela a realizar las compras para el almuerzo, al poco rato llego mi tía, desayuno y se fue a trabajar. Después de que los trastes del desayuno quedaran limpios y la mesa ordenada, mi tía Nidia llego -Hola Eliza…-Nos saludamos-…vine a invitarlos a una partida de pastel por mi niña, será hoy por hay de las cuatro, pero solo será pastel. -Ok, yo les digo, es que ahorita salieron y no se a que hora regresen. -Ha bueno, no hay problema. -Bueno chao. -Chao Mi tía salió por la puerta de atrás, tome mi toalla y entre al baño. Al poco tiempo ya me encontraba chateando con amigos de la escuela en la que alguna vez estuve y que ahora pertenece a mi pasado. El tiempo paso rápido, dos horas se me hicieron diez minutos así que para relajar mis piernas fui a visitar a mi tía pero no me percate que Alberto estuviera allí. Allí estaba el, con su camiseta rosa, pantalón de mezclilla a la cadera y tenis verdes mírame a la de a fuerzas, estaba sentado en el sillón, en cuanto entre él se dirigió a la puerta, parecía algo nervioso. -Hola -Hola-nos dimos un beso en la mejilla -Disculpa, no me puedo quedar mas, debo irme, adiós. Salió rápido por la puerta sin que pudiera terminar la frase, yo lo seguía con la mirada desde el marco. De repente escuche la voz de mi tía que me llamaba desde la cocina. -¿Eliza, eres tu? ¿Podrías ayudarme a terminar los preparativos? -¡Claro! Al poco rato… La fiesta ya había comenzado, habían niños de distintas edades, de 3 años, de 4, 5, 6 años, también vi a algunos de 14, 15 y uno de 19 o 20 años. Yo me encontraba platicando y riendo en la entrada del patio con Beto -… ¿Te gustaría salir al cine?-dijo de improviso -Mmm…claro -¡Genial!, mañana a las 7? -Si, no tengo problema El ambiente perfecto para el beso, los dos lo sabíamos, nuestros labios se acercaban cuando el clac son de un camión desinfla la nube en la que nos encontrábamos y me hace darme cuanta que mi prima estaba en su camino, corrí hacia ella para salvarla mientras Beto gritaba mi nombre. El tiempo de mi prima quedo intacto pero el mio era diferente. Mi último recuerdo fueron dos luces que se acercaban vertigosamente hacia mí.
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