Juegos de Nieve
Publicado en Oct 13, 2012
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Si le preguntas a la mayoría de la gente qué estación del año le gusta más, la gran mayoría ha de responderte el verano, con su coluroso y luminoso sol, una pequeña minoría diría el otoño, donde llueve y las hijas de los árboles son dignas de apreciar, cada una de distinto color, casi nadie nombraría la primavera, donde los brotes florecen e inundan las praderas de todos los colores. Y pocos, sólo unos pocos, elegirían el invierno. El invierno... una estación implacable, que lo cubre todo de blanco, donde los animales descansan y el verde desaparece, los humanos, por el contrario tienen distintas formas de vivirlo. Algunos se quejan mientras despejan la nieve de sus jardines o de sus autos, otros gruñen por el frío, pero sin embargo, hay quienes aprecian realmente el invierno. Aquellos que así lo hacen son los niños...
Los niños, quienes salen fuera y se divierten con la nieve y sus juegos. Guerra con bolas de nieve, armar muñecos de nieve, comer nieve, tirarse sobre la nieve... nieve, nieve, nieve. Los niños la adoran, sobre todo cuando están de agrupos, y con el equipo adecuado para no tener frío. No todos los jugos son amistosos, algunos llevan intensiones demasiado oscuras en su interior...
 
Adrien y Lily se divertían con ellos. Sus juegos no eran muy "amigables", pero sus padres no parecían darse cuenta. Adrien, estaba profundamente celoso de su hermana, o más correcto sería decir hermanastra. Su padre se había casado nuevamente, tres años después de la muerte de su ex-esposa. Él había sobrellevado bien su relación, pues tenía ya seis años, y comprendía demasiado para su gusto. Angie, la nueva novia de su padre le había caido bien hasta que se convirtió en algo más que eso... había intentado reemplazar a su madre, y eso nadie podría hacerlo. Ni hablar en cuanto se enteró que Angie tenía nada más ni nada menos que una hija propia, de tres años. Adrien no había pedido una nueva madre, y mucho menos una hermana...
En cuanto Angie se integró con Lily completamente a la familia, Adrien inmediatamente se encontró deseando volver a ser sólo él y su padre, sin madres que lo molestaran con preguntas o exigencias tales como: "¿ya has hecho tus deberes?, ¡abrígate!, no hagas caprichos, ordena tu cuarto" ni "hermanas" que le robaran o estropearan los jugetes, ni acapararan atención. Desde que Lily había llegado, Adrien había perdido su camión de bomberos de jugete, sus soldaditos, su oso de felpa, su mazo de cartas, dos de sus juegos de mesa, entre otras tantas cosas... estropeadas, rotas, manchadas o babeadas por Lily. No entendía que veían sus padres en ella, por que no sólo arruinaba sus jugetes, si no que, además, eclipsaba toda la atención de Angie y su padre, quienes a cada rato estaban diciendo lo "preciosa", "tierna" o "graciosa" que era.  Adrian guardaba sus celos y rencor en su interior, junto con una mezcla de dolor y rechazo. 
Todavía no había superado a su madre. Compendía la necesidad de su padre de cariño (él se había encargado de explicarselo claramente), pero no entendía por qué debía de sentir que Angie era su madre, si aún no había superado a la verdadera.  Tampoco comprendía sus sentimientos, pero tanto como quería a su padre y añoraba a su madre, le desagradaba Angie y odiaba a Lily. Lo que más deseaba, era volver a estar a solas con su padre, tenerlo para él sólo, no tener que compartir más cosas con Lily y que Angie dejara de molestarlo. 
Cuando llegó la nieve, también llegaron las ganas de salir a jugar fuera con ella. Adrien juntó su equipo, se lo puso, y salió a disfrutar. Pero no solo salió él, si no que Lily desidió seguirlo, y fastidiarlo, como hacía siempre. Comenzó haciendo un muñeco de nieve, lo más apartado que pudo de ella. Sin embargo, no tardó en molestarlo.
Lily intentaba entrometerse en su muñeco y formarlo ella también, no entendía que Adrien no desiaba su ayuda, si no todo lo contrario. Cuando termino su muñeco, Adrien lo  admiró satisfecho. Su pelo negro ya estaba repleto de copos de nieve, y su equipo mojado; por suerte, sus pies aún seguían calentitos, debido a que llevaba botas. Paa él, era casi una obra de arte, perfecta; a pesar de que en realidad eran tan sólo tres bolas de nieve de distintos tamaños, apiladas una sobre otra, formándo una especie de muñeco frosty personalizado, con nariz de nieve en lugar de zanahoria, ojos ahuecados en lugar de botones, y una cabellera de nieve a cambio de el clásico sombrero de copa. Su satisfacción no duro mucho, pues Lily, agotada de estar tanto tiempo afuera, expusta al frío, se recostó contra su muñeco de nieve, provocando su caída.
-¿¡Siempre tienes que arruinarlo todo, eh!? ¡Ni siquiera puedes estarte quieta! -le gritó Adrien, enojado a su hermanastra, casi le salían lágrimas, casi. Empujó a Lily y volvió a gritarle:- Eres una inútil. 
A pesar de que Lily ya tenía tres años, todavía seguía siendo pequeña, y no había aprendido muchas palabras, no reconoció el significado de "inútil", pero si percibió sus intenciones y las lágrimas le desbordaron sus ojos. Quizá a Adrien no le agradara Lily, pero ella sentía devoción por su hermano, y el tono de su voz la hirió mucho. En vez de levantarse de la nieve, seguía allí tendida, pero con la cara entre las rodillas, y sollozando.
Adrian recordó un juego muy, muy divertido. No se estilaba a hacerlo en invierno, si no en verano, con la arena de la playa, pero a él no le importaba. Quería acallar a Lily de una vez por todas, y  ése juego sería ideal. 
-No llores... Tranquilízate, vamos a jugar un juego, uno en serio divertido.
Adrian compuso una sonrisa falsa y se sentó al lado de Lily, apoyando una mano en su cabeza para tranquilizarla. Funcionó, porque ella se levantó, y sus ojos verdes brillaron.
-¿Qué juego?- repuso con verdadero interés y curiosidad.
-Sólo debes acostarte en el suelo... -Lily así lo hizo- éso es, ahora relájate y cierra los ojos. 
Lily no se atrevía a abrir los ojos, por temor a que Adrien le gritara otra vez, pero sentía una angustiosa curiosidad por ver de qué iba aquél juego... Adrian comenzxó a cubrir las pequeñas piernitas de lily con nieve, como cuando a uno lo entierran en la arena. Terminó deprisa con ellas y lugo cubrió su torso.  Cuando Lily sintió un frío repentino, ya que su temperatura corporal había bajado preocupantement (claro que ésto ella no lo sabía) no resistió más y abrió los ojos. 
-Adrien, te...tengo frí... fri... frío. -susurró como pudo, sus labios estaban congelados, y si ubiera podido versu imagen desde afuera, los habría viso de un angusiante color violeta.-Ad...Adrieen...
-Shh, esto es parte del juego.-él juntó más nieve sobre Lily, pues ella comenzaba a tiritar y a remover la nieve sobre ella.
-No me gu..gusss...gusta essste jue..juego....- Lily ya no podía hablar, sus labios habían qudado congelados, sentía la nieve sobre su cuello, que empezaba a enfiearce del todo, y su ropa comenzaba a mojarse, por lo que ya no la abrigaba del frío. Intentó moverse y safarce de la nieve, pero su cuerpo no le respondía, ya casi ni siquiera tiritaba. Adrian cubrió lo que faltaba con la nieve. Sólo se escuchó un gemido lastimero, y luego, luego simple silencio.... ¡Ah! l primer silencio desde que Lily había llegado, ahora habrían muchos más. 
Lo mejor de todo: se había librado por fin de una molestia. Por fin volverían a ser solo él, su padre, y el recuerdo de su madre.
Tan sólo quedaba una molestia más.
Angie. 
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Foto del autor Luna
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Miembro desde: Oct 13, 2012
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Descripción

No creo que se pueda decir que haya mucho transfondo oculto de esta historia, más que lo obvio, aunque básicamente es más que nada sólo para disfrutar, lo que espero que hagan :) Una vez más, la foto no es mía, es de imagenes de internet :)

Palabras Clave: Nieve cuento juegos niños cuento breve historia terror misterio aventura jardines

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio


Creditos: Luna Bujalesky

Derechos de Autor: Luna Bujalesky

Enlace: http://www.facebook.com/note.php?saved&¬e_id=39


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