tenamos sed.
Publicado en Oct 13, 2012
Años ya van. Aún confundo tu silueta con el vaciar de mi botella. Cada sabor con tus respuestas desgraciadas ¿Qué hacer cuando el tiempo nos da palabras que años atrás queríamos escuchar? Las vengamos; y tú mujer, las vengas sólo con tus actos. Bonita, por que has de volver hoy, tu fragancia ya no me tienta las palmas, sólo me hiere.
Me hiere tu presencia, tu sonrisa, tus sutiles muecas que tienes al beber alcohol. Tus grandes ojos, tus piernas danzantes, tus canciones, la música que dejabas al pasar, tu personalidad adjetiva. Me hieres por doquier pequeña, con cada latir que a mi nombre no fuiste capaz de entregar. & como reencuentro, nuevamente es una noche más. ahí estas tú. El pasar de los años no se te impregna en la memoria. Te tuve tanta paciencia cariño, siempre fue así y el ignorarte hoy me pesa la derrota. frente a mi la música muere, frente a mi la poca luz te ilumina, frente a mi el licor no tiene grados, frente a mi estás tú, tenue cómo cada noche. Aquí tengo el placer del mejor error de la vida con un vaso de vodka en la mano. Tu mirada fría espera respuestas ¿acaso debo volver a rogarte perdón? ¿ Acaso te hice algún daño? ¿Te herí de la misma manera? No, nunca lo hice. Jamás te busque en otro cuerpo, sólo disfruté de almas rotas al igual que la mía. Viví dolores fuera y contigo, arruiné mis pesares no los tuyos. ¿Entiendes? ¿Sabes a lo que me refiero cuando hablo de querer para ti lo mejor? Quisiera rogarte una sonrisa más, esas que eran sólo para mí. Tocarte el pelo, cuidarte como soñé. Pero no. Eso es capitulo anterior. Hoy quiero sentir tu venganza sobre mis pómulos, yo las soportaré. ¡Dime algo bonita! Dime ese te amo que siempre busqué y nunca encontré. ¡¿Tú así como así te fuiste?! Tu voz se alzó quebrándose, fue la única vez que me dirijiste la palabra en toda la noche. ¡¿Crees que con palabras, cartas o un por favor perdóname las cosas van a cambiar? ¿Cómo comprenderás el amor que nunca me diste? Duele. Hasta tu voz ha de doler. Te escuche cabizbajo y repetí mas de dos veces. “Las cosas ya están hechas”. Y vi, como tus ojos me odiaron. Me desgarra el placer. Tu amor, tu pena, tu alma, tus manos y sobre todo tos ojos buscaron los míos. No te los dí. No te los daré nunca más. Un hombre con ojos en lágrimas no han de valer, menos para ti, que te mereces más de lo que ahora tienes. Ahora hagamos un salud, porque no quiero que esta historia tenga otro final que no sea tu yo juntos en el mismo bar, dándonos aquel beso de despedida, golpeándote el celar, bailándote en otros cuerpos, preguntándote como estás, pidiéndote perdón y el momento memorable en que tu amor se convirtió en pena y esa pena se transformó en sed.
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Laura Torless
Sofa Amanda.