Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -66-
Publicado en Oct 31, 2012
En Coca...
La hermosa periodista brasileña Leda Melo de Carvalho está ahora escribiendo en su propio Diario personal. - Silencio. Me estoy preguntando, desde hace horas, por qué el silencio nos avisa siempre que podemos recibir una noticia. O bien una desagradable noticia o bien una noticia agradable. En este caso sólo nos queda esperar en silencio para ver si, al final, logro alcanzar la meta que él tan generosamente me ofrece o tengo que buscarme la vida acudiendo a la Oficina Nacional de Empleo de mi ciudad natal de Manaus. Sea lo que sea, el silencio siempre es un misterio que no podemos comprender hasta que se convierte en palabras. Estoy esperando su reportaje porque él me lo prometió. Si me falla este chaval dejaré de creer en todos los hombres de la Tierra, porque si alguien con tan noble mirada y de tan agradable sonrisa bohemia es un mentiroso... los demás hombres serían un millón de veces más mentirosos que él. Alguien llama a la puerta de su habitación y deja de escribir inmediatamente, mientras esconde el Diario en el cajón de la mesilla, esperando que sea Jota Jota. - ¡Adelante! - ¡Hola, Leda! - ¡No! ¡¡Vaya desgracia!! - ¿Qué te sucede, Leda? - Que usted, señor don Giovanni, no es a quien estoy esperando. - Es que usted se dedica a esperar... - ¡Si vuelve a insinuar otra vez eso que está imaginando, le pego tal tortazo que le rebajo de sacerdote a cerdote!... ¿me ha comprendido usted? - Yo no quise decir eso... - Más le vale; porque la verdad es que mi oficio empieza por p pero se trata de periodista y no de lo que muchos cerdotes creen... ¿entendido so cerdote... esto quiero decir sacerdote? - Perdón, Leda, no quise decir eso ni siquiera insinué lo que muchos dicen o piensan cuando ven a una escultura brasileña viva pero que no saben nada de mujeres. Leda Melo de Carvalho suaviza su rostro y se borra la ira de sus ojos. - Está bien. Acepto su disculpa. ¿Qué quiere de mí? - A veces los derechos humanos son solamente ciencia ficción, Leda. - ¿Y para decirme eso ha venido hasta aquí? ¡Eso ya lo sé yo de sobra desde que sólo era una niña nada más! En muchas ocasiones, muchas más de las que usted me pueda contar, se pisotean y se aplastan todos los derechos humanos de las personas más necesitadas. En mi propio país hay mucho de eso. Ya he escrito mucho sobre las favelas. - ¿Podría sentarme, en el sofá, junto a usted? - Vamos al sofá. Puede usted sentarse junto a mí pero manteniendo la distancia necesaria para no dar pie a ningún equívoco. Este sofá es muy amplio y no deseo entrar en la corta distancia con usted ni con nadie como usted. - Pero... ¿qué le he hecho yo para que esté tan enfadada conmigo? - De momento nada... Ambos se sientan en el sofá. Cada uno en uno de sus extremos. - No se preocupe por eso. Sólo he venido para ver si usted me puede entender y se decide a escribir algo sobre eso de "a veces los derechos humanos solamente son ciencia ficción". - ¿Por qué me pide eso a mí todo un tan famoso antropólogo como usted, Giovanni Sanfilippo Sívori? - Porque muches veces los famosos antropólogos, cuando estudiamos a los pueblos nativos, por ejemplo de la selva amazónica, cometemos demasiadas veces ese asalto a los derechos humanos que ellos tienen desde el principio de los tiempos. - ¿Conoce usted algún caso? - Muchos... pero le voy a citar uno del cual puede usted hacer un excelente trabajo periodístico. ¿Recuerda usted algo de Chagnon? - Por supuesto que lo recuerdo. Siga contándome. - El famoso y celebérrimo Napoleon Chagnon, antropologista y profesor emérito de la universidad Santa Barbara de California, uno de los más grandes y distinguidos antropólogos de nuestros tiempos modernos, estuvo constantemente destruyendo todos los derechos humanos que tenían lo yanomami brasileños, compatriotas tuyos para más inri, al no dejarles haber vivido en paz y cómo ellos lo hubiesen decidido sin tener que ser tratados como conejillos de indias. - ¡¡Me interesa eso!! ¡Si me resulta interesante escribiré sobre ellos... pero estoy esperando el reportaje de mi vida y espero que sea algo mucho mejor o por lo menos algo que, además de ser mucho mejor, sea algo desconocido por completo! Sobre los yanomami ya se ha escrito mucho y poco de sorprendente se puede escribir ya de ellos. - Pero... ¿se puede saber a quién esperas y qué esperas de él o de ella? - Espero a alguien que se introdujo en el misterio de la vida o la muerte. Quizás sea eso lo que quiere ofrecerme como regalo periodístico. - ¡No me digas que, hoy en día, en tu profesión hay todavía alguien que regala algo a cambio de nada! - Bueno... no... en realidad me costó mil euros en efectivo y cuatro mil dólares también en efectivo... pero como no cumpla con su palabra de hacer de mí la periodista más famosa de estos tiempos... ¡ay de él y de sus huesos como no cumpla con su palabra!. - ¿Cómo has podido ser tan ingenua a pesar de la fama que tienes de mujer sagaz y profesional mil por mil? - Conociéndole lo poco que le conozco todavía... no me quedó otra salida que darle una oportunidad porque se la merece... - ¡Pero Leda, que vas a arruinar tu vida! - ¿Qué está usted pensando, viejo verde? ¡Además de viejo es usted más verde que el Lagarto Juancho de aquellos años televisivos de los dibujos animados de Hanna-Barbera! ¡Y si sigue usted por ese camino, que no es un camino bien trillado por cierto porque yo no soy la fácil conquista de un pendejo como usted, le cruzo la cara de un guantazo tan bien dado, so cerdote... esto... quiero decir sacerdote... para ver si así le enderezco la retorcida mente que tiene que parece que su cerebro está compuesto de raíces secas en lugar de contener frescas neuronas por lo carcamal que es usted y por lo carca que es su manera de pensar! - Leda... ¡cálmate, por favor!... y perdóname si he pensado mal. Lo único que me interesa es que me escuches un poco sin alterar tus nervios por culpa de ese joven o chaval como tú le llamas. Tu vida privada es tu vida privada y yo te la respeto. - ¡Pues entonces deje de decir o de insinuar cosas verdes sobre mi vida privada porque resulta que las brasileñas tenemos la fama y a lo peor otras son las que cardan la lana! Y no me estoy refiriendo precisamente a latinoamericanas... - Supongo que te basta con pedirte perdón... - No basta ya con pedir perdón, don Giovanni, no basta ya con pedir perdón. Hace unos días leí en un periódico español la siguiente parrafada: "Tras haber pedido perdón ¿por qué a veces no es suficiente? ¿Qué más quieren? ¿Qué se debe hacer si no nos perdonan? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Insistir? ¿Retirarse de la primera línea de guerra y dejar el tiempo pasar mientras sufres el castigo de esa persona que te ha condenado?" ¿Cuál es la verdadera respuesta señor so cerdote, esto quiero decir señor sacerdote y señor antropólogo al mismo tiempo? ¿Qué está usted investigando, durante tanto años, sobre nuestras almas o nuestros cuerpos? - Llevas razón, Leda. Supongo que la mejor respuesta está en el interior de cada persona que asaltó lo derechos humanos de otra persona. ¿Es a eso a lo que te refieres? - Sí. Es a eso. ¡Y quién nos dice a usted y a mí si ese joven que se ha introducido en el misterio de la vida y de la muerte ya no desea saber nada más de disculpas, ya no desea saber nada más de perdones, ya no desea saber nada más de excusas por parte de nadie y ya no desea saber nada más de las envidias que produce en ciertos tipejos el hecho de saber que haya algunos como él que sabe dialogar con una mujer tan hermosa como yo pero que sólo está amando a una mujer tan hermosa como ella! ¿Es usted también parte de esos indecentes machistas que opinan que es imposible que un hombre no puede estar hablando con una mujer hermosa solamente por hablar o incluso solamente por amistad y sin que esté teniendo relaciones sexuales con ellas engañando a la que de verdad ama? ¿Quién nos dice a nosotros dos y quien dice, de paso, al mundo entero, si él ha llegado ya definitivamente a encontrar esa verdadera dimensión cristiana que define al verdadero hombre como si fuera un niño o un joven que ya no ha querido crecer más allá de los dieciochos años de edad para no ser como ustedes, antropólogos, sacerdotes y sabios en todas clases de ciencias, que miran continuamente las partidas de nacimientos, los documentos nacionales de identidad y los pasaportes a la hora de catalogar a los seres humanos para darles algún que otro premio de mierda? Perdone usted lo de mierda pero posiblemente él les haya mandado a la mierda a todos ustedes. Usted que es antropólogo para las cuestiones del cuerpo y el paso del tiempo por el cuerpo y, a la vez, sacerdote para las cuestiones del alma y el paso del tiempo por las almas... ¿por qué no se atreve a decirme a mí a solas, como si de un secreto de confesión se tratara, que soy una mujer guapa, bella y atractiva, tal como él me lo ha dicho; de frente, sin tapujos, sin mirar nada más que con la mirada que acaricia suavemente pero no propone actos obscenos? ¿Cuál es la verdadera respuesta, la suya o la de él, señor antropólogo y sacerdote a la vez? Y déjese ahora de falsedades e hipocresías para explicar todo esto. - Quizás ese joven que tú has conocido llegó a encontrar, aquello tan famoso de "érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos; érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos; y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado; y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado; todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés; todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés". Yo elijo esa respuesta porque él a lo mejor desea vivir en un mundo al revés que el nuestro. - Pues ahora me hace usted pensar que de algo de todo eso puede tratarse, de alguna manera, el reportaje que me ha prometido enviar. - Quizás... - Los quizás ya no sirven, don Giovanni, los quizás ya no sirven. Ahora sólo sirven la certeza o la incredulidad, las verdades o las mentiras. Estamos tan metidos en el mundo de las energías materialistas, en todos los sentidos humanos, que estamos dejando de ser humanos y estamos empezando a ser nada, absolutamente nada... nada de seres humanos o, incluso, solamente neutrales que viene a ser lo mismo o incluso peor. O posiblemente los que nos lavamos las manos, de manera más hipócrita que Pilatos que, al fin y al cabo sólo era un cobarde, porque no sabemos soñar como sueña él y los que son como él. Hay una frase muy popular y sabia que dice que "no es más limpio quién más veces se lava sino quién menos veces se ensucia" señoo so cerdote... quiero decir señor sacerdote y antropólogo al mismo tiempo. Y ya sabe a lo que me refiero con eso de ser limpio o ser sucio y a buen entendedor pocas palabras bastan. Él posiblemente, y estoy segura de ello, tenga un sólo Tiempo sobre la Tierra... pero ese tiempo quizás sea la Eternidad en esta Tierra: Tiempo sin límite y Tiempo sin final. Estoy segura de que es un chaval que ha conquistado la Eternidad con su Esperanza y sobre esta Tierra de su Ternura. - ¡Dios mío! ¿Sabes lo que estás afirmando? - Sé lo que estoy afirmando. Si viviéramos en la Época de la Inquisición ustedes los "santos clérigos" me quemarían viva en la hoguera por decir esta afirmación y se justificarían diciendo que yo era una bruja. Sin embargo, estoy segura, de que él ha encontrado esa Gran Verdad porque debió de haber conocido y sentido en su propia alma, en alguna ocasión de su vida, los insultos de gentecillas mucho menos inteligentes que él, los rechazos de gentes mucho menos solidarias que él y las burlas de gentuzas mucho menos nobles que él. ¡Lo que ha hecho él si que demuestra tener valor de hombría verdadera y no esos maricas que sólo viven para insultar, para rechazar o para burlarse de quienes son verdaderos hombres de verdad. ¡Eso sí que es ser valiente y echarle valor a la existencia! - Cierto es. llevas razón, Leda. Valor es lo que se necesita parfa abandonar una vida cómoda y con gran futuro profesional para renunciar a todo ello e intorucirse en la vida de los misterios. ¿Quién pudiera ser como él? - Nunca podemos ser cualquier otro o cualquier otra. O somos nosotros mismos y nosotras mismas o somos tan falsos y tan falsas como ese famoso y celebérrimo antropólogo llamado Chagnon y que usted me ha citado al comenzar el diálogo conmigo. Y que conste que ha sido usted y no yo quien lo ha traido como ejemplo para diferenciar lo honesto de los deshonesto, lo legal de lo ilegal y lo noble de lo innoble. - Es cierto. Asumo esa responsabilidad... y ahora me estás haciendo pensar que para dialogar con un ser humano considerado una "estrella" porque así conviene a los intereses de los que manejan la sociedad... es necesario hablar mucho antes con las estrellas del cielo. Solamente que él ha decidido dialogar con alguien que no es una "estrella" sino que debe ser su verdadera princesa. - Sí. Estoy de acuerdo. Con las estrellas del cielo compañeras fieles de la Luna. Estoy seguro de que él, si está vivo, ya lo ha hecho. - Supongo que por eso él ha seguido, solamente con la Ley de la Vida y rechazando por completo la Ley de la Muerte, su propio camino. Empezó, posiblemente desde muy niño, a dialogar con las estrellas del cielo sin ninguna clase de miedo... y por eso es capaz de hablar con cualquier tipo de seres humanos, sean hombres o sean mujeres, sin ninguna clase de temor. Por eso tiene tanta valentía y le ha hechado tanto valor a la aventura de los misterios y no ha dudado, ni tan siquiera un instante, de ir en la búsqueda de algo que debe ser su Gran Sueño. Hasta es del todo posible que, si vive, lo haya encontrado ya. - Posiblemente sea así, don Giovanni. Es curioso que ustedes, los que son tan sabios religiosos y tan doctos en teologías de toda clase, no lo hayan podido descubrir. ¿No habla usted con Dios? ¿Por qué Dios no le ha revelado a usted, expertísimo religioso, si ha encontrado, en verdad, su Gran Sueño? ¿O es que Dios no contesta a quienes no buscan otra cosa sino desear conocer, para ser famosos por supuesto, en lugar de limitarse a querer conocer? La diferencia entre desear, que siempre es deshonesto e interesado, y querer, que siempre es noble e interesante, es saber elegir ese Destino, con D mayúscula de Decisión, como por ejemplo tuvieron los Conquistadores de España a la hora de descubrir y colonizar mi América y a pesar de que lo nieguen verdaderos ignorantes como un tal conocido mío llamado Davide Da Castelho y Millo, que dicho sea de paso se cree el más guapo del mundo y el que todo lo sabe sin equivocación alguna, es que Dios dota y otorga ciertos dones superiores solamente a aquellos que Él elige. A los qwue co0nsidera los mejores seún su divina decisión porque no tiene por qué explicárselo a ninguno de los seres humanos, ya que es IOnfinitamente Superior a todos los habidos, los que hay y los que habrán, aunque también es a los que más exige parfqa conseguir lo que sueñan. En este caso me estoy refieriendo a que él sueña con Ella... según deduzco de lo relatado por Carmen. - ¿De quién me hablas ahora, Leda? - Según me explicó Carmen, existe una espectacular nativa, un monumento de mujer sumamente joven y hermosa por lo que pudo deducir ella, que ha podido destrozar el corazón de Jota Jota. Aunque yo creo que él, deliberadamenge y por su propia voluntad, ha sido el que ha dejado que se lo destroce. ¿No es eso amar, don Giovanni? - Hablas mejor que nunca, Leda. - Porque Él me ha enseñado, en muy pocas horas de charla, a hablar mejor de lo que otros muchos hombres me han enseñado a lo largo de toda mi vida. Ha sido ahora, cuando ya tengo 25 años de edad, cuando un hombre, mucho más joven que yo, me lo ha enseñado. Tengo tan sólo 25 años de edad pero, probablemente, tengo tiempo suficiente para parecerme a Él en esto de hablar mejor que nunca. Las palabras sucias, propias de los estercoleros, ya no me interesan para nada. Escribir sobre lo que usted me propone no me parece tan interesante porque tendría que incluir alguna palabrota innecesaria pero recurrente ante tales injusticias que se ven en la vida, señor sacerdote, antropólogo y hasta sabio docto en Humanidades a la vez. ¿Habla usted tan limpio, en privado, como cuando se dirige a su público lleno de fanáticos y fanáticas que tanto le adoran, don Giovanni Sanfilippo Sívori? Posiblemente para ustedes, los oradores de las grandes masas, sus púlpitos dorados y sus balcones de longa historia, sean la máscara donde embellecen las palabras malsonantes, malolientes y hasta putrefactas que emplean cuando las grandes masas no les ven. Él, sin embargo, nunca es así. Habla siempre de la misma culta manera tanto en público como en privado; tanto ante las masas como ante un reducido grupo de amistades. - ¿Cómo puedes afirmar tal cosa? - ¡Porque tengo completa Fe en Él! ¿Usted sería capaz de hacer algo así? - Yo desde luego que no. Yo creo que él está viviendo y haciendo realidad su Gran Sueño. Ya dijo Jesucristo que veríamos pero no creeríamos... así que existe la posibilidad de que ese chaval esté viendo y viviendo el Milagro de ver cumplido sus Gran Sueño. - ¡Pues para conseguir eso hay que ser de verdad valiente en medio de esta sociedad tan desconfiada que ya nadie puede fiarse ni de sus más íntimos amigos y amigas! - De verdad que hay que ser verdaderamente hombre y verdaderamente valiente... y te estoy hablando, por primera vez, con total sinceridad y sintiendo lo que digo. - Entonces déjeme ya en paz y a solas, por favor, porque tengo quen terminar de escribir la página de mi Diario personal y olvídese, para siempre, de mi nombre y apellidos porque yo, y esto es un secreto que descubro sin ninguna clase de vergüenza sino con total y sano orgullo, a pesar de todo lo que se pueda pensar de mí sigo siendo igual que Ella; o sea, totalmente virgen. Y me importa menos que un comino que usted o quienes son como usted piensen que no es cierto. No sólo soy completamente virgen a mis ya 25 años de edad sino que la frase famosa más estúpida de las muchas frases estúpidas que conozco de la Historia de la Humanidad es la que dijo el Divino Cayo Julio César sobre su mujer. La necedad de que "La mujer del César no sólo debe ser honesta sino que tiene que parecerlo". Esa será una frase "gloriosa" para los machistas pero para mí es la mayor estupidez dicha por un hombre casado por mujy "divino" que le hayan dicho que era. ¿Me ha entendido usted ya del todo, don Giovanni? - ¿Una bruja hermosa pero virgen? - Exacto. A usted puedo parecerle una bruja hermosa pero soy tan virgen como esa nativa de la que me habló Carmen Vergara Ordóñez y, para que usted y todos los que son como usted, se enteren de una puñetera vez y para siempre, voy a seguir siendo virgen hasta que encuentre al hombre de mi vida y casarme solamente con él hasta la Eternidad. Si dijera esto en la Edad Media, los de la Inquisición me quemarían viva en la hoguera... pero ahora me siento con la suficiente fuerza de voluntad para afirmarlo sin tener que retractarme de haberlo hecho. El sacerdote y antropólogo italiano don Giovanni Sanfilippo Sívori cree llegada la ocasión pero hablando sin moverse ni un centímetro de la esquina del sofá en donde se encuentra... - ¡Yo, por ti, soy capaz de abandonar para siempre mis hábitos de sacerdote, colgar para siempre mi sotana de cura como hacen los futbolistas con sus botas cuando abandonan la práctica de su deporte y casarme contigo hasta que tú quieras! ¡Serías mi joya más predilecta y te sacaría a pasear por todas las ciudades y pueblos del mundo! - ¡Eso sí que es lo más machista que he oído yo en mi vida! ¡¡Váyase ya, por favor, tío pesado!! ¡Y no vuelva a visitarme nunca jamás! Lo siento pero ni usted es el tipo de hombre que me gusta físicamente ni tampoco es el hombre que elijo como compañero, amigo y amante a la vez! No me casaría con usted jamás porque yo no soy ni un objeto ni una perrita de lanas que se saca a pasear para sentirse orgulloso de ella. ¡Corte ya su rollo donjuanesco y haga el favor de hacer como que nunca conoció jamás a un monumento brasileño vivo como dice que soy yo! Prefiero que me traten como ser humano, como persona y como periodista inteligente, antes que como a la mejor joya de un harén. ¡¡Haga el favor de levantarse e irse a hacer vientos a otra parte pero a muchos kilómetros de distancia de mi persona!! Don Giovanni se levanta del sofá con la cara completamente roja por la vergüenza que está pasando y, rápidamente sin decir ni tan siquiera adiós, abre la puerta de la habitación y desaparece para siempre de la vida de Leda; la cual se levanta lentamente del sofá y, con una tranquilidad pasmosa, se sienta ante la mesilla, saca su Diario personal y privado y continúa con su escritura. - Cuando el Silencio se puede, por fin, romper y encontrar palabras nobles, honestas, sinceras y hasta hermosas y bellas... pero nunca palabras sucias ni obscenas, es cuando aprendemos más en la vida a ser seres humanos y personas con valores y con sentidos claros de lo que es la existencia de esta Naturaleza nuestra creada por Dios. El único y verdadero heroismo en esta nuestra existencia diaria no son los mitos irreales, los glamurosos héroes de papel mojado, los hombres y mujeres del éxito insustancial para el común de los mortales, esos iconos que nos representan siempre felices y que, en realidad, sólo son las patéticas imágenes de vidas privadas sin ninguna clase de interés más que quemar la vida; pero que nos imponen los caducos y viejos señores de los intereses creados; los que manejan los hilos de este títere mundo en donde nos han introducido en contra de nuestra voluntad. El verdadero heroismo no son esas grandes hazañas artificiales que nos transmiten a través de todos los medios de comunicación social de masas alienadas... y lo afirmo yo, que soy una de las más adoradas figuras "estelares" de dichos medios de comunicación de masas... porque pienso, siento y afirmo que el verdadero heroismo es vivir sin que nadie pueda reprocharnos cuando llamamos al pan, pan... y al vino, vino... y a cada situación inhumana por su verdadero nombre... pero nunca usando palabras sucias para describir lo que, a veces, tiene de hermoso el amor humano de un hombre con una mujer... de acuerdo con la verdadera Naturaleza en que nos creó Dios. Es cierto que Dios reparte dones según su propio criterio y no tiene por qué dar explicaciones a nadie de la humanidad, ni tan siquiera a la humanidad entera, porque Él es más Poderoso que toda la Humanidad del pasado, del presente y del futuro. Pero como es también Justo, Dios exige a cada uno según lo que le ha regalado. En ese sentido, un hombre y una mujer sólo son completos cuando unen sus vidas dentro de la Verdad Absoluta del amor que no es la mentira que nos han estado contando de la Relatividad. No. No existe relatividad alguna en el amor entre un solo hombre y una sola mujer: la manera exacta de ser pareja humana. Lo demás es falso, y mentira, y forma de contentar al vicio que nos imponen como modelo de conducta diciendo que todo es relativo. Será relativo viajar de vacaciones a Cancún o a las Islas Canarias por ejemplo; pero lo que he podido descubrir en estos últimos días es que el amor verdadero es siempre un Absoluto. Y ese amor viene otorgado por la Verdad y esa Verdad, ese Camino y esa Vida, solamente es Jesucristo. Un hombre y una mujer sólo son un hombre verdadero y una verdadera mujer cuando, sin fronteras de ninguna clase, sin prejuicios contra ninguna etnia, sin rechazo contra ninguna nacionalidad, huyen del materialismo de las falsas relatividades y buscan su vida en el Absoluto de sus existencias comunes que son un masculino y un femenino solamente en primera persona singular. Quizás tengamos que revisar el camino que nos han obligado a aceptar por imposiciones políticas, económicas, sociales y religiosas, para poder encontrarnos de nuevo en el Principio del cual nunca deberíamos habernos separado. O sea, quizás sea ya la hora de vivir la Eternidad en el Paraíso Encontrado. Leda Melo de Carvalho, ya cansada de escribir, envía el texto completo al "New York Times" para que se publique como la columna semanal que tiene contratada con dicho diario neoyorquino, se levanta de la silla, se dirige hacia la cama y se deja caer sobre ella. - Pero volverá... sé que algún día volverá...
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