¡Ay!
Publicado en Nov 04, 2012
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¡Ay!
No fue ciega la ira.
Fué premeditada, pensada, analizada, las maldiciones no la anulan, no devuelven nada, no existe un eco que traiga de regreso mis palabras, ¿Es una locura? ¿Es un singular sueño? ¿Es el cansancio que nubla mi consciencia? ¿Es el frio?  Mis manos buscan a mis otras manos, mis ojos se buscan a sí mismos, la imagen en el espejo que se refleja de alguna parte oblicua a esta arista, puede ser la de mi padre y no la mía, puede ser la parte que desprecio de mi mismo, puede ser Adán, puede ser una huella en la arena, déjame pensarlo un poco, deja que mire y palpe esa imagen, cuando mis ojos se encuentren cuando mis manos descubran su otra piel, la piel perdida por los siglos, por el sol, por las lagrimas, mis manos que han sido, mi único asidero, mi único refugio. Mis ojos han sido mi única conexión con el mundo, porque lo que pienso no lo puedo relacionar sin la imágenes, esa imagen me persigue, la miro de frente, la sujeto y trato de razonar con ella, la conozco, no de ahorita, de hace mucho tiempo, tal vez antes de que fuera una imagen, antes de que se reflejara oblicuamente sobre esta arista donde estoy, los ojos son diferentes, como si fuera un torrente de enojo, hoy no es la primer ves que lo intento, lo he intentado otra veces, le he pedido perdón, y se desvanece como sombra, en la oscuridad, maldición, déjame al menos explicar porque necesito que te dibujes oblicuamente desde esta arista, porque imaginar cosas prodigiosas dejo de ser mi salida de emergencia, ahí en la isla, la tierra despierta lentamente, mis pies están rotos, sujetos, ennegrecidos por la cólera, en todos estos años no han podido sacarme de este laberinto. Todo mi cuerpo es recorrido por un escalofrió, empieza desde el dedo meñique del pie izquierdo, hasta el cabello ciento cuarenta y nueve mil novecientos noventa y ocho, junto con sus respectivas proles, hubiesen recibido los insultos, empero aquí no hay fuerza que valga un aliciente, todo lo devoran los recuerdos, aunque solo unos cuantos, tres tal vez, recirculan constantemente, en una mezcla de sonidos, no de imágenes, curioso que los recuerdos no sean imágenes y se presenten como sonidos, el sonido de una voz, de mi propia voz, la voz del hombre, o la voz del niño, desde un abismo orgánico. Aquí no hay victimas extranjeras, mi brazo cansado de mantenerse en lucha cae exangüe, fatigado, las lagrimas se pierden en la lluvia, le pregunto al filosofo que puede ser todo esto, porque combato sin el furor de hace algunos años, de súbito me caen.  Las palabras salen cortadas, como si caminaran por la orilla, y temen caer al vacío, al vacio de los oídos que han dejado de escucharlas, caen de costado, descuidadas, mas cuando el caos se refleja en la imagen oblicua sobre esta arista, reniego de ella y me produce un momento de tranquilidad, y eso ayuda a que mi voluntad se comporte de mejor manera. ¿Qué viene? ¿Qué sigue?
ANIMAS SAALIK
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Foto del autor Animas Saalik
Textos Publicados: 7
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Descripción

Palabras Clave: ¡Ay!

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficción



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LUMA54

Felicitaciones, dejas plasmados textos bien elaborados.

Te dejo estrellas y un Cordial y fraternal saludo de Bienvenida
Atte.: Luz Marina
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November 04, 2012
 

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