Veo ¡Maldita la cosa! Siento ¡Maldita la cosa! Respiro ¡Maldita la cosa! Oigo ¡Maldita la cosa!
¿Así será la muerte?
¿Maldita la cosa?
En medio del mar, en medio del abismo.
¡Maldita la cosa! No es ¡Maldita la cosa! Sino una fragancia de mangos, de pensamientos obscenos sin disimular,
las luces se disuelven en el aire de la tarde, y aquí no hay un gramo fluorescente que me brinde el más mínimo brillo para poder ver
no se ve cuando será mañana y cuando fué ayer, las carnes son un testigo insoportable
poco a poco se vuelven ligeras, no sienten frio ni calor.
La tarde se va como una ráfaga piadosa
sin voltear atrás para no convertirse en estatua de sal,
¡Maldita la cosa! Ahora la muerte llora junto un guijarro de arena opaca,
perpendicular a la sombra se proyecta a treinta grados hacia un punto de referencia inaudito que yace perene ante ¡Maldita la cosa!
¡Maldita la cosa! ¿Cómo puedo sacar cálculos de ángulos de una sombra proyectada?
Cuando sigo sin sentir ¡Maldita la cosa! Sin entender.
Bajo mis pies solo circula aire clandestino, un aire viajero, un aire nómada,
Un aire que, se que pasa,  pero no lo veo,   
hago cálculos e inventarios bajo mis pies,  para conservar mi cordura, si en algún momento la he tenido y ahora es lo único que puedo conservar
¿Puedo entonces adelantar conclusiones?
Deseo cantar, razonar, correr, amar, gritar, leer, patear, ser anarquista, padre, alumno, cuestionar, conocer a Pedro Paramo ¿Será el mi padre? Contar mi historia, hacer una teoría, acercarme al punto, deseo hacer lo que no he podido
lo que en cierta medida y de manera dosificada no me he permito o ha estado lejos de mí.
¡Maldita la cosa! Razonar no me mantiene cuerdo
Me aleja más de mi realidad, ya no tengo punto de referencia, ¿De verdad me habla "Doloritas"?
Iván Karamazov me aturde con "El gran inquisidor" estoy a punto de ceder
"El Carajo" me pide droga y termino pateándolo dentro de "El Apando" con todo mi coraje porque vale un "Carajo"
Tengo que confesar que ha fallado mi último calculo, no pude sumar dos más dos, no recuerdo el numero que sigue
¡Maldita la cosa! 
 
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