Mentiras. Capitulo 1.
Publicado en Nov 06, 2012
-Mañana partiré -anunció con seriedad.
Martin era un joven alto y fuerte. De curiosos ojos dispares, uno verde pasto y otro gris niebla. Su pecho ancho, brazos musculosos, cintura estrecha y piernas largas. Iba vestido con su uniforme deportivo. Unos pantalones de camuflaje holgados, botas militares y una camisa ajustada y blanca. Se encontraba sentado en el sofá de su casa, junto a su pareja. Kaori era una chica menuda. Su piel blanca y ojos verdes la hacían preciosa a la vista de cualquier persona, hombre o mujer. Era delgada, frágil casi. El largo cabello castaño caía en suaves hondas hasta la cintura, algunos mechos enmarcaban su bonito rostro que ahora mostraba una expresión de triste resignación. -Era de esperar...parecen estar ansiosos por que te vayas -susurró la joven intentando mantener la calma ante la noticia- ¿Te acompañara Ben? -Si -le tomó con ternura la mano- Mi amor...no nos ocurrirá nada. No quiero que estés mal ¿De acuerdo? -No me pidas eso -colocó su otra mano en la mejilla del rubio- Sabes que me preocupare... -Vale -rio un poco y la abrazó- pero intenta que no sea mucho ¿Si? -Esta bien -lo abrazó con fuerza cerrando los ojos y refugiándose en su pecho- Te amo Martin... -Y yo a ti mi niña -le acarició con dulzura el cabello- y yo a ti... ***** -¡Venga hombre! -bufó Sebastián. Era un joven alto y de negro cabello. Su piel ligeramente tostada y sus ojos grandes y castaños. Era notablemente apuesto. Delgado y vestido con ropa que resaltaba su buen estado físico. Tenía una sonrisa que aceleraba el corazón de muchas féminas. -Oh cállate -Miki le sacó la lengua divertida. Miki era una chica de figura estilizada. De piel morena y suave, y de cabello negro liso, hasta los hombros. Sus ojos rasgados eran negros como la noche y sus labios del color del vino, ahora rojos por un reciente beso. -Vamos bien de tiempo -Benjamín sonrió con sorna a su amigo. Benjamín tenía el cabello corto y castaño oscuro, como el chocolate puro. Su piel blanca y lisa resaltaba sus ojos verdes. Su cuerpo era muy parecido al de Martin, unos centímetros mas bajo, aunque no por ello menos apuesto. Iba vestido con pantalones de camuflaje y una sudadera negra. -Si la bruja esa -gruñó refiriéndose a Miki- deja de besarte en cada esquina, seguramente llegaremos a tiempo. -¿Por qué tienes tanta prisa? -Miki se sujetó del brazo de Ben con una risita. -Porque el rubio dijo que nos iba a anunciar algo importante y quiero saber que es -Seb se adelantó caminando más rápido. -La curiosidad mato al gato -Miki lo miró con diversión, sin notar la tensión en el cuerpo de Ben. -Lo dice la gata -rio divertido y huyó del golpe de la chica. -¡Ben dile algo! -Miki puso morros y miró al susodicho. -¿Eh? -la miró parpadeando, como saliendo de un transe. -¿Qué ocurre? -la chica arqueó una ceja, notando al fin la seriedad en el joven. -No es nada -le sonrió con brevedad besándole la mejilla. -¡Oye, en serio, que vamos a llegar tarde! -se quejó Sebastián. -Huy, Seb, en serio -Miki negó y señaló el edificio- si ya estamos aquí. -¡Genial! -corriendo, se dirigió al ascensor para llamarlo. -¿Seguro que no pasa nada? -Miki miró a Ben, caminando con tranquilidad hacia Seb. -Miki...-con vacilación, fue a decirle algo pero Sebastián les gritó que se apresuraran- Ya va, ya va -negó llegando donde el chico. -Ya le contaras secretitos cuando lleguemos -Seb le dio rápidamente al 10, mientras las puertas del ascensor se cerraban y comenzaban a subir al departamento de la joven pareja. Al llegar, Sebastián corrió a la puerta y toco repetidas veces el timbre. A los poco segundo abrió Kaori con cara de pocos amigos. -¿Te van a matar o que? -le gruñó a Sebastián. -Hola a ti también -contesto el chico besándole la mejilla y la esquivó para abrazar a Martin- ¡Alberto! -¡Juan! -Martin rio y lo abrazó- ¿Cómo estas amorcito? -Ahora estupendamente -le sacó la lengua a Kaori que lo miraba feo- veo que la bruja no te estaba violando ¿Cuándo va a entender que eres mio? -No lo se querido, Juan -el rubio negó riendo, siguiéndole el juego- nuestro amor es prohibido. -Te van a pegar, cállate ya -Miki entró seguida de Ben que reía. -Les van a pegar a los dos -opinó Ben. -No me gasto en tontos -bufó Kaori. Los cinco se dirigieron al salón donde se acomodaron con tranquilidad. -Bueno, dinos -Seb sonrió sentado en uno de los sofás individuales. -Es algo....delicado -el chico, sentado con Kaori en el sofá grande, los miró con seriedad. -Nos estas asustando rubio -Miki se encontraba en el otro sofá individual. -Veréis...-Martin miró a Ben, que seguía de pie- Ben y yo... -¡Te a dejado embarazado! -exclamó Sebastián, recibiendo una almohada en la cara, cortesía de Kaori y carcajadas por parte de Miki -Es en serio -Martin negó con una sonrisa. -Perdón -Sebastián sonrió nada arrepentido abrazando la almohada- Continua. -Verán...-intercambió una breve mirada con Ben- Mañana tendremos que viajar. -¿Viajar? -la sonrisa de Sebastián desapareció de golpe. -¿A dónde? -Miki miró rápidamente a Ben. -No podemos decirlo -Ben lanzó un profundo suspiro. -¿Qué no nos pueden decir? -como movido por un resorte, Seb se puso en pie y frunció el ceño- ¿Cuándo vuelven? ¿Por qué tan rápido? ¿Sera peligroso? -Sebastián...-Kaori intentó acercarse a él. -No -sin dejar de mirar a Martin, se alejóo de la chica. -No sabemos cuando vamos a volver -Martin suavizó su voz- es tan rápido por que han tomado una de nuestras bases y es urgente la ayuda. -Entonces es peligroso...-susurró Miki bajando la mirada. -Si -Martin miró a Ben que se veía notablemente tenso. -¿Cuándo? -exigió saber Sebastián. -Por la tarde -Ben lo observó- a las seis sale el avión. -Joder...-el joven cayó sentado en el sofá nuevamente. -Hey...-Martin se pusó en pie y se acercó a él para poner una mano en su hombro- vamos a volver. -Más les vale -gruñó con voz infantil. -Anda tonto -el joven rubio tiró de él y lo abrazo- eres como una novia, chico -rio divertido a la vez que Sebastián lo abrazaba. -¿Desde cuando lo saben? -Miki miró fijamente a Ben. -Desde ayer -el chico se acercó a ella con seriedad. -Que rápido todo...-Miki tomó la mano del joven con tristeza. Ben entrelazó sus dedos dándole un suave apretón, sin decir nada. -¿Nos vas a echar? -Seb miró a Kaori sin soltar a Martin. -No, lo hare mañana por la mañana -la joven sonrió con diversión- te lo presto un rato. -Oye que soy yo el que te lo presta a ti -le sacó la lengua riendo. -No empiecen -Martin negó sonriendo. -Cenemos -Ben tiró suavemente de Miki para que se pusiese en pie- vamos a comprar. -Pizza -Sebastián los miró sonriendo pícaramente- que lleguen calientes eso si. -¿Por qué lo dices? -Kaori arqueó una ceja. -Vámonos -Miki caminó rápidamente a la puerta apurando a Ben. Salieron de la casa y se dirigieron al ascensor. No se miraban, ni hablaban. Cuando entraron, Ben le dio al 1 y miró a la joven, viendo con sorpresa que estaba llorando. -Miki...-la abrazó con suavidad mientras la chica se aferraba a su camiseta llorando. -Como no vuelvas, te odiare -amenazó entre lagrimas. -Todo ira bien -aseguró con una suave sonrisa. **** -Entonces ¿Están juntos? -Martin miró a Sebastián parpadeando. Estaban sentados en el sofá. Kaori en las piernas del joven rubio y Seb junto a ellos, le contaba lo ocurrido en el camino. -No -Kaori hizo girar sus ojos- son "amigos con derecho" -¿Por qué pones esa cara? -Seb rio suavemente. -Por que son estúpidos -bufó la castaña- son fieles, se quieren, andan de la manita pero son "amigos" -Ni ellos se lo creen -Seb rio con malicia. -¿Se acuestan? -Martin miró a Kaori impresionado. -Oh vamos, hasta yo me di cuenta de eso -el joven lanzó una carcajada. -¿Por qué nunca me cuentan nada? -gruñó el rubio. -No deberíamos contarte nada, si no fueses tan despistado amor -le besó compasiva la mejilla. -Jo...-el joven pusó morros y luego le pegó con una almohada a su risueño amigo. Al cabo de media hora llegaron Miki y Ben con unas humeantes pizzas. Estuvieron toda la noche riéndose y disfrutando del tiempo que tenían. Sobre las cuatro de la mañana Kaori y Martin se fueron a su propia cama, Sebastián se acomodó en el segundo cuarto y Miki y Ben en el ultimo. A la mañana siguiente cada uno fue por su lado. Quedando de acuerdo en que se reunirían a las cuatro en el aeropuerto, comerían algo antes de que Ben y Martin se fuesen. Kaori observaba como Martin preparaba una mochila, un poco de ropa y algunos utensilios en caso de primeros auxilios. -¿Vas a llevar tu chaqueta? -Kaori nerviosa de no hacer nada, se acercó al armario. -Si, la de camuflaje amor y la sudadera negra -la miró mientras le acercaba lo pedido- ¿Estas bien? -Nerviosa -la castaña le sonrió brevemente- Veras.....quiero....-calló al oir el móvil del chico. -Perdóname -rápidamente tomó el aparato que sonaba y vibraba encima de la cama y contesto- ¿Hola? Si. De acuerdo -miró a Kaori- Esta bien. Adiós -y sin mas colgó. -¿Era tu jefe? -Kaori le acaricio la mano. -Si, dice que debemos llegar antes. -suspiró y se colocó la chaqueta- vamos, avisare al resto por teléfono. -Claro -asintió siguiéndolo a la puerta con tristeza. **** -¡Miki, tu teléfono! -su hermano se acercó a ella con una sonrisa. La joven se encontraba fregando los platos de la comida, con las manos resbalosas por el jabón se colocó el teléfono en el hombro y siguió fregando. -¿Hola? Oh, Seb....¿Que? -se detuvo con un vaso en alto- ¿Cómo? -dio un paso atrás y el vaso cayóo al suelo con estruendo- Maldita sea....Esta bien, voy enseguida. Nos vemos -colgó con un suspiro. -Mi-Miki...-su hermano se había puesto pálido. -¿Qué? -lo miró frunciendo un poco el ceño. -Tu pie....-señalo el pie de chica. Miki bajo la mirada a su pie, iba descalza y uno de los cristales del vaso había pasado a cortarle. Tomo un paño y lo presiono sobre el corte, aunque impresionantemente, no dejaba de sangrar. -Joder...-salió de la cocina con molestia- Tráeme algodón y un parche, grande -su hermano corrió rápidamente a hacerle caso. Miki miro la hora en su teléfono y bufo. No le iba a dar tiempo en despedir a los chicos si no iba ahora. Cuando su hermano llego con lo pedido lo miró- Rápido, llama un taxi. -¿Dónde esta Miki? -Ben miró a los otros tres jóvenes. Sebastián se encogió de hombros al igual que Kaori. Ben volvió su mirada a la puerta. Martin abrazaba con suavidad a Kaori y hablaba con Sebastián. Estuvieron un rato allí hasta que los llamaron para embarcar. -Pero ¿Y Miki? -Kaori los miró frunciendo el ceño- ¿No pueden esperar un poco mas? -No me contesta el teléfono -Sebastián negó con un suspiro. -No podemos esperar -Martin lanzó un hondo suspiro y miró a Ben que se mantenía en silencio. -De acuerdo....-se acercó al chico y lo abrazó con fuerza- solo cinco minutos...tengo algo que decirte. -De acuerdo -asintió el joven rubio. -Te acompaño a la puerta de embarque -Sebastián sujetó del brazo a Ben y tiró de él hacia un pasillo donde desaparecieron. -¿Qué quieres decirme? -le acarició con ternura la mejilla. -Veras...-lo miró fijamente. -¿Si? -la besó con ternura. Kaori, sintiendo como las lagrimas crecían, cerró los ojos y lo abrazó con fuerza sin romper el beso. Martin inconsciente del nerviosismo de la chica, la abrazó y profundizó el beso. Continuaron besándose, sin darse cuenta de que el tiempo pasaba. De pronto el sonido de una alarma los separó. -Mierda...-Martin le dio un último beso- tendrás que decírmelo a la vuelta cariño. Tengo que irme -De acuerdo...-asintió con tristeza y le sonrió- Cuídate por favor... -Lo hare -con dulzura le acarició la mejilla- tranquila, esto será pan comido -le giño el ojo con una risita y emprendió una carrera rápida. -Kao, ven -Sebastián se acercó a ella abrazándola con suavidad- hay un ventanal donde podemos verlos subir al avión... Ambos caminaron por un largo pasillo hasta llegar al segundo piso donde un gran ventanal daba a la pista de aterrizaje. Un avión de camuflaje esperaba junto a dos autobuses que frenaron junto a él. Del primero bajaron cuatro hombres altos y grandes vestidos formalmente, los cuatros se colocaron junto a las escaleras de embarque. Del segundo bus, bajaron diez jóvenes, entre ellos Ben y Martin, se formaron en dos filas e hicieron un saludo a la vez que los otros cuatro hombres comenzaban a hablarles. -¡Kaori! ¡Sebastián! Ambos jóvenes se giraron para ver a Miki corriendo hacia ellos. Miki se detuvo jadeando a su lado -¿Dónde estabas? -Sebastián lanzó un suspiro negando- Van a subir ya... -¿Qué? -Miki se acercó al ventanal y apoyó sus manos- Ben....-con la respiración aun agitada golpeo el cristal- ¡¡Ben!! -Miki...-Kaori se acercó con suavidad pero Miki dio un paso alejándose golpeando con más fuerza el cristal. -Ben...mira -Martin le dio un suave codazo al joven y señaló con la cabeza el segundo piso del aeropuerto El chico alzó el rostro y abrió los ojos por la sorpresa. Miki golpeaba el cristal y gritaba algo. Embozo una sonrisa y a pesar de que sabía que podían reñirle levantó la mano y la saludo. Miki al verlo sonrió para lanzarle un beso. La joven rebuscó en sus bolsillos y sacó su teléfono móvil comenzando a teclear rápido. Sintió como su teléfono vibraba en su bolsillo, disimuladamente y con ayuda de Martin, sacó su móvil y miró el mensaje que acababa de enviarle Miki con una dulce sonrisa. -¿Qué le has escrito? -Seb parpadeando miró por encima del hombro de la chica- ¿Qué te ha respondido? -Da igual -Miki con una enorme sonrisa guardó su teléfono y volvió a apoyarse en el cristal. Kaori rio con suavidad y miró alrededor, estaba todo vacío. Bajó la mirada y frunció el ceño al ver unas manchas de sangre, siguió el camino y abrió los ojos impresionada al ver el pantalón de la morena. -¡Miki! ¿Qué te ha pasado? -¿Eh? -Miki la miró y luego bajó la mirada a su pie- Huy va... -¿Qué te has hecho mujer? -Sebastián negó mirándole el pie. -Me he cortado...es que si me curaba bien, no iba a llegar -lanzó un suspiro volviendo a mirar a los jóvenes que comenzaban a subir al avión- técnicamente no he llegado... -Venga, vamos a que te miren eso -Kaori rodeó la cintura de la joven. -¿Se lo dijiste? -Miki la miró mientras caminaba, cojeando, a su lado. -Así no avanzamos -Sebastián la tomó en brazos con suavidad- ¿Qué es lo que le has dicho al rubio? -miró con curiosidad a Kaori. -Pues...-hizo una mueca- estoy embarazada.
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