No tengo miedos.

Ven, amor, concluye este juego que  los dos empezamos...

Quien ama no teme al desahogo, ni a romper sus hábitos.
Mi cuerpo  no lo dudo, ya está todo preparado.

Ve de a poco a poco,  con caricias dulces y sensuales abrazos
Yo me dejo llevar; yo me dejo amar sin peros ni resabios.
Deseo  hacerme desear, que sientas placer al besar mis labios.

No tengo miedo a la entrega; si entregarse es algo sagrado.

Dilátame,  penétrame,  tómame, que quiero ser tu esclavo.

Quiero rastrear tus besos, aunque huelan a pecado.

Quiero jugar con tus dedos, que entres a mi templo  sutil y profano.

Quiero buscar  el placer del otro llevándome de tus febriles manos.

Hazme coincidir contigo en la cúspide del sexo inventado...

No tengo miedo descubrir mi  pasividad y mi débil espacio.

Cuando uno se  entrega  se acepta todo si reparos.

Sólo quiero sentirme lleno, complacido, renovado.

Sólo quiero entregar la carne, ser  león libre, y a la misma vez, manso.
José Luis Marrero Santiago
2012-11-07


"Soy  transgresor, y por lo mismo evito mostrarme muy atrevido y librepensador, siendo yo mismo. No quiero perturbar a nadie, aunque mi vida no es tan indecorosa como son mis textos. Yo sólo soy un cómplice en las aventuras de otros seres. Disfruto escribir de todo. A menudo me encuentro que soy espectador. Me frustra la censura porque nos hace callar 
todo lo que tenemos dentro. Pero aun así escribo. ¿Qué más da si nadie me lee? Yo soy quien soy y sé lo que hago."