Voces con conciencia (Poesía)
Publicado en Nov 11, 2012
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Cuando la luz ignora el pensamiento
resurge en el final del alma las palabras
que, envueltas en los párpados del sueño,
inundan de alegria todo el horizonte
en forma de expresiones admiradas
en el dulce insomnio del mañana...

Aparcado en el sentimiento de la vida
todo el panorama de las sensaciones
no hemos de morir en el empeño...
pues dentro de las compuertas de los decires
se guardan los momentos pasajeros
y fuera de su agónica existencia
aún existe el mundo de los anhelos.

El resplandor de todas las miradas
son, entonces, mensajes de la luz
en el ámbito de toda la floresta.

Arrojan ideas todos los conceptos
que se pronuncian cuando buscamos
significar el porqué de sus presencias
y, en medio de todo el universo,
palabras son los versos del poeta.
Palabras de voces con conciencia
que se graban en los puntos que marcan
la frontera de todo lo sensible.

Vuelve siempre el eco del espacio
aumentando las conciencias con el aire
de todos los poemas que han escrito
los seres enamorados de la noche
y de la divina creación de tu belleza,
naturaleza de todo lo existente:
conciencia pronunciada en las veredas
del camino... cuando los humanos
sienten y presienten la locura
de ese amor que se expresa en las dunas
de los fuegos apagados por el viento
de todas las corolas centelleantes.

Y se arropan todas las conciencias
en el verbo enamorado de la luna:
sentir... sentir y estar presente
en las aves, los mares y las rocas.
!Aire, agua y tierra se desbocan!.

Enroca en la torre del castillo
el tramontano sentir de los sintagmas
y la magia del Destino trascendente
en las hojas de los árboles se encumbra.

A vivir verdades transparentes
llaman las voces en las riberas
de todos los ríos. Y los montes
elevan a los cielos sus plagaria:
"!Vida, vida eterna es la que abre
el alma de todas las substancias!".

Serenatas de luces coloreadas
son los cielos... y las nubes
aprendices del fulgor.

Alma en calma se desnuda
de subterfugios y mentiras;
frescura desvelada de las horas
en las olas de los mares silentes
que descubren el ánimo fehaciente.

Toda la conciencia plena
en un momento encendido de pasiones
enhebradas en el ámbito diurno...
y las marismas quedan encantadas
bajo el mágico magisterio
del misterio bailando con las velas
de las embarcaciones del mar.

Encubierta toda la fantasía azul
del mar, la gaviota y el catalejo
que observa, raudamente feliz,
las costas lejanas más placenteras.

El Paraíso se eleva tras la cima
del alto campanario de la iglesia;
más allá del concepto religioso...
más allá del dogma moribundo...
y aún más allá de la liturgia y el pecado.

Dios vive y pervive en la plenitud
pictórica de todos los paisajes
que llenan de alegría inmensa
a las rocas, a los mares, a las aves...
y a todas esas cosas
que habitan en sus parajes.

Torna a todo el espacio del espíritu
la paz tenue, la paz grande,
la paz que tiene por bandera
el opúsculo del beso de la tarde.
Y los páramos se llenan de esencias
cromáticas y de verdes savias
para hacer que el tiempo se detenga
en el íntimo paréntesis del sueño.

!Qué modo tan gentil de hacerse
en todo lo extenso de la tierra,
en todo lo extenso del mar,
en todo lo extenso de los aires!.

!Qué bien cantan los pájaros canoros
detenidos en las dehesa!... Y entonces
tenerte, tenerlas, tenidas las alondras
en el fuego desvelado que alardea
de frente a toda tu grandeza
en las esquinas recónditas y tiernas.

Y las cuerpos andan buscándose
más allá de las tormentas.

No se sabe bien cuántos son los olivos
que nacen cada día para subrayar
la paciente levedad de estas voces
con conciencia y con locura incierta.

La mano invisible del Creador
-Dios incólume y Eterno-
coloca las luces entre los lirios
para alumbrar las sombras del Destino.
Los valses del cielo están bailando
con el jazmín y las azucenas
en una primavera dinástica de palabras
que cohabitan en los hombres de la tierra...
y las mujeres, fuego rebelde y caprichoso,
nunca arden en cenizas de muerte.

Viene toda la materia envuelta
en la libre voluntad de su mistérico
compromiso de promesas... hecho
poema del poeta ambulante y cierto.
Y en el lecho de todos los sentires
las voces con conciencia rompen los silencios
con fulgores de entrañas descubiertas.

!Qué blancura cantando contra la muerte
en los valles, en los ríos, en las cosas!.
!Qué blancas son las aves, las aguas y las rocas!.
!Tierra, mar, amor y aguas blancas!.

Voces con conciencias multicolores,
nacidas de toda la espuma blanca,
parecen resguardar todo el momento
de los trópicos terrenales
liberados de negrura sucia y parda.
Un resquebrajamiento de espesura negra
queda olvidado en el pasado de la muerte...

Serenidad en campos y ciudades.
Serenidad de conciencias consagradas a los tiempos
en que ya no muere el sexo de las rosas
que aquellos sucios dañaron con palabras
groseras. Hoy son blandas
las palmeras; y los guayacanes brillan
bajo el dorado del sol resplandeciente.

Los surcos arados en la tierra virgen
de fiesta aglomeradas se han cubierto
con todos los sentires predispuestos
al gozo. Y en el ya no mancillado pozo
resurge el manantial de la misma vida:
la que enamora a todos los paisajes.

Tocadas están las sirenas
del mar infinito de la Ciencia
por un halo de voces con conciencia.

Se abren los espacios materiales
y se insuflan de nuevas vivencias
los misteriosos principios de las raíces.

!Primavera!. !Eterna primavera en las eras
de todas las edades viajeras!.
!Y al final el resplandor
de todos los quehaceres bajo el sol!.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Poema.

Palabras Clave: Literatura Poesía Ritmo Liberación Realidad Verdad Fe Cristianismo.

Categoría: Poesía

Subcategoría: Poesía General



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