Entre finales de los 70 y principios de los 80. Tiempo de excursiones "varias" con "variopintos" personajes de la acracia madrileña. Estamos en La Manga del Mar Menor y en Semana Santa. Alrededor de una mesa los porros pasan de mano en mano y de boca en boca, como chupa chups o piruletas (algunos de los aquí sentados son así de "infantiles") pero yo rechazo una y otra vez y tantas veces como son necesarias chupar de esos porros que desfilan ante mi vista pero sin perder de vista (siempre con mi mirada de investigador social) qué reacciones producen en estos "infantiles" tipos que se creen más listos que el sagaz Sherlock Holmes. No pierdo detalle y veo al que se las da de guapito de cara (se parece a Billy El Niño pero en versión tontorrona) reírse sin saber de qué ni por qué ni para qué. Pero descubro en sus miradas unas intenciones "ocultas" pero que son muy evidentes cuando observo el bello rostro de la chavalilla guapísima que está siendo introducida en el "Círculo de los Mam-Porreros" (Tipos de los Porros en su versión española). Es totalmente evidente lo que busca el que se las da de guapito de cara pero yo solamente observo y guardo silencio hasta que tenga que actuar.

Y, de repente, llega la reacción por mí esperada. El que se las da de guapito de cara que es más "infantil" que Espinete, sin dejar de reír de manera estúpida invita a la chavalilla guapísima (que es incluso hasta menor de edad porque se nota que no tiene ni tan siquiera 16 años de edad o los acaba de cumplir) a dar una vuelta por la playa. Son ya altas horas de la noche y el que se las da de guapito de cara (un "angelito" chupatintas del Banco de Bilbao de Madrid de aqui te espero) ni se espera lo que voy a hacer. Lo tengo bien claro. La inocente chavalilla le sigue al que se las da de guapito de cara pero lo que no sabe éste es que yo voy detrás (en el buen sentido de la palabra no vaya a pensar nadie nada malo por mi parte) de la chavalilla guapísima e inocente.

La noche oculta mi figura que sigue el rastro de las huellas que van dejando la parejita sobre la arena de la playa. Sé que estoy a punto de descubrir lo que busca el que se las da de guapito de cara. Por unos segundos pierdo sus rastros y, entonces, tengo que echar mano de mi intuición. Observo la playa y encuentro el "objetivo indiscreto" (parece una serie de televisión pero es pura realidad y no invención); que resulta ser una barca varada sobre la arena de la playa y colocada de medio lado para ocultar las intenciones del "angelito" para con la chavalilla que es, incluso, hasta menor de edad.

Me acerco en silencio. El que se las da de guapito de cara ni se da cuenta de que he localizado el "objetivo indiscreto" y su cara de tonto riendo como ríen los mam-porristas de toda la vida se vuelve todo un "poema" cuando me ve asomar por el borde de la varada barca y descubro que está metido en ella y, a su lado, se encuentra la inocente y guapísima chavalilla. Comienza mi monólogo que le deja completamente paralizado:

-¿Qué pasa contigo, guapito de cara? ¿Te gusta esta chavalilla? ¡Pues mira por donde a mí me gusta todavía más que a tí! ¿Así que estás intentando "meterla la mano" y despés desvirgarla dentro de este cascarón? ¿Sabes lo qué pareces metido en este cascarón? ¡Pareces a Calimero intentando violar a la niña de tus "amores libres"! ¿Esto es el anarquismo que os han inculcado "El Aranzana de la Cara de Manzana", "El Antoniutti Patas de Canuto" y "El Vicario Nandito de Las Locas"? ¡Si intentas meterla mano delante de mi presencia te suelto tal "manguzá" que se te borra "ipso facto" esa estupida risita que tienes de Conejito Feliz! ¿Esto es el anarquismo con el cuál queréis, los de la CNT, cambiar el rumbo de la Historia? Así que cuando cantáis ¡A las barricadas a las barricadas! ¿os estáis refiriendo a barcas varadas, en medio de la noche, en las arenas de las playas para tiraros sin vergüenza alguna a jovencitas inocentes que no son más que menores de edad que caen en vuestros brazos por culpa de los porritos que les dáis a manera de potitos? Te vuelvo a repetir que si le metes mano delante de mí del tortazo que te meto te vas a convertir de guapito de cara en tontito del culo, julandrón. ¡Te las das de guapito de cara pero eres más simple que el mecanismo de un chupete! ¡Vete de aquí a chupar del biberón y cuando seas ya un hombre de verdad a ver si eres capaz de decirme algo cuando me vuelvas a ver!

Así fue como desmonté todo el "tinglado" de las excursiones de los anarquistas bancarios de la CNT de Madrid en aquellos días de "exaltación" de los "amores libres" que sólo consistían en engañar a guapisimas niñas, incluso menores de edad, con porros que chupaban entre todos para contagiarse risitas de gilipollas metidos a revolucionarios sociales. El que se las daba de guapito de cara solamente era un chupatintas bancario -¡nunca jamás un proletario de verdad!- y yo le predije, después de desmontarle sus aviesas intenciones, que acabaria siendo toda su vida un chupatnitas. En efecto. Varios años más tarde el que se las daba de guapito de cara que vio cómo le había cortado yo "las alas de pollito a punto de usar la pollita" aquella noche "festivalera" de la Manga del Mar Menor, seguía siendo, nada más, un chupatintas reproduciendo fotocopias tras fotocopias. ¡Hasta ahí solamente llegaba la "inteligencia" de estos seguidores de El Aranzana, El Antoniutti y El Vicario"!. Fue inolvidable aquella experiencia mientras mi Princesa lo observaba todo entre feliz y asombrada de mi arrojo, valor y gallardía varonil.