Un baln entre dos (Cuento Breve).
Publicado en Nov 11, 2012
Venancio se levantó de la desvencijada silla de enea. Al levantar su frágil cuerpo la silla crujió levemente mientras el gato "Ronrón" ronroneaba, plácidamente, junto a la estufa. El ambiente de la humilde cocina era asfixiante... pero Venancio no lo dudó ni un instante más, buscó el balón por toda la casa hasta que lo que encontró debajo de la pila del fregadero. Cogió el balón entre sus manos. Por unos instantes se quedó pensando en los días de partido barrial. Después salió hacia el bar de Iriondo.
Cuando Iriondo vio llegar a Venancio con el balón entre sus manos, un par de lagrimones sinceros surgieron de sus profundos ojos. Así que, ante la propuesta que le hizo Venancio, ni tan siquiera le dejó de terminar la frase. Se quitó la especie de delantal que llevaba puesto, le dijo a Martina que salía un momento para relajarse de tanto trajín y, poniendo su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Venancio, se dirigieron, ambos y al mismo compás, hacia el páramo. Pasaron dos horas largas jugando a enviar el balón el uno al otro y viceversa. Ambos recordaban los tiempos pasados; sobre todo aquel partido en que cuando ya iban empatando a 4 y parecía que el tiempo se terminaba, lograron hacer tales combinaciones futbolísticas entre sí que colocaron un 12-4 a su favor en el casillero. Al volver al pueblo todos guardaron silencio; pero, esta vez, Venancio supo que aquel balón entre dos, pasándoselo mutuamente por el único placer de ser amigos de verdad, era lo que le quedaba como certeza absoluta de su existencia.
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