Una acción solo necesitaste para sacar las vendas que cegaban su corazón.
Esa acción que en la discusión de más estaba,
 Hiso que ella se diera cuenta de quien estaba enamorada.
Un hombre ignorante que no supo defenderse con palabras,
 Sino que tuvo que darle una cachetada.
Unas horas más tardes entraste en razón y te diste cuenta que ya no hay nadie a tu alrededor.
Pero no haces nada porque sigues mintiéndote al decirte la culpa no la tengo yo.
Ella busca su vida rearmar pero allí vuelves tu pidiéndole perdón, diciéndole que reconoces que estuviste mal.
Te da otra oportunidad pensando que si cambiarás pero ella no sabe que otra cachetada recibirá.
Te arrodillas y le dices perdóname pero ella aprende y contesta que de ti no quiere saber.
Pasan los días y añoras su presencia en tu casa,
Siguen pasando los días y valoras lo que ella te daba.
Te arrepientes verdaderamente y vas a buscarla para arrepentirte nuevamente.
Llegas a destino y las ves muy sonriente mientras que su imagen llorando pasa por tu mente.
Decides no arruinarla más y te vas dejando que ella encuentre la felicidad.
Caminando entiendes que desde ahora debes ser consciente y pensar antes de actuar, para no arrepentirte de nada más.