Y si un día me recordaras.
Publicado en Nov 17, 2012
Y si llegaras a tus últimas expectativas, recuérdame…pero con la condición de no olvidarme.
Hace un mes levité sobre tu muerte y me sentí plena, camino a un pasado sin tu nombre, y seca de las lágrimas, hoy hay sangre en vez de tormentas de lluvia, ¡qué regocijo tan grande! Manché mi vida cuando me eclipsabas con tu mirada pero en verdad, poco hombre eres y dudo que llegues a un mínimo crecimiento, poco hombre serás y aun así te queda grande este adjetivo. Hombre es aquel que no teme vivir, hombre es aquel que deja vivir, que sin resignación da el paso a combatir su nombre y su miedo y que anhela la muerte como a su inmortalidad porque son la misma cosa. Si mueres eres inmortal por la eternidad eres libre y alcanzas todo lo que un día no tuviste…tú decides; el amor, el poder o ser libre, tres cosas que te tienen sujeto al mundo y que de la misma forma es otro casual momento en el que la vida te invita a absorberte, respirar y seguir; seguir para llenar tu espíritu, llenarte a ti… Por esto no eres hombre y no lo serás hasta que liberes tus miedos y en sí todo lo que te ata a esta vida por siempre y para siempre. Al otro día levanté mi alma, resbalé por un segundo al ver tu grito plasmado en mi reflejo, qué glorioso cuando ya no había nada y el vapor de tu voz se esfumó perplejamente. Sentí un impacto deslizándose a través de mí, delicioso sentimiento de satisfacción porque por fin tenía registrada la foto de tu alma sollozando en el espejo de mi alcoba; y sonreí, no me duele admitirlo porque fuiste un ingrato, un ingrato que hacía todo por su propio interés y sólo se alimentaba de mí y de todo el cariño brindado; y sí, me consumiste pero luego aquí me tienes, vengando tu muerte porque no hubo algo más sensato como el hecho de demostrar que ahora yo vago por las calles y avenidas, sin rumbo fijo y a altas horas de la noche, pensando en atormentar tu vida en cada reflejo de tus ventanas haciéndome pasar como tu conciencia enamorada de tu asqueroso y repugnante corazón que ni siquiera llega a máquina, eso pienso de ti. ¿Que quién soy yo? Soy tu pesadilla, soy cada insomnio de tu noche sin respuesta, soy cada llamada que fracasa después de un adiós, soy la agonía que ocultas por tu miedo, finalmente soy lo que no ves… soy tu ruina y perdición, soy tu muerte más cercana.
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