“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”. Apocalipsis 2:2-4
A veces nos olvidamos de quien enamoró y cautivó nuestro corazón por primera vez, esa persona que nos amó primero, y que quiere cautivar tu corazón todos los días. Seguramente han pasado algunas personas en nuestra vida pero definitivamente nuestro primer es Dios.
El primer amor significa: Amar por primera vez; la primera persona con la que nuestro corazón se aceleraba, y con quien siempre deseábamos hablar. Es la única persona que te enamoraba día con día.
¿Aún sigues teniendo ese mismo sentir por tu primer amor, Dios?
En nuestra vida ocurren muchas situaciones que nos distraen y no nos dejan ver todos los detalles que Dios nos tiene cada día. Por eso puede que haya desaparecido ese entusiasmo que teníamos por la persona que cautivó nuestro corazón por primera vez; tal vez esas horas que pasábamos hablando con Él hayan disminuido.
Lo hermoso de todo esto es que Dios siempre trata de mostrarnos su amor con miles de detalles. Él no espera algo que no podamos darle, simplemente quiere ser el dueño de nuestro corazón. ¡Quiere que no se apague ese amor por Él, que nos amó primero!
Recuerda el día en el que Él enamoró tu corazón, recuerda cuando tus ojos brillaban al hablar con Él; con que emoción recibías un “te amo” de Él ¡Vuelve a esos momentos con ese primer amor! Deja que Él te vuelva a cautivar con sus dulces palabras, deja que vuelva a enamorarte con sus hermosos detalles.
Estoy segura que no existe ninguna persona que no le guste sentirse cautivado(a), no existe alguien a quien no le guste que le digan palabras hermosas como “¡te amo!”; O simplemente pequeños detalles que sacan una sonrisa.
Cada día Dios quiere hablarte y enamorarte aún más. No dejes que las distracciones te alejen de tu primer amor, ése que nunca se acabará y que siempre hará a tu corazón derretirse. A veces dejamos pasar ese valioso tiempo para hablar con Él y lo ocupamos en otras cosas, que tal vez sí tengan importancia, pero nunca tanta como estar con Él.
Amado(a) mío(a):
Últimamente ya no me hablas como antes. Sé que has estado ocupado(a) pero quiero que sepas que a mí no me importa la hora en la que me hables, siempre estoy esperándote. ¿Recuerdas aquellos días en los que no parábamos de hablar? ¿Recuerdas cuando tu corazón se gozaba en mi presencia y con mis palabras brillaban tus ojos? ¡Te extraño! Y deseo que tu corazón vuelva a percibir mi amor. Deseo hacerte reír y también hacerte llorar de felicidad. No dejes que otras cosas ocupen nuestro tiempo, no dejes que las circunstancias te alejen de mí y tampoco dejes de ver los detalles que tengo contigo. Recuerda que aquí estaré esperándote para cautivarte con mi dulce amor de nuevo.
Te ama, tu primer amor,
-  Dios.