En la oscuridad de la noche a la orilla de la playa, con la intención que marcaron tus ojos y la quietud silenciosa y perversa que recorría mi cuerpo. Son solo las once de la noche y divago entre los efectos del alcohol y la dama hierba de los vicios. Veo tu cara que se mimetiza bajo el fulgor de las estrellas y el olor a brisa marina. Tiene una sonrisa oculta, un plan siniestro.Un vodka, un whisky y más tragos mientras espero que a mi te acerques y bueno… hagas lo que todos hacen. No pasa nada. Eres demasiado torpe cuando estas ebrio pero aun así sigo con mi coqueteo. Estamos sentados en la arena, como dos ridículos que se gustan pero ninguna habla al respecto. Fumo por desesperación, dices tantas cosas que no logro conectar la lógica con tus ideas etílicas. Te vas… te vas…. Te me fuiste. Ya son las dos y algo de la madrugada, he cedido. Eres un ser de prisiones, introvertido, de barreras. Pero bueno yo también estaba ya muy ebrio.De regreso en la carretera me pongo necio, terco como es mi característica en tal estado, pero aun consiente de a donde estoy yendo. Me permites manejar tu auto, necesitas vomitar o algo así creo. Cinco de la mañana y creo sobrepaso los límites de la embriaguez, más allá de la cordura, más allá del mal que del bien, más allá de todo lo posible, más allá de la cordura, de mis impulsos y mi extraña manera de cómo veo y asimilo todo. Tú te duermes en mi cama como si ya fuera de tu pertenencia, como si tuvieras años yendo a ella y te cobijaras cada fin de semana con la calidez de mi cuerpo. No sé que necesitas porque simplemente no me permites saberlo y en realidad considero mejor no hacerlo.Ya te has adherido a mi piel (no con cualquiera comparto la cama), tú sigues durmiendo y yo desnudo tratando de comprender que haces ahí y en que momento sucedió todo esto. Y a ciencia cierta sé que estoy más allá de todo, si de nuevo una vez más. No sé qué tan difícil sea la cosa contigo o que tan letal me resulte el ejercicio a tu lado, solo sé que pase lo que pase pudo haber sido peor… y aun sigues en mi cama.
John Betancourt 09/AGOSTO/2008.
