OCASO
Publicado en Nov 19, 2012
Una pelea, una lucha interminable, el dragón rojo lleva la delantera, un fuego enorme cruza el campo de batalla, uno de los 2 piensa que en ese lugar conocerá su lecho, microsegundos tardaran en volver a dar la vuelta, pintando el la estela azul y el frio sabor a tristeza que deja el hielo.
Batalla eterna, calor desatado y oscuridad inevitable, es la combinación incorrecta sin embargo es la única aprendida. Los dos gladiadores han sido vistos; 7 dioses los vigilan ocultos de uno de los lados del campo, y en esa grada oscura que se pierde en el infinito, mas espectadores, con millones de años luz de diferencia, presencian el ciclo brindándoles su fuerza y protección; también hay mas batallas como la de orión, armado con un garrote destrozando a un león. Del lado opuesto al campo han sido observados con asombro y a veces con miedo, nombrados de muchos modos por generaciones y generaciones, que solo se cansan e ignoran el hecho como si su grada de tierra y agua fuera el mejor escudo, no pueden imaginarse la divinidad del duelo. Cuando la batalla se hace neutral, todos callan y caen al piso asombrados por el disco negro y el anillo rojo. Parece una competencia donde nunca nadie gana, el dragón carmesí es inmenso comparado con el minúsculo dragón plateado, resulta una ironía que los dos parezcan del mismo tamaño. El gigante brinda luz y el pequeño calma, ilusión y desilusión, ying y yang, frio y caliente, tranquilidad y pasión, tiempo y espacio, pretendiendo reinar sobre la esfera azul tampoco se dan cuenta que su pugna, su batalla sin fin es también creadora y responsable de vida. Las tinieblas que son serenas y el infierno en decadencia alimentan la esencia de su creación, de una batalla que causa paz y que nunca terminara, hasta que uno de los dos muera y mientras tanto seguirán siendo observados, los dioses y los mortales, todos unidos en una combinación perfecta en una dulce armonía, el inicio y la creación, que de algún modo todos ellos son hijos del ocaso.
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~Los problemas de Carol~
Besitos desde;
~Los problemas de Carol~
Jose Mauricio Nabor Gil