El músico.
Publicado en Nov 19, 2012
Conocí años atrás a un músico,
Que se suicidó por amor, Que respiraba dolor, Que inclusive a las uñas de la muerte les encontró color... Nació entre humo y venta comercial, Hábido para la sonrisa, Y en fiestas y desparrames un animal... Crecido entre las sombras del menosprecio, El suspiro del despecho, Una pluma en la mano, Para escribir en el piano... El músico amigo de todos, El músico de ninguno, Que abandonó su asiento por una mujer, Que por querer hacerse lúcido jamás se dejó ver... Que Do a Sol, Definía a una dama, Rincón por rincón... Encontró su bendición y desdicha disfrazada de camarera, Pero sus besos la volvían repostera, Sirviendole un whisky se llevó su corazón, Susurrándole gracias, Le inspiró una canción... La bebida se volvió costumbre, El uniforme de la mujer deslumbre, El piano se volvió cuaderno con lema, Que trataba cada noche de un mismo tema... La misma agonía, De quererla aunque no quería, De rechazarla, Sin dejar de pedirla... Y poco a poco la mujer el corazón le perforó, El músico de otra clase de arte, Se enamoró... Tocaba el cielo en su espalda, Sus pestañas escondían un cielo, Su cabello era su velo, Y su amanecer era el final de su desvelo... Desdén, Por si lo ven... Pero en ese Do-Re-Mi, Músico idiota, Pintaste las tormentas de carmesí... Y la camarera con el músico definía la ternura, Juraba que a sus labios les encontraba más de una textura, Y el músico de cabello largo profesaba su más profunda dulzura... Pero la huella del pasado tomaba acción, Músico de negocios obscuros, Que tocaban corazones de prófuga razón... Tarde de lluvia en la calle 58, Tira de un gatillo, Y la bala mensajera, Le deja el recado, A una camarera... Con una nota escrita de carmesí, Que sin palabras decía, Todo esto fue por ti... Músico que la muerte misma y el dolor te recordaron, Que la nostalgia enseña a apreciar la vida, Que el amor no es un algo solo de ida, Que un adiós jamás deja una bienvenida... Conocí años atrás a un músico, Que se suicidó por amor, Que respiraba dolor, Que inclusive a las uñas de la muerte les encontró color... Tomó las cuerdas del violín, Y se las amarró, Escribió un te amo con una lagrima, Y de la silla de su mujer, Se aventó... Desde entonces el violín llora cuando esta tenso, Desde entonces ya no supe más de aquel músico, Aquel de cabello rústico... Que aun ido se quedó, Que aun quedandose se marchó... No es un poema suicida, O una indirecta muy edificada... Es solo la comparación de un piano con lo material, Y el amor con lo realista, De la ignorancia ante lo presente y universal, Junto con la atención especial a lo futurista... No es melancolía... Pero me parece que es absurdo ser materialista, Cuando mucha gente casi muerta, Solo busca ser optimista.
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