Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) -76- Corregido.
Publicado en Nov 19, 2012
Despacho privado del Director Técnico de la Revista "El Cotillón", en la calle madrileña de Andrés Mellado. Están sentados, frente a frente, Juan Antonio Obispo de la Iglesia y Carmen Vergara Ordóñez.
- ¡Informaciones, Carmen, informaciones! ¡¡Necesito informaciones!! - ¡Tú lo que necesitas es un psiquiatra, porque además de estar más mellado que el portero Andrés de este edificio, eres un esquizofrénico! ¡¡Así que no me chilles para hablar conmigo!! - ¡¡Estás hablando con el gran director técnico Juan Antonio Obispo de la Iglesia!! - ¡¡Pues con esos apellidos tan signiticativos no sé cómo no te dio por seguir la carrera eclesiástica... porque podrías haber llegado a ser de verdad un Obispo de la Iglesia, tan afín que eres al Opus Dei, y no un casposo director técnico de una revista de infames cotilleos con escándalos y fotografias soeces, que no sabes ni lo que es dirigir un medio de comunicación de masas ni mucho menos sabes utilizar la técnica apropiada para ser completamente honesto, ético, moral y creíble!! Juan Antonio pone su mano derecha sobre la mano izquierda de Carmen. - ¡Vamos a calmarnos un poco los dos, Carmen! - Perdona, pero yo no estoy nerviosa. Si tú tienes que calmarte, métete para el cuerpo dos cápsulas de Calmante Vitaminado cordobés, porque además de ser un excelente medicamento que te puede quitar tu estúpido complejo de superioridad cuando te lo introduces por el canal que más desees, también te vendrían muy bien para tener más vitaminas porque, ahora que te veo mejor que nunca, la verdad es que estás tan anémico que lo necesitas de verdad. ¡Eres la expresión del hastío! - ¡¡No voy a hacer caso de tus insultos pero insisto en que debemos calmarnos los dos!! - Ya sé yo muy bien que tú llamas insultos a las verdades que se te dicen a la cara. Juan Antonio no responde, y con su mano izquierda, toca el timbre que está colocado sobre la mesa, junto a su deslumbrante agenda de trabajo, de cuero repujado color bermejo, que tiene grabado, con letras doradas, su nombre y dos apellidos en la pasta y, solamente cinco segundos después, aparece, fatigado por la carrera que se ha dado, Adalberto Ortiz Bergara. - ¡Uf! !Ag! ¡¡Que me asfixio!! ¿Necesitas algo, Juan Manuel? - ¡Vaya sorpresa! ¡Mira quién está aquí! ¡Pero si es mi fanático admirador Adalberto! ¡Veo que sigues siendo tan pringao como siempre! - ¡Haz el favor de no decirla nada, Tito! Así que limítate a servirnos dos cafés. ¿Cómo quieres el tuyo, Carmen? - Yo lo quiero solo porque solo me sabe mejor, completamente solo y muy dulce por lo de llevarte ya la contraria por primera ocasión... porque estoy segura de que, como siempre, tú lo vas a querer con leche... ¡con esa mala leche que tienes siempre! - ¡Buena está la cosa! ¡¡Deja de decir idioteces!! ¿Puedes dejar de insultarme? - ¿Puedes dejar de agarrar mi mano izquierda de una puñetera vez? Juan Antonio Obispo de la Iglesia, enrojecida su cara por la vergüenza que está pasando, retira su mano derecha, donde luce un carísimo anillo de oro de esos que se llevan de compromiso entre los novios, dejando libre la mano izquierda de Carmen. - ¡¡Tito!!... ¿qué haces todavía aquí mirando con la boca abierta? ¡¡Pareces El Bobo de Coria de Velázquez! - ¿Es que además este bobo vive en la calle de Velázquez? - No, Carmen, me refiero al pintor Velázquez. - Yo... - ¡¡Cierra la boca, Tito, porque ni hoy es tu día ni tampoco es el mío! ¿Entiendes? - Si... pero... - ¡¡Sal rápidamente de mi despacho y ve a preparar los dos cafés!! ¡Y espero que nos hagas un buen servicio! ¿Lo quieres caliente, Carmen? - Yo lo quiero frío pero tú, como te gusta siempre estar caliente cuando estás a mi lado, supongo que te gustará ardiendo. - Esto... yo también lo quiero frío... - ¿Tan frío como te gusta estar cuando intentas recoger chismes de todas partes para luego hacer esos refritos de infames noticias que publicas en "El Cotillón" sobre la vida privada de las personas honradas? - ¿Qué estás mirando tanto con la boca abierta, so bobo? ¡¡Que te he dicho que salgas inmediatamente de mi despacho privado y vuelvas para servirme a mí un café con leche y a ella un café solo. - El burro delante para que no se espante... - Esto... yo... no... quiero decir que vuelvas para sevirle un café solo para ella y un café con leche para mí. - Y no olvides Tito Adalberto que yo lo quiero frio y el mesié Obispo de la Iglesia lo quiere ardiendo porque le gusta estar caliente cuando yo estoy cerca de él... ¿o no es así, Juan Antonio? - Está bien. ¡A mí sírvemelo ardiendo pero ipso facto! ¡¡Rápido, porque me estoy cabreando de verdad!! - Pero... ¿acaso tú sabes lo que quiere decir ipso facto, ridículo paleto? - Supongo que rápido. - Supones tan mal como siempre que supones algo... sobre todo en cuanto a mí se refiere... porque eres tan inculto que no sabes que ipso facto es una expresión latina que significa por este hecho. Erróneamente se usa como rápido. Literalmente, es el hecho mismo. ¡Ahí tienes un buen tema para que escribas una página de opinión que sea culta y no esos bodrios que escribes basados en chismes y cotilleos que, además de vulgares, ni tan siquiera tienen un poco de gracia! Adalberto Ortiz Bergara, más esmirriado y flacuchento que nunca, decide retirarse rápidamente de allí ante el cariz que está tomando la situación. Sale del despacho en dirección a la cafetería del piso bajo. - ¿Qué hace ese gilipollas formando parte del equipo de la redacción de "El Cotillón"? - Es mi último fichaje. - ¿Por que es tu pelota oficial? - La verdad que sí... por eso creo que se merece que le dé una oportunidad para que empiece en el oficio... pero te aseguro que tiene mucho futuro... - ¿Quizás bajándose los pantalones? - Quizás... pero eso no importa... según yo entiendo en el amor, la política y el trabajo, cualquier método es válido con tal de conseguir un fin. - Esa forma de pensar y de hacer las cosas además de maquiavélica es infame y asquerosa. - Pues es la que aplico para tipos como Tito. - ¿Tan poca valoración profesional tiene Adalberto? - Mejor llámale Tito... porque tiene un gran futuro por delante... y será un gran partido para quien se case con él. Así que comienza ya a tenerle confianza y tratarle con suma amistad. - ¿Quieres decir que es un gran partido para la desafortunada ingenua que se case con él? - Quiero decir que confío mucho en él de la misma manera que confío mucho en tí. - No me iguales con ese macarra, por favor, que sólo de verle me dan como retortijones de estómago. - ¡Sigues tan intransigente como siempre! - ¡Nada de eso! Lo que sucede es que he aprendido, con mi última aventura con Jota Jota, demasiadas cosas. Así que si me ves diferente no es porque sea intransigente sino porque he aprendido cosas que antes no conocía y cuando se descubren cosas lo mejor es darlas a conocer con total claridad... algo así como hizo Ramón de Triana con América... bien alto para que toda la tripulación lo sepa. ¿Habéis aprendido ya todos vosotros, los que estáis escuchando como cotillas al otro lado de la puerta? Un ruido de pasos acelerados, como perdiéndose por los pasillos alejándose de alli y tropezando los unos con los otros, le confirma a Carmen que, en verdad, los demás empleados y empleadas de "El Cotillón" estaban escuchando tras la puerta. - Fin de la tormenta. Ya pasó, Carmen. Ahora hablemos como dos personas cultas y civilizadas. - ¿Quieres hacer el favor de desconectar el ridículo micrófono que tienes debajo del tablero de esta ridícula mesa de trabajo... ridículo director técnico... para que dejes de seguir haciendo el ridículo conmigo? Juan Antonio Obispo de la Iglesia vuelve a ponerse rojo de vergüenza porque ha sido descubierta su trampa. No le queda más remedio que quitar el artefacto. - ¿Cómo has podido saberlo con la confianza que siempre has demostrado tener en mí? - Porque te repito que he aprendido en unos pocos días, siendo compañera de investigación con Jota Jota, mucho más de la vida que en años enteros contigo. - Perdona, Carmen... ha sido un descuido... que no volverá a suceder... - Está bien. Entonces, como sé que eres un idealista del fascismo neonazi y tienes aspiraciones políticas, lo primero que tengo que decirte es que no es cierto que el poder corrompa sino que hay políticos que corrompen el poder. No me felicites por este gran pensamiento porque no es mío sino que lo dijo George Bernard Shaw. - ¿Ese maricón? - Quizás lo fue o no lo fue... porque ni tú ni yo sabemos si es verdad o mentira lo que se decía de él... pero fue capaz de escribir la genial obra teatral titulada "Pigmalión", además de ser un excelente periodista de su época... lo cual, y me refiero a ambas actividades, tú ni tan siquiera lo puedes soñar. Algo así como lo que sucede entre Jota Jota y tú. Hay tanta distancia sideral entre el Arte de Jota Jota con tus bodrios noticiosos que no os puedo ni comparar porque sería un insulto a mi inteligencia femenina. - ¡`Vaya, vaya, vaya! Veo que trabajando al lado de Jota Jota has debido aprender muchas citas interesantísimas. - Pues es cierto. Y te digo que he aprendido otras mucho más interesantísimas como, por ejemplo, las que dicen que el machismo es una filosofía que se quedó obsoleta desde la Edad de los Gorilas y que el machismo es propio de seres que nunca evolucionaron desde la época de los primates y por eso no se han bajado todavía de los árboles cuando se trata de conocer a las mujeres. - ¿Dos famosas frases de Federico García Lorca tal vez? - Tienes menos cultura que un burro andaluz. Esas son solamente dos de las muchas frases que he aprendido de la cosecha propia de Jota Jota y que van dirigidas únicamente para gentes como tú. Jota Jota no tiene nada que ver con Federico García Lorca ni en lo literario ni como persona pero sabe cantar muy bien, por ejemplo, "La nana de las cebollas" para dejar dormidos a niños pijos de Serrano y resto de la zona azul como tú, cuando las duras noches de Madrid son solamente aptas para hombres como él. - ¿Así que Jota Jota también es un filósofo? - Digamos, como dijo Gramsci, que forma parte de la filosofía de los no filósofos; lo cual, y aplaudo a Gramsci por esa opinión, es mucho mejor y más completo que ser solamente un simple filósofo de las miserias humanas nada más. Y hablo ahora de ti. - Sigamos siendo amigos, Carmen. Lo que nos interesa ahora es dejarnos de chorradas y que me aportes datos de todas las experiencias que has debido tener con ese tal Jota Jota. - ¿A qué clase de experiencias te estás refiriendo? - No te hagas las estrecha conmigo porque ya sabes tú muy bien a lo que me refiero porque eres muy experta en tirarte a todo lo que se mueve. - ¡¡No eres más cretino porque más imbécil no se puede ser!! - ¿Me vas a venir ahora con el cuento chino de que no has tenido experiencias con él? - He tenido muchas experiencias con él... pero unas experiencias demasiado increíbles como para ser contadas en esta asquerosa revista. - ¡Hicimos un trato, Carmen! ¡¡Te di el trabajo a cambio de que le conquistaras y luego me pasases información de vuestras experiencias!! - Te vuelvo a repetir que he tenido unas experiencias de mujer como nunca antes las tuve con ningún otro hombre. Jota Jota es solamente un chaval pero las experiencias que he vivido con él no te las puedes imaginar. - ¡¡Perfecto!! Ese era el trato. Ese era el jueguecito que te propusimos para tener materia caliente con que publicar un reportaje completo. - Pues te equivocas... y yo también me equivoqué... porque no resultó como esperábamos sino muchísimo mejor de lo que esperábamos. - ¡¡Fantástico!! ¡¡Cuenta, cuenta!! - ¿Cuánto es la pasta que me vas a soltar por contarte? - Eso depende de cómo hayan sido esas experiencias... podemos incluso aumentarlas con algo de imaginación que nos inventemos por nuestra cuenta... ¡¡para eso tienes una increíble manera de imaginar!! ¡¡Puedes ganar muchísima pasta a partir de ahora!! - Han sido experiencias demasiado interesantes para esta vulgar revista de "El Cotillón". - Está bien. Dejemos la parte sexual y cosas parecidas para otros capítulos. Empecemos por algo más ligero. - ¿Qué queréis saber y cuánto me vais a pagar por saberlo? - Como estoy seguro de que valdrá la pena estamos de acuerdo en pagarte tres mil euros por el primer capítulo que podemos titularlo algo así como "Introducción a un coito inolvidable". - ¡¡Olvídalo!! ¡¡Ese título no sería creíble por ningún lector o lectora que leyese el reportaje!! - Está bien. Te dejo que elijas el título que pienses más adecuado pero... para empezar... ¡Por favor cuéntanos algo sobre, por ejemplo, los usos y costumbres en la vida cotidiana de Jota Jota! Algo así como un aperitivo inicial y, de esta manera, vamos elevando el interés del reportaje semana tras semana hasta llegar a las partes más calientes! ¡Dame datos interesantes por favor! - El primer dato que puedes anotar en tu frágil memoria es, por ejemplo, que Jota Jota nunca se peleó contigo ni con nadie por culpa de ninguna chavala, incluyéndome a mí por supuesto. El reportaje lo escribo yo y, para empezar, daré a conocer este dato para que todos nuestros lectores y todas nuestras lectoras sepan verdades tras verdades. Entre lo que voy a escribir en la primera entrega del reportaje es que él no te hizo jamás ni puñetero caso. ¿De verdad te has creído eso que vas contando a los amigos y amigas de que él se peleaba contigo por conquistarme a mí? - Llevas toda la razón, pero un buen reportaje tiene que contener siempre mucho morbo que es lo que les gusta a nuestros lectores y lectoras... - ¿Eso es lo que les gusta a nuestros lectores y lectoras o es que no son los medios de comunicación de masas los que hacemos que les guste dándoles de comer nuestra basura hasta alienarlos por completo con la mierda que publicamos por la prensa, la radio y, sobre todo, por la televisión? - No importa ahora eso de la moral ni de la ética. ¡Vamos a ser famosos, tía!. Por eso he pensado que una manera interesante de comenzar con la serie es decir esa mentira para darle morbo desde el principio. Ya sabes. Un primer título que sea, por ejemplo, "De los celos al odio". ¿Qué te parece esta manera de comenzar? - Una verdadera estupidez propia de un boyagas como tú. - ¡Entonces cómo quieres que comencemos para tener una gran cantidad de lectores y lectoras! ¿No te das cuenta de que este negocio se maneja de esta manera para poder tener éxito y hacernos famosos para el futuro? - La mejor manera de comenzar es contar solamente verdades y nada más que verdades. - Pero entonces... ¿cómo podemos hacer que las ventas de nuestra revista sean lo suficientemente altas como para ser un verdadero negocio? - Por ejemplo, empezaré por titular el primer capítulo como "El gilipollas que se creía superior". - Estupendo. ¡Fantástica idea! ¡¡Empecemos por hacer pasar a Jota Jota como un verdadero gilipollas ante nuestros lectores y lectoras, creyéndose superior a todos los demás de la Facultad de Periodismo!! - Estoy de acuerdo... sólo que hay algo en lo que te equivocas... - ¿Cómo es posible que me esté equivocando? Yo soy Director Técnico precisamente porque tengo más imaginación que los demás poniendo títulos atrayentes. - Y contando mentiras contra las personas que son honradas... - Eso es lo importante para hacerlo interesante. - ¡Totalmente de acuerdo! Pero lo más interesante de todo es que empezaré con este título, en mi primer capítulo, haciendo conocer a todos nuestros lectores y nuestras lectoras que el verdadero gilipollas que se cree superior a los demás no es él sino que eres tú. - Pero... ¡¡cómo vas a escribir esa barbaridad sobre mi persona!! - ¿No quieres morbo para aumentar las ventas al máximo posible? ¿Te parece poco morboso que el único y verdadero gilipollas de toda esta historia sea el mismo Director Técnico de la revista que leen nuestros lectores y nuestras lectoras? ¡Es lo más morboso que se puede uno imaginar además de que es verdad y por lo tanto creíble cuando lo cuente de la manera sincera y honesta que lo voy a contar! ¡Ni te imaginas lo que van a gozar nuetros lectores y nuestras lectoras cuando lean que el gilipollas es el mismísimo Director Técnico de la revista que publica toda la historia! ¡Es la primera vez que va a suceder en la Historia del Periodismo Mundial! ¡¡Vas a ser más famoso que el mismísimo Papa se Roma, señor Obispo de la Iglesia!!. - Por favor... ¡que me vas a meter en un lío! - ¿No quieres ser el periodista más famoso del mundo en líos de faldas? - Pero... ¿cómo vas a contar eso de mí? - ¿Es que no eres el gilipollas de toda esta historia? Si la lee alguien del Cine seguro que nos proponen hacer una película. Y si hacen una película con este morbo... ¡¡muchas más ganancias, Juan Antonio!! ¡¡Mucha más pasta para todos!! ¿No te parece genial? ¿Soy o no soy una verdadera maestra en marketing de ventas? ¡¡Hasta nuestro propio ordenanza Miguel se va a subir por las paredes cuando lea la sensacional manera de empezar mi serie de reportajes sobre tu vida privada!! Juan Antonio Obispo de la Iglesia se levanta de su silla, bordea la mesa y se pone de rodillas delante de Carmen que sigue tranquilamente sentada. - ¡¡Por favor!! ¡¡Por favor!! ¡¡Por favor!! - ¿Qué narices te pasa ahora, cretino? ¿No fuiste tú mismo tan valiente y tan macho que hiciste pública una nota sobre mi vida privada diciendo que yo me quitaba rápidamente las bragas con cualquiera que saliese conmigo? ¿Tuviste tú compasión alguna conmigo cuando, junto con tu pandilla de cobardes amariconados, no dudásteis en hacer público, poniendo la nota en un pasillo de la Facultad de Periodismo, que yo era más o menos lo que se dice una puta? ¿Vas recuperando ya tu frágil memoria o no te interesa recordarlo? ¿Tuviste tú alguna compasión conmigo en insultarme de esa manera tan cruel, y además en público y no en privado, llamándome puta sin motivo alguno para insultarme de esa manera tan cruel para que todos me vieran como una puta y no como una chica decente? ¡Jota Jota jamás hace ni hará jamás algo así con una mujer, sea la edad que tenga o la vida que haya llevado, porque él es demasiado caballero y no como tú, mequetrefe machista!. Así que ya tengo el título para el segundo capítulo y va a ser: "El Obispo y sus fulanas". ¿Qué te parece el morbo de este segundo capítulo cuando lean, nada más y nada menos, que el propio director técnico de la revista de la que son fanáticos seguidores y seguidoras está mezclado, en su vida privada, con todo un mundo de fulanas y hasta de algún fulano que otro? ¿No te parece un fabuloso ingrediente para seguir elevando la morbosidad esto de contar tu vida entre prostitutas y maricones presentándolo todo como una simple parodia para que nadie sepa la verdad del mundo en que te mueves diariamente? ¡Claro que existe la casualidad de que si lo leen chavales y chavalillas tan inteligentes como es Jota Jota pueden descubrir que no es una historia de ficción sino una historia de ficción pero basada en hechos reales... lo mismo que fue real el papelito que pegásteis en el pasillo de la Facultad de Periodismo de la Unviersidad Complutense de Madrid insultándome de esa cruel manera y sin ninguna clase de arrepentimiento! ¡¡Levántate ya del suelo, arrastrao, que todavía eres más pringao que el pobre Adalberto porque tú lo haces con mala leche mientras él está en tus filas porque sólo es un ignorante!! - ¡¡Por favor!! ¡¡Por favor!! ¡¡Por favor!! - ¿Qué narices de por favor estás pidiéndome ahora? ¡¡Levántate ya y deja de hacer el ridículo si todavía tienes un gramo de dignidad!! Juan Antonio Obispo de la Iglesia se da cuenta de que chantajeándola de esta manera tan burda no va a conseguir nada, así que se levanta y amenaza a Carmen. - ¡¡Recuerda que yo también puedo escribir y hacer público cosas dañinas sobre ti para deja tu honor por los suelos y decir al mundo que sólo eres una perdida!! - Te equivocas una vez más conmigo, fantasma... porque yo seré la primera que contaré y haré conocer públicametne que era una perdida, pero no en el sentido de furcia como tú vas a intentar publicar, sino que era una recién llegada a la capital de Madrid y nunca había conocido ni las partes buenas ni las partes malas de esta linda ciudad. Contaré que yo sólo era una chavalilla recién llegada de un pueblo malagueño desconocido para la inmensa parte de la población mundial y que tuve la desgracia de interesarme, quizás por un año académico, por un indeseable como tú pero que Dios me dio la oportunidad, al año siguiente, de poder conocer a Jota Jota y trabajar junto a él en una investigación de la cual no te voy a contar absolutamente nada. Será mi tercer capítulo y lo titularé "El cazador cazado". Quizás con esos tres capítulos me quede totalmente satisfecha y los lectores y las lectoras también. El cazador cazado, por supuesto, eres tú. Pero no te preocupes que te haré pasar por un tipo interesantísimo, guapo, alto, fuerte, con coche y moto, con perro pastor alemán... pero con menos inteligencia que la de un mosquito metido, por su propia necedad, en medio de un avispero. Juan Antonio vuelve a sentarse a su mesa y se introduce en la boca un puñado de gominolas, que sirven para regalárselas a sus visitas, estando a punto de atragantarse. Logra por fin escupirlas todas las gominolas al suelo e inicia una tos que parece inacabable. - ¡Venga ya, tío macho! Estoy segura de que esta vez no te vas a asfixiar porque como dicen por ahí bicho malo nunca muere. Así que deja ya de escupir y trágate los sapos que tengas que tragarte porque yo también he tenido que tragarme lo que pusísteis en la pared del pasillo de la Facultad sobre mi persona. Por fin Juan Antonio consigue dejar de toser y volver a mantener su ya casi derrumbado carácter flemático después de lanzar hasta tres escupitajos en el cesto de los papeles. - Carmen, no me recuerdes nada más, por favor... - ¿No quieres que publique en "El Cotillón", como cuarto capítulo de la serie, las escenas, con toda clase de detalles, de las muchas veces que Jota Jota se pasó por sus cataplines las amenazas de vuestras provocaciones fascistas y neonazis que hasta tú te llevaste el corte más grande de tu vida cuando viste que le importáis todos vosotros menos que un huevo pasado por agua y que os tomó a risa, porque os considera bufones nada más, cuando le amenazábais en grupos o en pandillas porque uno a uno sólo sois maricas pero todos agrupados sois maricones perdidos? ¡A mí me parece genial que lo cuente para seguir con todo el morbo de la aventuira y este cuarto capítulo lo voy a titular "¡Vaya fachas, Dios mío"! refiriéndome, claro está, no sólo a vuestras filosofías neonazis, sino también a lo cobardes que sois porque sólo actuáis agrupados en pandillas y, desde luego, a la facha como váis vestidos para dar miedo a las personas cuando solamente sois capaces de asustar a inocentes niños y pobres mujeres indefensas, porque las chavalas valientes y los chavales como Jota Jota no sólo no os tienen miedo sino que sois sus personajes preferidos para escribir cosas de risa, cosas de rechifla y cosas de cachondeo! ¡Me parece genial también este cuarto capítulo! ¿No te parece, Obispo de la Iglesia, que es genial esto de titular al capítulo cuarto de la serie de entregas semanales como "¡Vaya fachas, Dios m{io!" porque así sigue el morbo en aumento ya que al apellidarte Obispo de la Iglesia y aparecer la palabra Dios y la exclamación "¡Dios mío, vaya fachas!" muchas veces a lo largo de todo el capítulo de verdad que es impresionante el morbo que voy a conseguir transmitir a los lectores y las lectoras de "El Cotillón"? - No, por favor, no quiero recordar nada de eso... - No quieres recordarlo pero bien que lo recuerdas todo... porque no me creo que seas capaz de olvidar lo sucedido hace un año más o menos y los múltiples cortes de mangas que os ha estado dando, durante toda su vida, Jota Jota a todos vosotros los fascistas neonazis. ¿Le vas a decir a Don Emiliano Marcelino de Murillo y Seminario que te lo he dicho yo? Por mí puedes hacerlo desde ya porque desde ya te afirmo que no trabajo más con vosotros en esta porquería de revistucha. Preferiría escribir en alguna revista de humor pero que se llamara, por ejemplo, "El Chivatazo" y fuera un humor sano y original porque "El Cotillón" sólo publica puras basuras de las vidas privadas de las personas. ¿No te parece que "El Chivatazo" tendría mucha más gracia, sería un humor completamente sano y hasta el título es más vendible que el vuestro?. - Por favor, Carmen, que somos compañeros... - ¿Quieres decir que no puedo trabajar en un medio de comunicación de masas que os haga la competencia? - ¡¡Es una traición irse con los otros y apuñalarnos por la espalda y de esta manera tan cruel!! - ¿De esta manera tan cruel dices? ¿Y qué maneras habéis utilizado Don Emiliano Marcelino y tú, Don Juan Antonio, para traicionarme a mí? ¿Me puedes explicar eso? - Por favor, Carmen... ¡que estás hablando del Gran Señor Don Emiliano Marcelino de Murillo y Seminario! - No. Todavía no. A ese lo tengo preparado para el sexto capítulo que titularé "La parte trasera del seminario" que me parece un título también profundametne morboso y donde incluso se puede acompañar con una reproducción de algún cuadro de alguna Virgen de Murillo que me parece que Don Emiliano Marcelino va diciendo por ahi, entre sus famosas anécdotas pueriles y vanas de contenido, que Murillo es el mejor de todos, cuando todos en realidad sabemos que es igual que cualquier otro de gran categoría pero ni mucho menos el mejor solamente porque le da la real gana a Don Emiliano Marcelino decir que es el mejor aunque, por supuesto, eso es una gran mentira. "La parte trasera del seminario" me parece un título también profundamente morboso para dar por terminado el reportaje. Para el quinto capítulo ya me inventaré algo titulado, por ejemplo, "La fecha inolvidable", pero esto lo dejo en suspense para que te intrigue más. Es la fecha en que Jota Jota hizo que empezara a cambiar mi vida. Perdona si no era el reportaje que estabas esperando pero, mira por dónde, una también es capaz de aprender a hacer reportajes interesantísimos estando sólo unos días al lado de un verdadro Maestro del Periodismo como es Jota Jota. He sabido, y te lo tengo que decir para darle más morbo al tema, que ha sido elegido como el más joven y dstacado miembro del Consejo Nacional de Inteligencia, el famoso CNI de Madrid. - ¡Dios mio! ¿Qué me estás contando? ¿Jota Jota trabaja para el CNI de España? - Pero no tiembles tanto... machote... - Entonces olvidemos el pasado, Carmen... - Sí, claro. Te lo voy a decir cantando: ¡Olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado, y volvamos al amor. Porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, ¿dónde voy a estar mejor?. En tus labios se divisa el nacer de una sonrisa que es preludio del perdón. Ya cumplí mi penitencia, ten un poco de indulgencia aunque tú tengas razón. Olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor. Porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, ¿dónde voy a estar mejor? Ya no hay nubes de tormenta sale el sol que nos calienta y funde el hielo en nuestro corazón. Y de nuevo de la mano, vamos al país lejano de los sueños de ilusión. Olvidemos nuestro enfado, olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor. Porque si no es a tu lado, porque si no es a tu lado, ¿dónde voy a estar mejor? Ya no hay nubes de tormenta sale el sol que nos calienta y funde el hielo en nuestro corazón. Y de nuevo de la mano, vamos al país lejano de los sueños de ilusión! ¡¡Se lo dedico a mi papá, a mi mamá, a todos mis hermanitos, hermanitas, amigos y amigas y, de manera muy especial, a mi novio que me estará escuchando!!. - ¡Cantas incluso casi mejor que Maríe Laforet y, desde luego, eres la más graciosa de todas las chavalas que conozco yo! - Sí. Ya lo sabía. Pero no es gracias a ti sino que ha sido gracias a él. En ese momento entra en el despacho Adalberto Ortiz Bergara. - ¿Te refieres a mí, Carmen? - Pero... ¿que le ocurre a este tal Tito?... ¿es que además de pelele y de pelota es también peliculero? - ¿Algo más de Jota Jota? - Por supuesto que sí, Juan Antonio, porque gracias a él lo que yo he podido averiguar es que todos vosotros sólo sois una pandilla de papagayos repitiendo, siempre, el mismo santo y seña que os imponen como condición para llamaros periodistas profesionales, cosa que por cierto no lo sois salvo por los enchufes, las palancas y todo ese cachondeo del Movimiento y los conocidos y viejos amiguetes de la Falange y del Sindicato Español Universitario, el SEU de las fascistas para ser más exactos... y ahora vas y se lo dices... de mi parte... a tu admirado Gran Director Ejecutivo Señor Don Emiliano Marcelino de Murillo y Seminario. Nadie dice nada en medio del silencio espectral que llena el despacho y Carmen decide seguir hablando. - Pelele, pelota y peliculero son tres palabras que rechazo de mi vocabulario... así que considerad que no lo he dicho por nadie de vosotros dos sino por Pepe Solís y habréis acertado de pleno en este asunto tan morboso. - ¿Es que he interrumpido algo interesante? - ¿Algo interesante entre Juan Antonio y yo, Tito? ¡Eres tan infantiloide que te siguen llamando Tito a pesar de tus bastantes años de edad, quizás por tu pequeña estatura como profesional del periodismo! ¿Cuándo has visto tú que haya sucedido algo interesante entre el señor Obispo de la Iglesia y yo si resulta que él es más azul que todos los Pitufos juntos y yo soy más roja que Caperucita? - No comprendo nada... - Porque no estás nunca a la altura de las circunstancias y mucho menos a las mías propias. - Eso lo entiendo menos todavía... - Escucha bien, Tito... Berto... Adalberto... o como quieras que te llamen a partir de ahora. Lo único que ha sucedido de interesante entre el señor Obispo de la Iglesia y yo es que estábamos comenzando a hablar de asuntos de repartir hostias. ¿Te enteras ya del asunto en cuestión? - ¡¡Ya te ordené antes que no la digas nada, Tito!! ¡¡Márchate, inmediatamente, de aquí y vete a hacer tus labores!! ¡¡Pero ya mismo!! Adalberto vuelve a salir, a la velocidad de un rayo y todo lo más rápido que puede con sus débiles piernas, del despacho privado de Juan Antonio ya que ha visto que el asunto se está poniendo cada vez peor. - ¿Es que le has contratado como ama de casa? - ¿A quién? ¿A Adalberto? - Sí. Eso de hacer sus labores me parece que sólo es propio de aficionados sin categoría alguna y, especialmente, se refiere a lo que hacen las amas de casa para la vuelta de sus esposos guerreros... pero un verdadero periodista profesional no se dedica a hacer labores, si es que vale como periodista, sino a realizar trabajos. - No te rías de Adalberto porque él está enamorado hasta de tus huesos, Carmen. - ¿Enamorado o simplemente encantado? Porque ya que hablamos de enamoramientos y encantamientos, la próxima vez que quieras algo de la vida privada de Jota Jota y de sus sueños, no me uses a mí y usa a Blancanieves y los Siete Enanitos del Bosque Encantado; a ver si así entre todos le encantan y logran que Jota Jota se enamore de Blancanieves. - ¿Qué me estás contando? ¿Me quieres dar a entender que no conquistaste a Jota Jota? - Lo que resulta es que conquistar a Jota Jota no es lo mismo que enamorar a Jota Jota. Conquistarle es relativamente fácil solamente si eres una chavala que le guste y le atraigas físicamente... pero es casi del todo imposible enamorarle aunque ya pueda estar muerto. - ¿Qué me dices? ¿Me quieres dar a entender que Jota Jota ha muerto? - A mí me parece que tú te crees demasiado importante como para que yo te de a entender tantas noticias. - ¿Está muerto o no está muerto Jota Jota? - Yo no he afirmado tal cosa, sino que he dicho que pudiera estar muerto. Sólo he planteado una hipótesis. - Pero si planteas esa hipótesis es porque algo ha sucedido que te hace pensar así. - En primer lugar es una hipótesis mía y no tuya y, por eso, no te debe importar para nada lo que yo haya visto o no visto. - Pero si contamos una aventura con mucho morbo sobre la muerte de Jota Jota... ¡¡tendremos un éxito extraordinario poniéndole mucha imaginación al asunto!! - Pero te olvidas de que yo ya me he despedido de esta revista y ya no trabajo para vosotros. La muerte de Jota Jota es una hipóteis mía y no tuya ni de nadie más; así que no voy a permitir que publiquéis en vuestra asquerosa revista ningún reportaje sobre eso. ¡Publicad, si queréis, algo sobre la muerte de alguien por sobredosis de heroína, y así podéis comenzar a ser famosos! - Pero ese asunto ya es muy conocido... - De acuerdo. Pero sobre Jota Jota no vais a publicar absolutamente nada o pongo en aviso a mi amiga Leda para que haga una investigación sobre todos vosotros, periodistas de pacotilla, y cuente la verdad de cómo habéis alcanzado la fama hasta bajándoos los pantalones... quizás para satisfacer al Gran Señor Don Emiliano Marcelino de Murillo y Seminario. - ¿Leda? ¿Quién es Leda? - ¡Ya te enterarás de quién es Leda y lo que puede alcanzar Leda si es que es necesario que publique algo sobre todos vosotros en el "New York Times"! - ¡Dios mío, que no se entere el mundo entero, por favor! - Pues entonces dedicáos a publicar historias sobre fantasmas y contáis vuestras propias vidas... porque de verdad que sois todos unos fantasmas... o en caso contrario yo seré la primera informadora para dar a conocer a Leda los datos suficientes como para descubriros a todos. Al fin y al cabo Leda siempre es de las que esperan repotajes originales, únicos e interesantes de verdad. - ¿Fue Jota Jota quien te dijo lo que habíamos escrito en contra tuya en la hoja de papel que pusimos en el pasillo de la Facultad? - Ignoras por completo cómo es Jota Jota y cómo actúa Jota Jota. No. No me lo contó nunca Jota Jota. Es demasiado noble para hacer eso. Me lo contó Adalberto Ortiz Bergara; el mismo Tito, tan amiguito tuyo, que te hace la pelota para trabajar a tu lado. - Está bien, Carmen... ¡tú has ganado la batalla!... así que olvidemos para siempre a Jota Jota tanto si está muerto como si está vivo. Pero ya que mencionas a Adalberto Ortiz Bergara, tengo una suculenta oferta para ti. - Si es de tipo personal, jamás aceptaré una oferta tuya ni para ir a tomar café al piso de abajo de esta Redacción. Y si es solamente de tipo laboral ya sabes que me acabo de autodespedirme de esta revista. Búscate a cualquiera menos a mí. - Escúchame bien y no seas necia. Tengo muchas influencias en los medios de comunicación de masas. Olvidemos todo lo pasado entre tú y yo y, para compensarte por daños y perjucios a tu persona, te doy la oportunidad de tu vida. - ¿A qué oportunidad te estás refiriendo? - Ya sabes, y conoces muy bien, que soy el Director de Programación de la Cadena "Tele y Voz". - Ya lo sé. Y sé también cómo has logrado conseguirlo... - ¡Olvida ya eso, por favor! Lo que te estoy queriendo decir es que te ofrezco la oportunidad de que seas la periodista estrella de un nuevo Programa de Televisión. ¡Alcanzarás la fama de la noche a la mañana! - ¿Qué clase de Programa es y cuánto me pagarían? - Empiezo por decirte que será un Programa divertidísimo. - ¿Tan divertidísimo como "Vamos a contar mentiras tralará" que fue tan pésimo que sólo se mantuvo una semana en la parrilla porque aburría más que una serie interminable de plegarias musulmanas? - ¡Jajaja! ¡Veo que has vuelto a recuperar tu buen hmor! No. Esta vez, entre Don Emiliano Marcelino y yo hemos ideado un Programa genial. Lo vamos a llamar "Opiniones de un payaso". - ¿Como la gran novela de Heinrich Böll? - Sí. Me vino a la memoria ese título y se lo propuse a Don Emiliano Marcelino. A él le pareció buenísima la idea. - Vaya... parece que ya estás teniendo buena memoria... y hasta se te ocurre alguna idea que otra... - Sí. Y para olvidar todo lo que hicimos te elegimos como la persona más importante del Programa. - ¿Cuánto me pagáis si acepto? - ¡Una oferta imposible de rechazar! ¡Don Emiliano Mariano está totalmente de acuerdo en pagarte cinco mil euros por semana! - ¿Qué tengo que hacer? - El asunto es que formarás pareja con Adalberto Ortiz Bergara. - ¡No sigas! ¡Rechazo por completo trabajar como pareja con Adalberto Ortiz Bergara! ¡No te molestes pero es cuestión de principios éticos y morales! - ¡Espera a que te cuente de qué va el Programa y en qué consiste todo antes de rechazar esta oferta que ninguna otra periodista rechazaría jamás! - ¡Adelante! ¡Escucho! ¡A ver si tiene tanta gracia como tú dices! - Adalberto será el payaso. La enorme gracia de este nuevo programa semanal va a ser la cantidad de risas que va a soltar el público invitado cuando Adalberto vaya opinando cosas sobre temas de rabiosa actualidad siguiendo el guión que lo voy a escribir yo por cierto. - Si escribes tú el guión dudo, en primer lugar, que tenga calidad porque tú eres un pésimo guionista y, en segundo lugar, dudo que sea gracioso porque tú no tienes salero contando chistes sino mala leche que son dos cosas muy distintas. - Espera, espera un poco guapísima... - No hace falta que me hagas la pelota porque ya sé que soy guapa pero me sobra lo de guapísima. - ¡No te enfades otra vez, por favor! Lo importante es que Adalberto va a dar sus opiniones como un verdadero payaso y tú erés la parte del Programa que le contratacas y le vas poniendo en ridículo delante de todo el público invitado y delante de todos los telespectadores y las telespectadoras. ¿Qué te parece la gran idea maquinada entre Don Emiliano Marcelino y yo? - ¿Por qué le haces eso al pobre de Adalberto? - En primer lugar porque solamente es un pringao nada más y, en segundo lugar, porque es un chivato. - ¿Y dónde está la gracia del Programa? - La gracia es que mientras él queda como un payaso ante todos y todas quienes le vean, tú vas elevando tu fama y te van eligiendo como la periodista más inteligente de todos los canales televisivos de España. - ¿Y no es eso una venganza tuya contra Adalberto Ortiz Bergara? - ¡Por supuesto que es una venganza contra él por chivato! Pero nadie se va a dar cuenta, y además Adalberto también dará un salto a la fama... aunque sea como periodista cantinflero nada más... - ¿Y no te parece cruel? - Me parece cruel pero así pagamos nosotros a quiénes nos traicionan... - ¡Pues te has equivocado otra vez, bufón de feria pueblerina! - ¿Cómo que me he equivocado? ¿Cómo pagarías tú a alguien que te traicionara de esa manera tan vil? - Perdona... pero la manera vil sólo es propia de vosotros y no del inocente Adalberto... - ¡Pues deberá hacer el ridículo por chivarte lo de la nota de la pared del pasillo de la Facultad! - Te vuelvo a repetir que te equivocas... - ¿Por qué? ¿Quién eres tú para decirme que me equivoco después de haberte equivocado tú con Jota Jota? - Escucha, imbécil. Ni yo me equivoqué con Jota Jota ni Jota Jota se equivocó conmigo. Fuimos dos grandes compañeros y amigos nada más. Por eso ni él se burló nunca de mí, como vostros si lo hicísteis y a traición, ni yo me burlé jamás de él porque desde el mismo instante en que comenzamos a investigar juntos descubrí que tiene un corazón que no le cabe dentro de su pecho. - Si es que está vivo todavía... - Aunque estuviese muerto ni Don Emiliano Marcelino de Murillo y Seminario ni tú llegáis ni tan siquiera a la décima parte de lo que es él tanto en lo profesional como persona. En cuanto a Adalberto estás totalmente errático, tío lunático. - ¿Cómo responderías tú a una traición así? - Lo primero que debes saber es que lo mismo que tú me engañaste a mí ahora yo te he engañado a tí. - ¿Qué quiedes decir con eso? - Que no fue Adalberto quien me contó lo de la hoja publicada en el pasillo de la Facultad. Juan Antonio Obispo de la Iglesia pierde los nervios y da un tremendo puñetazo sobre la mesa metálica. - ¡¡Diablos!! ¿Por qué me has engañado? - Por lo del cazador cazado. Recuérdalo para toda tu vida. - Entonces... ¿quién fue quien me traicionó? - Quien me lo dijo no fue para triacionarte a ti porque tú tienes para ella menos importancia que un gramo de molécula ya que es cien veces mejor periodista que tú. - ¿Entonces es una chica? - Es una chica y, además, admira a Jota Jota y no a ti. - No acierto a saber quién puede ser... - Pues es muy fácil adivinarlo. ¿No fuiste tú y tu pandilla de indeseables los que le pusísteis el mote de "La Botijo"? Juan Antonio Obispo de la Iglesia vuelve a perder otra vez lo nervios y da otro tremendo puñetazo sobre la mesa metálica. - ¡¡No puede ser!! ¡¡No puede ser "La Botijo"!! - Sois tan miserables que ponéis motes para insultar a los más inocentes. Ella no se llama "Botijo" sino María, simplemente María, porque no te voy a dar más datos sobre su personalidad. - ¿Cuándo te lo contó todo? - Simplemente cuando me cambié de lugar en el aula y me senté junto a ella. Hemos hecho una gran amistad las dos juntas y sólo me lo contó no por chivata sino porque entre las amigas no tenemos ningún secreto. Por eso, además de saber lo traicioneros que sois, me enteré de que ella es una de las muchas admiradoras que tiene Jota Jota en la Universidad de Madrid. - ¿En toda la Universidad de Madrid? - En toda la Universidad de Madrid por lo menos. Y ahora que sabes todo esto... ¿sigues creyendo que ese bodrio de programa titulado "Opiniones de un payaso" tiene alguna gracia?. - ¡Ni Jota Jota lo haría mejor! - Por supuesto que Jota Jota lo haría mejor porque él jamás le haría eso a Adalberto tenga o no tenga razones contra él. Ni haría eso contra Adalberto ni contra ningún ser humano; contandoos a todos vosotros si es que todos vosotros sois seres humanos. - ¿Vas a rechazar una oferta de cinco mil euros semanales? Carmen Vergara Ordóñez se levanta de la mesa sin haber probado el café. - Por lo menos podrías quedarte a tomarte el café conmigo... - Contigo no voy ni a la puerta de este despacho... ¡asi que no te levantes y sigue calentándote los huevos en esa lujosa silla que te han colocado como bien colocado que estás siempre! - ¡Piénsatelo bien, Carmen! ¡Te doy una semana de plazo para que lo aceptes! - ¡Ni una semana de plazo ni un mes de plazo ni tan siquiera un año de plazo! ¡He aprendido buenas lecciones de Jota Jota para saber cómo debe hacerse un Programa que tenga sano humor pero que no sea una bazofia tan burda y tan grotesca como la que me propones! Y además, no quiero trabajar ni un sólo segundo más con vosotros. Me despido para siempre, atajo de vagos nada más, y espero no veros más veces en mi vida. Gracias a Jota Jota comprendí que la próxima vez que me enamore de verdad, cuando haya terminado mis estudios de Periodismo, jamás consentiré que nadie como vosotros, que sólo sois gentuza nada más, se interponga en mi camino. Y no dudaré ni un instante en casarme con quien se enamore de verdad de mi persona y de mi personalidad. Cuando haya terminado los estudios me iré a la tierra que me vio nacer a ser igual de feliz como Jota Jota me ha enseñado a ser... ¡Adiós a todos vosotros, majaderos! ¡Que Dios os perdone a todos si es que merecéis que se os perdone porque si yo fuera Dios desde luego que no os perdonaría! Olvidadme todos vosotros porque, desde este momento, yo os olvido a todos. No os recordaré para nada... pero a Jota Jota no le olvidaré jamás... sobre todo por su bohemia y eterna sonrisa..
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