LA FORMULA DEL XITO
Publicado en Nov 20, 2012
Henry Kissinger, durante las décadas de los sesentas y setenta tuvo en sus manos la formula del éxito seguro, la cual consistía en tres personas el homicida, el violador y el borracho. Este hombrecito- parecido a MR Magoo, pero con pelo y anteojos- repitió con éxito su formula a lo largo y lo ancho de Sudamérica. Henry, nacido en Alemania, pensaba que debía proteger a su país adoptivo Estados Unidos, de pestes tales como la libertad o la democracia, por esta razón decidió controlar los países que no comulgaban con su ideal de hombre supremo. Como un siniestro aprendiz, decidió utilizar los métodos que tan amablemente le enseñaron los NAZI, a la hora de eliminar a aquellos que practicaban su religión en Alemania. Es así como paso de ser victima a victimario, fomentando política y económicamente distintos golpes de estados en lo que se llamo patio trasero de Norteamérica. Este patio trasero se olvidaron decir, estaba habitado por personas, aunque según la doctrina de Henry su color de piel e idiomas lo disimulaban bastante. El mecanismo de acción de esta formula, si bien no llego a concretarse en todos los países era muy sencillo. Encabezaba el homicida, encargado de eliminar toda oposición del país. Y con eliminar me refiero a hacer desaparecer el mayor numero de personas posibles, siempre es mas gobernable poca gente. Luego venia el violador quien se encargaba de reproducir su doctrina. Para conseguir esto el secuestro y la tortura era bien recibidos, después se emplearon métodos mas sutiles como la re-educación de los niños ya existentes, también algunos caso se ordeno a todos los miembros jerárquicos aparearse con cualquier hembra que se cruzase por sus narices. Por ultimo cerrando el siclo venia el borracho, hombre que debía ascender para gobernar la nueva patria utópica. Si el mundo fuera justo, como premio para el señor Henry, este debería haber terminado en un geriátrico postrado en una silla de ruedas, ahogándose en su propio excremento. Pero el mundo no es justo, por eso el señor kissinger, recibe como castigo una suntuosa jubilación e incluso es considerado como uno de loas mas grandes pensadores del siglo pasado. Fin. Autor: Nicolás Vilaró-Tronfi
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