La Oveja
Publicado en Aug 07, 2009
En límpido rebaño lamía una oveja
que de antaño fuera una oveja piadosa. Escuchaba el rojo cantar de la rosa y aspiraba el aire del verano bueno. Pero un réprobo pastor, llamado Jimeno, las hizo sufrir látigo marcado. Sabía de bueyes, sabía de ganado y hasta a dos esposas había maltratado. Trataba igual a animal y hombre: A todos ponía aborrecibles nombres. Riéndose de ellas, con rejo golpeaba sus patas parejas, sus pezuñas nobles y daba a los pájaros con ramas de roble. El rebaño estaba triste y huidizo: Aquella bonanza que fue paraíso volviose en un lar del cual escapar. Pero Jimeno con podridas manos, maldito, mundano, como monstruo arcano ciñó de alambrada en verde pastizal. Aquello fue un campo de concentración donde los gorgeos de un gorrión eran sufucuentes para blasfemar y a un pobre cordero atar y atacar, cual si se tratase de un architriclino que en vez de buen mosto pone malo vino en la copezuela del emperador. "¡ Látigo de hiel!"- Gritó un ruiseñor y nadie, a salvar al cordero vino. Muy altos los montes, luengos los caminos: A su víl usanza podía mandar. Si hubiera tenido a la mano cien cepos a las cien ovejas hubiese encepado. Golpes de manopla y puntapié inhumano. En el hocico de un borrego había cincuenta agujeros, y sangre salía todas las mañanas, de entre sus hermanos. Ya hartos de tanto flagelo implacable bajo los flabelos del cielo impalpable se unieron las cófrades y se apretujaron. Una voz lastimera corrió en la manada y bajo la luz de la tarde ronca bellos animales lloraron su bronca hasta que la oveja sutil y piadosa con voz de bulbul y candor escaldado viró bruscamente su cara, de lado, y dijo a las otras, con faz alevosa: -"¡Vamos a lincharlo, ovejas briosas!"-. -"¡Que no quede nada de ese condenado!"-. Y sintieron miedo de aquellas palabras temibles y plácidas, y hubo retirada y huyeron del flanco de la oveja franca que dijo con fuerza lo que ellas querían oir y no se atrevieron a verle la cara hasta el otro día. Entonces planearon la augusta tragedia que de brazo tosco las libertaría. Balaron susurrantes nueve letanías, veinte padre nuestro, diez Ave maría y se encomendaron a la providencia pues por propia mano y justa conciencia juraron, a una, cumplir la sentencia del advenedizo Ramón " El Jimeno". Que a todas quería y arrancaba el pelo, partía el hocico, horadaba orejas y tenía en menos. Y fue la campiña un lugar de Esparta para una campaña de gloria expansiva. -" La peor opresión es que ese engendro viva!"-. Y en una piedra gris amolaron pezuñas que fueron navajas y sables filosos y entraron al huerto con los ojos bajos y las intenciones salvajes del Oso. Llenas de un ahínco muy poco amistoso, dispuestas a hacer el sucio trabajo pues nada les traía paz alguna al día. El terrible hombre de barba poblada, caracter mestizo, pupila turbada, de látigo brusco y hedor a cieno a todas cebaba con sucio relleno y su boca olía a un pútrido tirreno... Esperaron paciendo en la barda hasta que le vieron, con su camiparda salir de su choza, bañado de infiernos y se encaminó a darles una tunda. Estaba bebido, temblaba su zurda mas en la derecha la rabia sobraba. Entró en el aprisco y las echó a la esquina e iba a comenzar la pela hialina cuando rodearon su barba mezquina y lo derribaron pese a su corpulencia. Al abrir los ojos estaba en el suelo. Extendió la diestra para asir la azada y por gorriones le fue picoteada la mano inicua, hasta hacerla sangre. Y vió que salían su hígado y páncreas: Las ovejas tiernas lo despedazaron y hasta que la bilis secó no cesaron de pisar, frenéticas, músculos y fibras. Siendo Dios ecuánime, que todo calibra, les dió ser verdugos con sus propias bocas y hasta desmembrarlo, se volvieron locas de un gusto malígno que al aire enturbaba. Quien viera la escena diría:-"¡ Sadismo !"-. Bufaban furiosas como una torada. En fin... Lo partieron hasta las entrañas. Tiraron la puerta, soltaron alambres y se encaminaron hacia las montañas. Sólo se quedó la oveja piadosa la que amara estambres, la que oliera rosas, parada en el medio del charco sangriento y, viéndose parte de aquel monumento lo peteó en la frente, cual una picada, y le dijo:-" Anticristo, ten esta patada por las muchas veces que me castigaste. El Dios infinito también fue una oveja. Era árbol verde y fuerte madeja y romanos buitres lo crucificaron. Nosotras, imagen de su sacrificio siendo inmaculadas, de proba nobleza te vimos herirnos, moderno Pilatos. Ni un verme pequeño te guardará luto porque en esta vida todo tiene fruto. Tú sembraste vasta ponzoña y dolor: No esperes tener ni un gesto de amor pues Dios ya conoce de tu falsedad. Te extinguiste del todo, Obra de Maldad. Ahora junto al Diablo, tócale el laúd y se su cordero por la eternidad"-. Ya desahogada se sintió contenta y vió la manada a lo lejos sentada. Dijo a dura voz: -"¡ Se lo merecía !-. y fue tras las otras, ¡ Y brillaba el día !
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Richard Albacete
florencio malpica
Richard Albacete
SALUDOS FERVOROSOS RICHARD
MAVAL
que se hace verbo en muchas formas en este mundo de hoy...
y como antes al ahora
el que a hierro mata a hierro muere...
prque es cierto que a veces debajo de un cordero
también se esconden lobos...
aunque en este caso se puede decir que la unión hace la fuerza
pero siempre hace falta un lider...
Cruda realidad ...
Saludos
Maval