DIBUJAR PARA DISFRUTAR
Publicado en Aug 07, 2009
Qué curiosidad: cuando a un adulto se le pide que dibuje, después de muchos años sin hacerlo, lo primero que dice es: "Yo no se dibujar", "Ay no, mis dibujos son horribles!", "Me da pena mostrarlos".
Esto me da mucha risa, pues nadie es juez de nadie. En verdad lo que la gente pueda opinar de tu dibujo es tan sólo una opinión, más nada. Pero tu dibujo no se verá afectado por esa opinión. Lo que uno dibuja de adulto es en realidad el mismo dibujo que uno dejó de practicar hace muchísimos años. Me explico: tu dibujo es idéntico a los dibujos que hacías en el pasado cuando eras niño. Como no practicaste más, esas líneas, proporciones y rostros son los mismos, nada en ellos ha cambiado. Si retomas el dibujar de adulto simplemente regresas al archivo pictórico de tu mente y vuelves a dibujar exactamente de la misma manera en que lo hacías entonces. Esto es lógico. Tu dibujo no ha madurado. Tú te hiciste mayor, cambiaste, mejoraste pero los dibujos no evolucionaron. Como ves, no es nada como para reírse. Es simplemente volver a la niñez. Es pintar como un niño otra vez. Si practicas de nuevo, el dibujo madura, progresa, fluye. Si extraemos de este hecho una lección para el estudio de nuestra evolución en el planeta, como seres espirituales (cubiertos con un cuerpo físico) que somos, podríamos sacar la siguiente conclusión: lo que no se practica, no evoluciona. Esto es muy importante. Veamos estos ejemplos: si de niño dabas con mucha emoción limosna a la gente pobre (caridad); plantabas y regabas flores en el jardín de tu casa (amor a las plantas); ayudabas a tus amigos con sus estudios (amabilidad, preocupación); saludabas a todos con un: "Buenos días, Señor o Señora Pérez" (educación); llorabas cuando moría una de tus mascotas (sensibilidad); llevabas manzanas a tu maestra (gratitud, cariño, admiración y respeto); y tantas otras acciones que hacían de ti un niño-ciudadano ejemplar, y ahora has dejado de practicar esas virtudes, ellas no habrán evolucionado en el tiempo. ¿Lo entiendes? Vuelve a ser niño, pues cultivando las cosas bellas de ese niño podrás serás un mejor adulto. Vuelve a dibujar (te distraerás, sentirás placer, te emocionarás de nuevo) y volverás a sentir esa pasión por la vida. Disfrutarás mucho más tu relación con los demás y hasta verás cosas nuevas a tu alrededor. Sentirás el placer de ser niño otra vez. Ya sabes, mañana cómprate unos creyones, dibuja de nuevo y ríete mucho. Nuevas cosas vendrán hacia ti. ¡Seguro! El sólo hecho de poder des-estresarte vale la pena para ponerte a dibujar de nuevo. Inténtalo. Disfruta y elimina estrés. Si lo deseas, envíame tus dibujos a mi e-mail (polquintero@hotmail.com) para disfrutarlos también. Te dare una bella opinión. Gracias.
Página 1 / 1
|
Daniela Quintero Soto