En el Nirvana Sutra, el último sermón del Buda sobre los ocho conocimientos de una persona iluminada, están de primero estos dos conocimientos: desear poco y saber cómo estar satisfecho.
El primero consiste en tener pocos o poquísimos deseos. No dice que no debamos desear nada, sino pocas cosas. Esta enseñanza encierra una maravillosa sabiduría: hemos de desear pocas cosas que no poseamos. Con este conocimiento podremos llevar una vida satisfactoria.
¿Cuánto hemos de desear? ¿Cómo podemos saber si es poco o demasiado? Y qué clase de cosas debemos desear? En cierto modo, desear pocas cosas es una pauta muy clara, pero no es fácil de seguir. ¿Qué sería una buena pauta para practicar el desear pocas cosas?  En realidad es difícil para el hombre común apegado a su mundo material y limitado. Ustedes, que ya conocen sobre la impermanencia, el des-apego y el no esperar nada a cambio por sus acciones, ¿qué podrían desear? En realidad ya tenemos todo lo que deseamos. No es necesario ponernos pautas artificiales. Lo que está claro, no necesita explicación.
El segundo conocimiento es más fascinante incluso que el primero: saber estar satisfecho con lo que uno ya tiene. Cuando reflexionamos en ello, vemos que no nos hace falta nada más. Ya tenemos esta vida. Hasta cierto punto, puede decirse que cuánto menos cosas tengamos, más ricos seremos. Cuando nada poseemos, gozamos de la abundancia del universo entero. Éste es el milagro de la vida, pero en lugar de ello nos dedicamos a perseguir en vano una cosa tras otra. Así que al desear poco y saber estar satisfechos, podemos estar en paz, ¿no es cierto?