Capítulo I. Con este primer relato se inicia una serie de publicaciones con distintos titulos sobre el trabajo principal de la obra, "Borrego, Crónica de una familia" 1815-1952.  Pretendo con ello parcializar su contenido para ser mas facil su lectura, a veces complicada, por tratarse de un entramado familiar, para colmo, escrito en andaluz, tierra donde nacimos toda la familia. Gracias por tu lectura, espero te guste.
La familia Borrego adquiere toda su dimensión en la villa de Casariche, Sevilla, a la que dedicaremos prácticamente la totalidad de este librito electrónico. En cambio, por rigor cronológico, tenemos que empezar por otro municipio, ahora malagueño, pero antes dependiente de la diócesis de Estepa, se trata de Alameda.
Allí nació  Francisco Borrego Medina en 1815, descendiente de labradores acomodados, propietarios de grandes extensiones de tierras, repartidas incluso por varios municipios, en la comarca natural de Badolatosa, Corcoya, Pedrera y Casariche. Sus antepasados fueron afortunados servidores del Rey que tras las conquistas regalaba grandes extensiones de tierras a los nobles que habían contribuido a su dominio. Es la justificación histórica a esa
gran riqueza que originariamente se le atribuye a los Borrego; Francisco Borrego heredero de esa fortuna ostentada por las grandes fincas rusticas que conservaba, es el primero que analizamos en esta historia.
De estos y otros ascendentes, no he podido obtener las correspondientes partidas de bautismo o matrimonio por carecer  la Iglesia de Nuestra Señora de La Inmaculada Concepción de Alameda de los archivos históricos, según información de su Cura Párroco.  Hasta una próxima investigación en el Archivo Histórico de la Diócesis de Málaga obtengamos más datos, podemos suponer pero no afirmar, que Francisco no era hijo único, pero dejamos esta intriga hasta
conocer los resultados de próximas indagaciones donde esperamos encontrar los nombres de los padres y hermanos, y también de los títulos de propiedad de la época que confirmen las citadas propiedades.
Francisco Borrego era muy conocido en Alameda ya que pertenecían a la clase pudiente, con muy buenas relaciones institucionales municipales, incluso con toda probabilidad ediles a nivel local, para beneficiarse de los repartos de tierras, riegos extensivos y de influir en las
ordenanzas en beneficio propio, como era la forma de proceder de los capitalistas de la época.
Pero también en ese tiempo los ricos se casaban casi siempre con mujeres de su misma
clase social, Francisco no iba a ser una excepción y  casó con una bella dama de su pueblo, Antonia Cruz Fajardo, hija también de labradores y ganaderos, quien a la muerte de sus
padres heredó una gran fortuna. Francisco y Antonia contrajeron nupcias en el año 1840, cuando solo contaba él 25 años y ella 20; según las partidas de nacimiento que he conseguido, tuvieron un bebe, que le pusieron de nombre Antonio José,  en honor a unos antepasados de la
familia de la madre, y por ella misma.  Corría el año 1843. Posteriormente tuvieron un hijo más, Juan Luciano, vino al mundo en el 1845,  al que le debemos la primera parte de la historia de los Borrego, por ser la rama que descendemos todos los nacidos en Casariche.
No quiero dejarme atrás la información sin contrastar, que al parecer, tuvieron un primer hijo que se le puso Francisco como su padre, pero este debió fallecer muy pequeño, lamento no tener constancia cierta cuando escribo estas líneas.
Los labradores acostumbraban a enseñar rápidamente las labores del campo a sus
hijos, con la idea de la continuidad en las mismas faenas, incluso técnicas que conocían de sus antepasados y que transmitían de padres a hijos. Juan Luciano desde muy pequeño aprende las enseñanzas de su padre, poco a poco se va haciendo buen labrador, aprende al tiempo la educación primaria de la escuela, su padre le asigna un profesor para el solo ya que inmerso en la vida del campo, imposible realizar otros estudios fuera de Alameda.
Desde muy pequeño adquiere una mediana cultura y se convierte de mayor en el hijo suficiente que junto a su hermano se hace cargo de las tierras de sus padres, multiplicando su patrimonio con la adquisición de nuevas fincas, gracias a los beneficios obtenidos y a la oportunidad de compra a otros labradores que menos agraciados andaban en la ruina.
Juan Luciano, en adelante Luciano, era un hombre que había despertado el interés general de la sociedad local, incluso se barajaba para Alcalde del Municipio. No olvidemos por otra, las posibilidades de su hermano Antonio José en adelante Antonio, que se hizo cargo de otros negocios de sus padres, incluso las finanzas. No descartamos que Antonio llegara a tener
algún cargo en la Corporación Municipal, aunque las actas de las partidas bautismales en la que es el padrino, lo sitúan en la Aldea de Corcoya.
Pero a Luciano la vida política no le despertó interés  alguno; si bien mantenía buenos contactos no solamente en Alameda, sino en los pueblos donde se ubicaban sus tierras. En
cambio, si mostraba toda la ambición como labrador,  su afán era comprar tierras, ampliar la red de fincas y ganado, mejorar el sistema de riego y sacarle mayor provecho al campo. 
Y sobre todo vivir con la calidad de vida que había tenido desde su nacimiento; convirtiéndose irremediablemente en un señorito andaluz.
Al tener diferentes posesiones por la comarca, necesariamente tenía que pernotar en los caseríos, lugar de encuentro con los capataces y grupos de jornaleros para el reparto de las faenas y el control de la recogida de las cosechas, aunque prestaba principal atención a la siembra, labores de mantenimiento y conservación, que ejercía personalmente.
Este trabajo le llevaba a pasar algunas semanas  fuera de casa, ya que los caminos continuaban siendo peligrosos para ir y venir a diario; en especial desde aquellos latifundios
y cortijos que se encontraban en otro término municipal, como Casariche, donde se ubicaba la mayor hacienda.
Las Ferias de Ganado se utilizaban por los ganaderos para comprar y vender, pero también
para obtener información de inmuebles, de la oportunidad de comprar por situación de quiebra de los actuales propietarios. Era frecuente que labradores de rango reconocido llegaran a la ruina por causa del juego, robos, estafas u otras adversidades.
También las Ferias de Ganado era el punto de encuentro del pueblo llano, siendo visitado por todos. El Ayuntamiento organizaba con esta ocasión la Feria que coincidía con el Patrón del pueblo. En Casariche la Feria en honor de Santiago Apóstol en el mes de agosto. 
Fue precisamente en la Feria de Casariche donde conoció a Mª Concepción Cirila Cano Estepa; Concepción, como  cariñosamente  gustaba le llamaran.
Era hija de Francisco José Cano Morales y Cándida Estepa Gómez. Grandes terratenientes de Casariche, con muchos jornaleros trabajando en sus propiedades.
Esta coincidencia de encontrarse en la Feria de Ganado cambiaría sus vidas para
siembre como veremos en siguientes episodios de nuestra historia.
La familia Borrego en Alameda, como habíamos comentado, eran personas ricachonas, labradores burgueses de la época, posiblemente los  grandes terratenientes de la comarca,
probablemente  los que contrataban de forma irregular a los jornaleros,  trabajadores de sol a sol a cambio de pan y algo de sustento para sus familias.
Pero hay que trasladarse a la época, veamos la vida en Alameda y entorno a principio del siglo XIX, allá por los años 1800 y posteriores.
Mis relatos  se basan en informaciones de distintas fuentes obtenidas en la red, leyendas de la
época e historias, algunas con dificultades para contrastar, por tanto una hipótesis de los hechos, y por otra, una ficción de la vida familiar, si bien contamos con las actas bautismales y de casamiento obtenidas de los Archivos Históricos de la Iglesia.

Pero mejor, les invito a seguir mi relato en el capitulo siguiente:
"Alameda, camino Real entre Sevilla y Granada".