ES LA PAREJA UN ESPEJO DE NOSOTROS MISMOS...?
Ana Giorgana
La pareja como toda relación humana en algún momento se convierte en un espejo de nuestro propio mundo interno.
La gran mayoría de las personas que entablan una relación de pareja, se encuentran sujetas al ciclo mismo del proceso de vivir, estar o relacionarse con una pareja: la atracción, la seducción, el enamoramiento, la estabilidad, etc... o bien la ruptura... Sin embargo, gran cantidad de personas no logran darse cuenta que la gran mayoría de los aspectos que vemos en la pareja sean positivos o negativos es porque nosotros las proyectamos en esa persona tan importante para nosotros...
No quiero decir, que la pareja que he elegido no cuente con tales cualidades o defectos, lo que deseo establecer, es que las magnificamos o las minimizamos o simplemente no soy capaz de verlas en mí... pero sí, todas las relaciones están sujetas a este mecanismo y las de pareja, por su grado de cercanía e importancia en nuestras vidas con mayor razón...
Existe un dicho muy conocido en psicología: Lo que te choca, te checa...
Es decir, aquello, que tanto me disgusta en mi pareja, es porque en algún lugar de mi interior me resuena, por ejemplo, me molesta que mi pareja sea un desconsiderado y nunca sea capaz de llamarme para avisar que va a llegar tarde, esa falta de cuidado en mi pareja y atención, tal vez yo también la estoy teniendo en otro lugar de mi relación, quizá no me agrada su familia y no voy a sus reuniones, o me chocan sus amigos y sus parejas, me molesta su plática.  Es decir, igual de desconsiderado es él como yo...
No son los hechos sino lo que significan aquello que proyectamos y luego nos enojamos y nos molestamos y les gritamos y nos enfurecemos, pero lo que no logro darme cuenta es que en otras circunstancias yo soy y tengo las mismas actitudes al relacionarme con él o ella.
También, es importante destacar, que eso que yo tanto critico en mi pareja, es algo yo me hago a mí mismo, es decir, de acuerdo al ejemplo anterior:
En qué momentos yo soy mi peor enemigo y muestro tan desconsiderado conmigo?
Es en este aspecto, en el que me corresponde apropiarme del propio reflejo que mi pareja me envía o que yo veo, sufro y padezco en sus actitudes y acciones.  Sólo en ello, es posible trabajar para crecer. Pero no!
A fuerza quiero que el otro cambie para que mis reflejos también sean distintos.  Pongamos un ejemplo, cuando vamos a la casa de los espejos, existen de infinidad de tamaños y formas, en unos nos vemos chaparros, en otros altos, en otros, gordos y en otros flacos, todo depende del espejo.  Pero yo sé que eso es un juego, puedo cambiarme de espejo y cambia mi reflejo. No es así?
Sin embargo en la vida real, cuando yo me miro en un espejo y no me gusta como me he peinado y como me veo, entonces, cambio el peinado para verme mejor de acuerdo a como yo quiero, pero no insisto en quedarme con el mismo peinado y que el espejo cambie.  Sería fabuloso, pero no es posible...
Igualito nos pasa en las relaciones en pareja, para obtener destellos distintos de mi pareja, necesito hacer yo cambios internos en mí, para que entonces ese  espejo al que tanto amo, llamado pareja, me devuelva lo que yo quiero y necesito.
Sí yo no soy capaz de ocuparme de lo mío y sólo estoy pendiente de lo que mi pareja  hace, deja de hacer, TIENE O DEBERÍA CAMBIAR, entonces seguramente no voy a avanzar ni un ápice, en lo que a conocimiento personal se  refiere.  Y qué cree que siempre me voy a encontrar a las mismas parejas, que son capaces de reflejarme mi mundo interno.
No es el azar, es mi mundo interno, mi relación interna representada en la persona de mi pareja.
Sí yo me maltrato en algún aspecto, voy a ser capaz de encontrarme una pareja maltratadora, en cierto aspecto también. Y entonces no entiendo porque me pasan esas cosas con él o ella, si yo soy tan bueno o buena.
Sí en  cierta forma yo me abandono en mi físico, mis emociones, mis necesidades, entonces, seguramente encontraré una pareja abandonadora o física, o emocional o materialmente.
Por extraño que parezca así nos movemos en los espacios de las relaciones humanas de  ahí, su complejidad y desventura o aventura.

De manera que sí yo soy una persona que me valoro, estimo mi tiempo, mis emociones y la importancia de que alguien comparta su vida conmigo, de esta manera encontraré a alguien que me refleje lo mismo...Sí por alguna razón encuentro a alguien con otras cualidades, de entrada pongo un límite y digo asertivamente que eso no me parece, no me gusta y no lo voy a aceptar, entonces, no tendré necesidad de pasar por tanto desamor y frustración...
De manera que es necesario abrir los ojos internos hacia nosotros mismos, porque aquello que yo no resuelva por mí mismo como una persona individual nadie, y mucho menos la pareja va a poder otorgárnoslo...
Sí no es sobre esta vía entonces tal vez, elijamos parejas que deseamos que compensen todas nuestras carencias y conflictos... O sea, que les damos la responsabilidad de resolvernos la vida de todo lo que nos ha tocado o hemos elegido vivir.  Tal vez, necesitamos que nuestra pareja nos de todo el tiempo  y atención para sentirnos amados y queridas... Pués craso error, no es que el otro no quiera, es que no puede tampoco...cubrir todas mis necesidades y tiempos de aprecio.
La relación de pareja es un proyecto de dos individuos separados para compartir una vida en común.  No es la unión de una mitad con otra para compensar todo lo que yo no tengo, no tuve o quisiera tener. 
Todas las formas caprichosas que se realizan dentro de una relación de pareja es una correspondencia mutua.  El agresor, la víctima, el abandonador, el abandonado, el controlador y la sumisión, por lograr algunas, son lo una manera de embonar de a mitades.  Para que uno exista es necesario que el otro esté dispuesto a aceptar el juego.  En algunas relaciones estos papeles se intercambian por momentos, en otros, se polarizan. Uno siempre es la víctima y el otro el agresor...
Independientemente del papel que esté desempeñando...sí mi pareja me agrede, me lastima y ese es el reflejo que recibo... entonces la pregunta fundamental es:
En qué aspectos yo me estoy comportando como víctima?
En qué situaciones me pongo de a pechito para que esto suceda?
Para qué necesito sentirme víctima y sin posibilidades de usar mi propia fortaleza a mi favor?
Pareciera que ahí ya no me gustan tanto los cuestionamientos, mejor que mi pareja cambie para que yo deje de ser una víctima, un maltratado o abusado, o alguien al que no se le hace caso o no se le escucha...
Así:
Yo me escucho?
Yo me valoro?
Yo necesito una relación así?
Esta relación me construye o me destruye personalmente?
O bién:
Soy capaz de escuchar a mi pareja, o sólo le pongo atención a mis reclamos?
Valoro yo a mi pareja o me mantengo tratando de cambiarlo o cambiarla?
Mi pareja necesita una relación con la cualidad que yo le ofrezco a la relación?
Esta relación que yo establezco es capaz de hacer crecer a mi pareja, o por el contrario, generalmente lo destruyo con críticas e intolerancias...
Y una vez contestadas estas preguntas... y saber y ver que me refleja mi pareja, este amor mío al que amo intensamente...entonces iniciar un trabajo personal... para saber que aquello que me refleja y no me gusta, también es mío yo, solamente puedo trabajar en lo que me corresponde... y dejar que el otro si quiere, trabaje en lo suyo...
 
Y entonces, y sólo entonces podremos encontrarnos con reflejos más nítidos y claros tanto para mí, como para mi pareja...
Gracias por leerme, mi misión e intención es la calidad de vida emocional... Cecreto. Inc.   Cecreto es un  centro dedicado a la calidad de vida emocional y cuenta con series diversas de temas de actualidad, como las relaciones padres e hijos, la relaciones en pareja, etc. 
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