averia
Publicado en Nov 24, 2012
He vivido lo suficiente a tal grado que ya no lo puedo recordar bien sin embargo estas vagas imágenes que siempre vi antes de esta versión del todo, tengo vagos recuerdos, varias ideas y pensamientos que al parecer tuve alguna vez.
En algún momento de mi vida yo estuve recluido en una institución mental por diversos asesinatos que había cometido ya tiempo atrás, en aquel tiempo de mi medica estancia se trato la tendencia homicida como un trastorno, yo no era el único que estuvo encerrado ahí, había demasiadas personas como el mismo problema que yo tenía, impulsos subversivos por el asesinato, nos trataban con una serie de medicamentos para tratar de cancelar dicho impulso. A mí, junto con otros dos pacientes, nos mantenían encerrados en lugares cerrados en donde éramos incapaces de movernos dentro de dicho lugar, nosotros no solo éramos los más peligrosos para los demás, nosotros nos impidieron la inmovilidad con el fin de no auto infligirnos daño, creían los doctores que nuestro impulso era demasiado a tal grado de asesinarnos a nosotros mismos, como siempre, la respuesta medica y racional era la correcta. Como siempre, en cada historia hay una persona importante para cada uno de nosotros, en mi caso era una mujer, la había visto cuando a nosotros nos sacaron de nuestros frascos de conserva para estirar el musculo y tomar un poco de aire, fue entonces cuando la vi, era una nueva doctora de la institución, se movía con una gracia que te impedía quitarle la mirada, juro que la primera vez que vi sus labios, me intrigo la idea de besarlos, de sentirlos, sus ojos no demostraban miedo o ira como lo que nosotros estábamos acostumbrados a ver, estaban llenos de vida, sueños y esperanzas, en ese momento supe que me había enamorado de ella. Poco despues cuando toco nuestra terapia individual de nosotros por obvias razones nosotros no podíamos estar en una de grupo, fue entonces cuando la vi más cerca, su belleza era increíble e inolvidable que hasta ahora la sigo recordando, era como si la luz saliera de ella, verla me traía una gran alegría interna, la primera vez que me sentí así fue cuando asesine por primera vez en un departamento, pero esta sensación era más fuerte que aquella, era lo mismo que ver a un único ángel. Me ahorre todo el tiempo en el que nos conocimos porque pasaron realmente varios años para que la doctora tuviera algo de confianza en mí, un asesino serial y otros años más para que ella tuviera sentimientos por mí, lo divertido de mi en ese momento es que era una persona extremadamente fría y sanguinaria pero si alguien me podía ver realmente vería que era demasiado amable y tranquilo, la doctora lo vio y creo que eso lo que inicio sus sentimientos por mí, mientras más nos acercábamos emocionalmente, mi impulso se extinguía. Los otros dos me dijeron que eso era imposible, que para nosotros no existe un mundo fuera de las paredes de este centro, la única salida era elegir nuestra propia muerte, suicidarnos para poder salir, yo no entendí a lo que se refería el, seguí viéndola constantemente, llego el momento en que pude llegar a tocar aquellos bellos y deseosos labios, la sensación más increíble que me pudiera haber pasado en la vida, fue esa vez, en que perdí toda existencia de mi impulso. Jamás dije lo que me había pasado porque tenía miedo de que lo dicho por los otros dos fuera cierto, además del hecho de que ya no la vería demasiado, la olvidaría en mis recuerdos, yo no queria eso, yo la amaba bastante como para no dejarla, una noche yo estaba tratando de dormir pero no podía porque mi mente seguía embriagada por aquel beso que tuve, sin embargo aquella borrachera se fue cuando de pronto me empezó a dar un ataque, una convulsión, no sabía que me pasaba, mi cuerpo sentía como si alguien me estuviera golpeando, cerré los ojos un momento y al abrirlos, vi a alguien encima de mí, era yo mismo, mejor dicho era el yo del pasado, tenía una mirada bastante deseosa por la sangre, poco despues me desperté de aquel sueño. Me levante de aquella cama y de pronto sentí un nudo en el corazón, en vacio en el estomago, fue cuando me di cuenta que el impulso había regresado, pero era distinto, cuando yo lo tuve era algo pasivo y tenue, sin en cambio ahora era demasiado inquieto y agresivo, llenaba mi cuerpo con adrenalina, cuando salí de mi celda, los otros se dieron cuenta que había vuelto a ser como ellos, pero se alejaron de mi, como si sintieran que me había vuelto extremadamente peligroso. Yo ya participaba en las terapias de grupo junto con los otros dos, la doctora se dio cuenta de la cara de asustado que tenia, mi cuerpo estaba totalmente nervioso, no me podía controlar, relajarme, ni siquiera ver su perfecta cara me tranquilizaba, cerré mis ojos un momento para tranquilizarme un poco, desearía no haber vuelto a abrirlos, pareció que los cerré un instante, pero ese instante fue suficiente como para matar a todos los que estuvieran presentes, incluyendo a mi amada doctora. Uno de los otros me dijo que ahora ya no quedaba nada mas, pinto una sonrisa y falleció despues, no dejaba de ver a la doctora que estaba tirada ahí, cubierta de sangre, la sostuve en mis brazos bastante tiempo, no podía el evitar llorar, pero vi algo en el charco de sangre, era mi reflejo con una sonrisa siniestra, no pensé en otra cosa más que en suicidarme como me lo había dicho el otro, no quedaba nada ahora, mate a la persona que mas amaba en mi vida. Corrí hacia la ventana que estaba ahí, por alguna razón aun no le colocaban barrotes para evitar que pasara algo, traspase la ventana cortándome con varios vidrios rotos, veía como empezaba a caer hacia el suelo, recordando todo mi pasado que había hecho, que había perdido y cuanto había amado, justo antes de tocar al suelo hubo un destello de luz y aparecí en otro lugar, mi cuerpo era más pequeño, por alguna razón, había vuelto a ser un niño pequeño de 4 años. El curso de los años siguió pasando, veía que donde estaba era distinto al mundo de donde provenía, pasaba en la escuela tranquilo, mi impulso estaba dormido en un estado comatoso por lo que no sentía ya ganas de matar, un día vino una nueva estudiante, me sorprendí realmente al verla de nuevo, seguía igual de hermosa como la recordaba, pensé que se me había dado otra oportunidad de estar con ella, pero en ese momento el impulso se movió levemente, me di cuenta que no podía estar con ella con esto dentro de mí, así que nunca me acerque a ella, mi querida amada, sé que es lo mejor que pude haber hecho, pero no puedo evitar desear aquellos dulces besos que recibía de sus hermosos labios, lo único que quiero y no lo tendré….. ……quizás debería volver a suicidarme….
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