Triste jaula sin recuerdos
Publicado en Nov 04, 2008
Triste jaula sin recuerdos
Esos que algún día fueron el gran hilo conductor de América, nos han dejado cabizbajos ante las secuelas de un pasado en coma. Un pasado que aun no muere, que nos persigue en cada vistazo que damos hacia nuestra identidad, esa que muchas veces es sinónimo de ignorancia, miedo e inseguridad. ¿Es acaso todo tan carente de cultura en nuestras sangres? Para comenzar a estudiar algo es necesario empezar de la raíz, es decir, para analizar un presente, una sociedad, debemos guiarnos siempre desde un ayer. Si tomamos en cuenta lo antes dicho, todo lo que creo saber de mi origen, de mi procedencia, da mucho que hablar. ¿Por qué?, simplemente por vergüenza. Podría dar vueltas y vueltas sobre un tema ya más que amasado, es por esto que hoy mi cerebro ha decidido explotar el átomo de nuestro germen latinoamericano. El tercer mundo se acoge casi completamente al término " diversidad ", somos entes heterogéneos, es decir mestizos. Variadas razas fueron creando un desenlace ya escrito. Desde la colonia hasta la conquista, los hombres fueron gozando de la mujer autóctona, lo que pronto nos llevaría a un continente completamente matizado. El sol de esta materia, es sin duda la familia, es en ella donde a mi parecer erradica lo que hoy somos, una mezcla de inseguridad, miedo y dependencia. Un padre ausente, débil, sin vigor, sin deseo alguno de formar desarrollo, progreso, en su primogénito. Una madre corajuda, envalentonada, capaz de tomar las riendas de un pater invisible con tal de conseguir su único anhelo, que su hijo no viva lo que a ella le toco vivir. Son el cara y sello de la familia antepasada, la misma que poco a poco fue formando los hijos del ayer, los huachos. Esos hombres y mujeres que vivirían sus años anclados constantemente al augurio de la ausencia. Al razonamiento antes escrito le corresponde distinguir una obra que se apoya fuertemente en lo que siento, " Santa sangre ", de Alejandro Jodorowsky. Al principio ésta me pareció algo abstracta, algo sin lógica alguna, pues daba la idea de que era solo una explosión más de esas mentes adormecidas. Sin embargo al pasar una que otra escena mi cerebro iba comprendiendo lo que estas retinas captaban, un bello reflejo de nuestras huellas Latinoamericanas. Familia, esa palabra es el eje central de toda la película, una triste y abolida familia enturbiada hasta lo mas hondo por un hombre ególatra, abusador y maniático. Orgo es su nombre, y cumple el papel del pater invisible, ese mismo que aparte de no estar, destruye su descendencia a través de traumas y pánicos. Por el otro lado está Concha, una madre que tiene el deber de sacar a su hijo del turbio ambiente en que respiran. No obstante ella no está, ella se deja llevar por sus sentimientos, falleciendo mutilada de ambos brazos luego de propiciarle un ataque de celos a su marido, con esto termina dejando a un costado lo que en verdad vale, su retoño, Fénix. Solo, este es un huacho sin pan ni pedazo, lo ha perdido todo. No tiene de que aferrarse ante un mundo que acostumbra a comer débiles. Solo imágenes de un pasado marcan su presente, imágenes que tienden a formar un mosaico de sentimientos nunca encontrados, los cuales ahora brotan enfermos, dolientes. A tan gastado andar, su cerebro a creado medicina propia, alucinaciones, alucinaciones que logran calmar la empobrecida vida que a seguido. Cuando voy conectando las escenas me impresiono, el planteamiento de la película es muy acertado, a mi gusto, ya que deja materias que pueden ser interpretadas de diversas formas, tales como las cualidades que toma Fénix frente a su madre, él es sus brazos, él toca el piano por ella, él la peina, él es el encargado de dar vida al personaje que la madre actúa en sus obras, él es el eslabón que conecta a Concha con la vida, lo que causa revuelo, pues el hijo pasa a ser la madre de su madre. Una especie de reacción frente a algo nunca conseguido, algo que se quiso pero nunca fue. Fuerte. También pongo signos de exclamación a la forma en que Fénix adopta la imagen paterna. Cuando pequeño Orgo lo llevó a una especie de santuario, en el cual pasaría de ser niño a hombre. Durante el ritual le tatúa a filo de cuchillo un ave fénix, supuesto símbolo de hombría. El pasar de los años iría mutando un ser inteligente a algo no mas allá que guiado por instintos, esos que lo terminarían tronando en un siquiátrico. Fénix se había convertido literalmente en un ave fénix. La falta de un hombre al que seguir, al que admirar, termina transformando al hijo en el deseo del padre. Calmando todo remolino efector de ausencias, Fénix decide inconscientemente ser él mismo su propio padre. Estados totalmente neuróticos. Un huacho intenta llenar agujeros de experiencia como sea, y es entendible, es como crecer sin tu semilla. Eso es lo que Santa sangre nos muestra, un presente eclipsado bajo un pasado que no existe, que se rearma a través de hologramas creados por uno mismo. Sin embargo lo que a mi más me llama la atención es como el protagonista logra romper con toda esa seguidilla de espejismos. Fénix se ve enfrentado a una lucha de poderes, el suyo, su cerebro, contra el amor, la realidad, un encanto que se propaga de forma intermitente a lo largo de toda la historia, a través de Alma, una joven sordomuda. Romper un vicio no es fácil, menos una enfermedad, lo que hace Fénix es magnifico, según mi punto de vista, pues nos muestra que con amor se pueden solucionar hasta las mas inhumanas formas de vida. Siento que América está dolida, adormecida bajo generaciones que no hacen más que recordar sin ningún sentido de reforma algo que denominan pasado. Para mi ningún pasado es pisado si no se tiene alguna experiencia, y esa a mi gusto es la falta de amor. El día en que nos queramos como somos, el día en que seamos orgullosos de nuestra sangre, nuestra raza (me importa un carajo que sea mezcla), quizás logremos doblar esa espada que nos tiene atorados frente a una pared llena de espejismos y vacíos, tal como hizo Fénix, el hombre que destruyo la trampa de su destino, esa que a nosotros aun nos tiene enjaulados.
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Gabriel Prez
Lucy reyes
Claudia Riquelme
Mis estrellitas y saludos de tu amiga Santiaguina,
LaNegra