Mágico Solitario (Pares o Nones)
Publicado en Nov 26, 2012
Primera Partida
Pares 70 - Nones 50 (Pares 1 - Nones 0) Segunda Partida Pares 65 - Nones 55 (Pares 2 - Nones 0) Tercera Partida Pares 61 - Nones 59 (Pares 3 - Nones 0) Cuarta Partida Pares 53 - Nones 67 (Pares 3 - Nones 1) Quinta Partida Pares 70 - Nones 50 (Pares 4 - Nones 1) Sexta Partida Pares 53 - Nones 69 (Pares 4 - Nones 2) Séptima Partida Pares 65 - Nones 55 (Pares 5 - Nones 2) Octava Partida Pares 46 - Nones 74 (Pares 5 - Nones 3) Novena Partida Pares 68 - Nones 52 (Pares 6 - Nones 3) Décima Partida Pares 91 - Nones 29 (Pares 7 - Nones 3) RESULTADO FINAL: CASADOS 7 - SOLTEROS 3 CRÓNICA: El encuentro lo dominamos completamente los Casados desde los primeros inicios hasta el final. Fue un dominio apabullador que los Solteros no pudieron evitar pese a algunos momentos en que parecían despertar de su letargo. No pudieron. Los Casados no les dejamos ni que se acercaran lo suficiente en el marcador para poner en peligro nuestra clara superioridad y nuestra brillante victoria final. Comenzó el encuentro con las tres primeras partidas bastante igualadas pero con claro dominio de los Casados. Era muy importante empezar la contienda con buen pìe y los Casados no pudimos empezar mejor: 70-50, 65-55 y 61-59 a nuestro favor, aunque en la tercera partida parece que los Solteros hicieron un enorme esfuerzo por, al menos, empatar. Era muy importante dejar claro a los Solteros que los Casados no íbamos a permitir que nos adelantaran en el marcador. Es cierto que en la cuarta partida los Casados nos relajamos un poco (tampoco era de deportistas abusar demasiado de la clara inferioridad de los Solteros) y nos hicieron el primero de sus puntos: 55-69. No pasaba nada. Era simplemente que los Casados habíamos relajado un poco nuestro ritmo para no cansarnos antes de tiempo; lo cual sí estaba ocurriendo con los Solteros que hacían demasiados esfuerzos y se agotaban visiblemente, por intentar ponerse a la misma altura que nosotros los Casados. Así que para dejar claro quiénes eran los dominadores de la contienda los Casados hicimos un mínimo esfuerzo para ganar la quinta partida por 70-50 (sin discusión alguna) que nos situaba por delante con un 4-1. Para que los Solteros pudieran, al menos igualar la contienda, tendrían que hacer enormes esfuerzos y eso nos beneficiaba mucho a los Casados que, con mucha astucia por nuestra parte, les pusimos el caramelo muy cerca de la boca al dejarnos ganar la sexta partida por 53-69 lo cual nos servía para a continuación, en la séptima partida darles un fuerte mazazo a la moral de los Solteros al imponernos por un 65-55 que dejaba el marcador en un ventajoso 5-2 a nuestro favor. ¡Ya sólo podían aspirar, como mucho, a igualar la contienda pero nunca jamás a derrotarnos!. Se esforzaron los Solteros muchísimo, en otro relajamiento de nosotros los Casados para cansarles definitivamente, y nos vencieron la octava partida por un claro 46-74 a su favor. ¡Era el canto de los cisnes como se dice en gramática parda!. Los Solteros ya no podían ni con su alma. Así que sólo consistía en darles el remate final y lo hicimos, muy inteligentemente, en la novena partida con nuestra victoria por 68-52. Un 6-3 a nuestro favor que nos daba ya la victoria. Para rematarlos definitivamente y dejar bien clara la enorme distancia entre nuestra inteligencia estratégica y su falta de resistencia, la décima y última partida fue una rotunda paliza de los Casados que les avasallamos por un rotundo y apabullante 91-29: la partida más espectacular que llevamos a cabo los Casados gracias a táctica, técnica y estrategia que, acompañada por la experiencia en esta clase de confrontaciones, dimos la puntilla final a un equipo de los Solteros que ya tenían la lengua fuera y pedían el final de esta tortura como agua de mayo. Final de la contienda: un rotundo y contundente 7-3 a favor de nosotros los Casados que dejaba sin posible respuesta ni que dijeran que habíamos tenido suerte a unos Solteros que ni sabían ya dónde estaban... y por eso se marcharon con el morro torcido y murmurando no sé qué cosas para sus adentros. El público femenino nos aplaudió a los Casados hasta rabiar y hacer rabiar a los Solteros. Quizás por eso murmuraban por lo bajo y se marchaban cabizbajos, meditabundos y teniendo que aceptar una derrota que no es que fuera humillante sino que les sirvió de ejemplo para saber quienes somos los Casados a la hora de demostrar nuestra efectividad en estos asuntos de la vida.
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