El instinto materno
Tres inadvertidos relámpagos
Aflora en un mismo instante
desde el centro de mi Ser
que provoca el sencillo rose de mi piel con tu piel
todas mis membranas el excelso beso sensual, seductor provocativo que te deleita y hala rendido a mi sexo femenino
Te persuade
Te domina
Te seduce
Para conducirte por el pasaje etéreo de la fertilidad humana,
Irrumpe entonces la fuerza incalculable de la gran explosión de mis sentidos en espíritu que se expande luego
por todos mis nervios y músculos
desprendidos de la seda y la madera
los cuerpos flotan en la quimera de la perfección de la belleza
Instante prodigioso
Sabio
se trasforma en suaves  tiernas caricias con llamas adentro
Funden nuestros fuegos incandescentes el amor encantado
Idéntico al genial impulso que abre el telón de la noche a la mañana
es el instante  que hace  diáfana la conciencia
Un viaje al vacío con el ideal pensamiento se hace eco el
Deseo infinito de crear un Nuevo Ser
Avasalla el poderoso privilegio de ser Madre
Es el instante de la verdadera entrega de la vida a cambio de vida
Es el momento especial de la unión de nuestros cuerpos
No es como otros días de pasión amorosa
Es un instante único la procreación
Así fueron concebidos mi hijo e hija
Elementos del instinto, nunca antes un movimiento orgánico tan impredecible en mi vientre, una burbuja traviesa jubilosa revela la verdad más irrefutable
Mis dos extraordinarios segundos
el anuncio, el presentimiento el secreto entrañable que te habla y por supuesto te dice
Aquí estoy dentro de ti clama: ¡Ámame!
Otra vez en el centro de la conciencia diáfana sin otro pensamiento más que tus propios preceptos
¡Tú decides!
Todo lo demás son pretextos decisiones terrenales
Los siguientes meses son el non plus ultra
hasta llegado crucial momento. En mi caso de cuidados extremos.
El instinto materno de nuevo te aclara la conciencia como la nítida aurora se extiende en el horizonte atraviesa mi frágil cuerpo, glorifica mis entrañas
Te canta la Alegría, te besa el cielo el sol es la nodriza que te entregan al nuevo ser y
Abre tus brazos, tu corazón
¡Una guerra con la Naturaleza se los arranqué a la vida!
Nació Ernesto mi hijo
Nació  mi hija Alicia del Rocío
Soñé concebirlos
Los presentí y decidí que nacieran vivos.
Extraña voz es el instinto materno tres relámpagos imprevistos
Los amo indescriptiblemente en el tiempo suspendido.
Su Madre María del Rocío