Fugaz
Publicado en Nov 28, 2012
Recuerdo que caminaba de regreso a casa del trabajo, un poco cansado, era sábado alrededor de las 3 de la tarde y yo caminaba por el centro de la ciudad pues había decidido pasear un rato para ver si en mi camino encontraba algo interesante para comprar pues varios días atrás me habían pagado el sueldo y tenía un poco en mi billetera para darme el gusto de gastarlo en algo pero no encontré nada, así que cuando me disponía a irme del todo a casa pero en ese momento algo increíble ocurrió pues frente a mis ojos estaba la chica más hermosa que en mi vida haya visto y en ese momento llego el bus que debía llevarme a casa y creí que ella era como todas las chicas que había visto siempre caminando por las calles, desconocida e imposible; pero para mi suerte ella subió al mismo bus que yo y dentro de él había solo un asiento vacío el cual me apresuré a ocupar quedando ella de pie al lado mío se veía tan bonita era muy parecida a …………. Mierda otra vez la recuerdo sin querer, es tan terrible que haya sido su parecido lo que me empujó a levantarme del asiento y dárselo si hubiera sabido que era lo que vendría después yo lo habría hecho por ella y no por un recuerdo…lo hubiera hecho por ella…pero bien una vez que se sentó me pidió la mochila que yo llevaba encima en agradecimiento por el asiento pero yo me negué pues estaba sucia pero al final tuve que hacerlo porque empezó a subir más gente y empezó a hablar de lo terrible que estaba el clima pues estaba a punto de llover además del tráfico y esas cosas así que después de hablar un largo rato al fin le pregunté su nombre : “_____” y por supuesto yo le di el mío de esta manera nos presentamos oficialmente; pero en ese momento empezó a prepararse para bajar y no dudé ni un minuto de bajarme con ella…
Caminando largo rato hablamos de muchas cosas como del trabajo que yo tenía y de los estudios de ella la verdad me dio un poco de vergüenza contarle que no estudiaba pero a la vez no podía entender cómo era posible que le estuviera siendo muy sincero con mis respuestas hasta que me di cuenta que era por aquello de se parecía muchísimo a “…….” Y fue por eso que decidí irme pero antes de partir ella me detuvo diciéndome que quería mi teléfono y por cierto algo bastante raro pues se supone que debí ser yo quien se lo pidiera pero bien así sucedieron las cosas y le di mi numero al tiempo que ella me daba el suyo…. Al llegar a casa me había olvidado de lo ocurrido parecía una de las muchas cosas demás que hacía por las tardes y así pasaron las horas hasta llegar las 10 de la noche momento en el que mi teléfono móvil empezó a sonar… era la chica que esa tarde había conocido; pero ¿Qué motivo tendría ella para llamarme? Siendo tan bella ella debía tener enamorado entonces ¿Por qué me llamaría? Precisamente en ese momento estaba acompañado de mi familia y no pude contestar así que la llamada se perdió. No me podía explicar en toda la noche el motivo de la llamada además de que al intentar devolver la llamada no pude pues estaba sin crédito en el móvil así que decidí esperar a ver qué pasaba. Y como lo esperé, nada ocurrió en todo el día bueno nada hasta que llegó la noche cuando volvió a sonar el móvil y era su número nuevamente el que estaba iluminando la pantalla como un corazón latiendo gritando que lo tomara entre mis manos y así lo hice; una voz suave se oía del otro lado del auricular, era increíble recordaba mi nombre y todo realmente me sorprendió. Pasamos un largo rato hablando de cosas sin sentido pero agradables era como si pudiera ver a través de mí y saber todo sobre mi pues coincidíamos a cada momento en las cosas que nos gustaban, y de este modo mientras más hablábamos entrabamos en un mundo desconocido pero precioso y me refiero a ambos porque me parecía que a ella también le agradaba yo, cosa que después de algún tiempo confirmaría. Pasaría algún tiempo conversando por teléfono por largas horas aprovechando la ausencia de mi hermano pues él estaba ocupado metido en la casa de una tía nuestra haciendo quien sabe que, para que nosotros dos volviéramos a vernos esta vez fue mucho mejor que el primer encuentro, la pasamos muy bonito, fuimos a comer luego a la plaza principal a caminar y estuvimos juntos hasta muy tarde serian ya las 9:30 de la noche y era hora de separarnos, por supuesto ninguno de los dos quería hacerlo pero era inevitable, yo no quería irme sin haber logrado algo más y sin esperarlo sucedió en un instante, un momento de silencio bastó para que nuestros rostros se acercaran lo suficiente para sentir en nuestras mejillas nuestros respiros, más en ese momento ambos nos dimos cuenta de que no estábamos listos para algo como eso y esa cercanía se convirtió en un abrazo muy fuerte que mostraba claramente los sentimientos que habían nacido en los dos, ella lloraba, yo no entendía ni tenía idea de por qué lo hacía solamente me limité a sentirla entre mis brazos a creer que ese momento iba a hacerse eterno solo para los dos. Continuamos así por un largo rato hablándonos al oído sobre el destino y lo bello que sería si estábamos juntos era como si dos novios se dijeran sus votos al casarse, me sentía bastante extraño diciendo y oyendo esas cosas; y es que yo jamás había hecho algo como eso antes, bueno tal vez alguna vez lo hice pero no fue con la seriedad y la madurez de esta ocasión, yo estaba seguro que esta vez no habían errores, que ella era por quien tanto había esperado, la chica de mis sueños tan bella y tan perfecta aun con sus defectos que no eran muchos, estaba convencido y me había jurado a mí mismo que no la perdería, que no la dejaría ir. Era ya muy tarde, habíamos llegado a la puerta de su casa pues yo decidí acompañarla; serian cerca de las 2 de la madrugada, hacía mucho frio y ella se dio cuenta que me estaba congelando así que entró apresurada traerme una manta para abrigarme además de otra para ella, la verdad que ese pequeño gesto bastó para agitar mi corazón. Nos sentamos en el pórtico de su casa y nos pusimos a hablar; eso era lo que más me gustaba de ella pues me escuchaba y comprendía además que no era egoísta a la hora de conversar es más creo que yo era el egoísta pues hablaba más de mí que de ella pero a ella le gustaba oírme hablar y reía con mis ocurrencias aburridas que a nadie más hubiera hecho reír. Y así pasaron las horas hasta que amaneció; y nosotros no nos habíamos dado cuenta, justo en ese instante salió su madre; yo me asusté terriblemente pues creí que ahora se armaría un gran problema porque estaba pasando, pero no fue así y por el contrario, se acercó a nosotros y muy amablemente nos saludó mientras yo extrañado por ello me quedaba en silencio, mas luego de unos segundos le respondía el saludo. _____me presentó a su madre que por cierto era muy buena gente, me agradó desde que me habló pues en su mirada nunca vi malicia duda hacia mí era bastante extraño ese comportamiento. Eran ya las 5:20 de la mañana y ya debía marcharme así que me despedí de su mamá y de ella no quería hacerlo pero así tenía que ser. Le dije que la llamaría más tarde pero ella me dijo que ese día no tendría el teléfono para hablar con nadie que no la llamara; esas cortas y ocas palabras serían las que hasta hoy me matarían por dentro, me lastimaría a mí mismo por no haber podido entenderlas en ese instante y por el hecho de no haber sabido más de ella. Le pregunté el porqué de esa respuesta pues dentro de mi mente se cruzó la idea de que me iba a dejar de que ya no quería saber más de mí, no me contestó y rápidamente me cambió el tema diciendo que lo haría al día siguiente, yo le dije que estaba bien pero claramente ella notó mi enojo, lo notó y me abrazo tratando de calmarle pero yo me puse frio y no le correspondí como debía más al contrario me alejé pero ella no me dejó ir y esta vez se acercó bastante hasta quedar frente a frente con los ojos viéndose fijamente mirando en el interior de cada uno los sentimientos más puros que crecieron una tarde de sábado en un bus cualquiera donde nadie imaginaria que nacería una historia tan dulce como la nuestra una tarde cualquiera sin motivos ni señales de que algo asi sucedería; todo ese pasado reciente de ambos se resumió a ese pequeño instante, a ese beso que tomo forma al fin de lo que éramos los dos, a ese universo infinito que duró en un segundo toda una vida y que toda mi vida se la di en ese corto instante, no podía pensar en nada mas tenía todo el cuerpo quieto detenido al igual que el de ella. Cuando nos separamos y abrimos los ojos, a nuestro alrededor se había creado un nuevo mundo en donde solo estábamos los dos, donde solo importaban nuestros sentimientos, un mundo en el que una mirada haría milagros y una caricia lo llenaría de colores infinitos todo lo que existiera; pero ese pequeño sueño de unos instantes volvieron a oscurecerse por culpa de mis celos sin motivo. Yo me marche diciéndole apenas adiós no creí que después de eso todo cambiaría para ella y para mí. Llegué a casa somnoliento y desganado pero feliz por lo que había ocurrido, no me sentía culpable por nada así que tranquilamente me eche sobre mi cama y dormí, dormí casi todo el bendito día sin preocupaciones de ningún tipo. Al despertar lo primero que busque fue el teléfono, necesitaba oír su voz, escuchar su risa o saber al menos como estaba; pero solo me contesto el silencio y una grabación que me pedía que dejara un mensaje. No creí que lo que me dijo en la mañana iba en serio así que insistí e insistí pero nada y por varias horas estuve así sin saber de ella; pasaron las horas y no pude resistirlo, me cambie de ropa, salí a la calle y tome el primer bus que apareció. En todo el viaje no pude pensar en otra cosa que no fuera en la manera que le reclamaría por el semejante daño que me había causado, en la manera de como la haría sentir mal por eso; no puedo creer que haya pensado de una manera tan estúpida, querer lastimarla simplemente no puedo creerlo pero supongo que era la ira que tenía en ese instante. Finalmente llegué a su casa, todo lucia como normalmente era, me acerqué a la puerta y toqué suavemente esperando que saliera ella a la primera para descargarlo todo; pero en lo que se demoraba me di cuenta de que no podría siquiera gritarle o reclamarle que me rendiría fácilmente a su ternura, en realidad eso ya no importaba yo solo me había dado una excusa para ir a su casa a verla. Se tardaban mucho en abrir la puerta, no me había dado cuenta que tenían timbre así que lo presione y por dentro se oyeron voces que decían que alguien tocaba la puerta; “¡BIEN!”, pensé, y unos segundos después el cerrojo sonaba en señal de apertura; yo disfrutaba cada instante, cada sonido, solo para después emocionarme al verla; pero no fue así, quien salió fue su madre, por cierto algo extraña pero me saludo como lo había hecho esa mañana; le pregunté por su hija y su respuesta fue una negativa rotunda, no entendí nada; me dijo luego que me mejor sería si me fuera, y esas palabras me hirieron bastante; ¿acaso mis sospechas eran ciertas? ¿De verdad no quiere verme? Me hice o mismo esa pregunta una y otra vez en ese momento, no podía asimilarlo así que una vez más le insistí y lo que me dijo a continuación fue lo que me dejaría marcado para siempre; no se dio la vuelta; me hablo dándome las espaldas diciendo estas palabras: “sucedió esta mañana, luego de que te fueras”; claramente se le quebraba la voz y termino diciendo: “ella murió, estaba enferma sufría de leucemia, no te preocupes que no es contagiosa” , luego continuo diciéndome que no me había dicho nada por quien debía hacerlo era _____ y si había decidido no hacerlo fue por alguna razón, tal vez que yo no sufriera o que la dejaría al enterarme; yo escuchaba todo en silencio, quieto, temblando, bastante absorto y conmocionado, tanto que no recuerdo que más fue lo que me dijo pero si recuerdo que me dijo que seguramente en unos minutos la estarían trayendo a su velorio. No podía creerlo, la chica de mis sueño ahora soñaba profundamente, estaba dormida y yo no podría oír su voz nunca más, jamás volvería a sentir su respiración ni escuchar su risa, no la volvería a ver ni podría encontrarla en ningún lugar; no podía aceptarlo, simplemente no podía así que me fui a pesar de que su madre me rogó luego de pedirme que me fuera; que me quedara; más aún así me fui. Camine largo rato por la calles sin un rumbo, sin un destino, pensando en ella, quería llorar con todas mis fuerzas, gritar mi desesperación hasta destruir mis pulmones; pero no podía, mi corazón estaba hecho pedazos y yo estaba tranquilo, apenas y se asomaron un par de lágrimas por mis ojos; aunque me presioné a mí mismo a liberar ese dolor no pude; por el contrario, se escondió muy dentro de mí, junto a los recuerdos de aquel día, de todo lo que ocurrió la noche anterior de las palabras que dijimos ambos, de mis acciones estúpidas y del beso que nos unió para siempre y que a la vez me ató en un sentimiento eterno a ella de lo que me hubiera gustado gritarle al mundo con ella a mi lado pues nunca, ninguno de los dos dijo un “te amo” solo lo vivimos pero no lo dijimos y me hubiera gustado decirle aunque fuera una sola vez que la amaba más a que nada. Hoy solo vivo de su recuerdo con un dolor que se convierte en ira y odio alimentando mi desesperación, convirtiéndome a veces en un verdadero estúpido que lastima a las personas que tiene cerca, en alguien que no se define un futuro porque ya no cree en él, en alguien que prefiere la oscuridad antes que la luz y que la busca allí aunque sea solo una huella de su alma o su espíritu y obsesionado con lo sobrenatural, tal vez la encuentre allí esperándome y yo espero que así sea pues si la encuentro no la dejare ir de nuevo nunca más.
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