Puedes reconocerme?
Publicado en Nov 28, 2012
Soy el misterio y el enigma, también el frío y la sed. Mi voz es áspera como la montaña., viaja como ventisca, furiosa como borrasca. Te preguntaras mi nombre y de donde vengo…
La respuesta es una y a la vez tantas, quizás no muchas, quizás consistan solo en una única frase, dicha con un olvidado idioma, con una lengua muerta. Tan indirecta y confusa como la misma ambigüedad: Vengo de ningún sitio, vengo de todas partes. Vengo de los prados de mimbre, y de los campos de trigo como altas hebras, aquellos sobrevolados por negros cuervos de poderosas alas. El pájaro de la muerte, un mensajero del mundo de los espíritus, inmolándose en un sol sanguinolento, cuando muere el crepúsculo, cuando la tarde cae. Soy la ansiedad del perseguido, que se interna en el bosque, a sabiendas de que lo observan. Mira hacia todos lados tratando de huir, perdiéndose en la espesura. Grave error, pobre si solo supiera… Que aquello de lo que huye se encuentra en el interior… Otra respuesta difusa, ¿acaso la fatalidad esperaba en lo profundo del bosque? o tal vez ,en los confines del alma de aquel forajido. Si preguntas por mi aspecto, tampoco la respuesta será concreta: Mi cuerpo es un día de madera podrida y ramas secas, como las de un espantapájaros desvaído, a su vez mis manos, son afiladas como la Hoz empuñada en las callosas manos del campesino, para segar el trigo en la hora más calurosa de la tarde, durante el mediodía y antes de oscurecer. Calor. Sudor. Sangre… Mi cabeza, en ocasiones es una calabaza cortada y podrida, cuya macabra sonrisa, te mira fijamente en medio de esa festividad pagana la noche de todos los muertos… sin embargo a veces es un rostro raído, cosido con brusquedad, cuando esta oscuro, y el tenue cenit de un juego de luces cae sobre mi, mi rostro se asemeja mórbidamente a la cabeza cortada de un ahorcado, con cuencas vacías, y comisuras sangrantes. Buitres y cuervos graznan en ensordecedor sonido, eso y el frenético movimiento de sus alas, es himno, oda, y culto a mi persona. Pues en la oscuridad apremiante yo soy amo y ellos mis súbditos. De noche, me disfrazo de sombra, y juego a ser tinieblas, apremiantes y oscuras, casi hipnóticas la ausencia de la luz, el arrebato del espacio vacío, territorio inexplorado, que pide ser descubierto. Ellos ingenuos, abandonan la seguridad, y el calor de sus aldeas para venir en mi busca. No pueden encontrarme, porque no saben donde buscar, no saben como reconocerme, a pesar que siempre estoy ahí, en lo incierto, gritando en sus oídos, especialmente en las noches oscuras de luna nueva. Por más que trato de mostrarme de delatar mi presencia, ellos ignorantes continúan negando mi existencia. Susurrando plegarias, entonando cantares a viejos guerreros con tal de ahuyentarme. Una vez dentro de mí juego, a merced de mi caza, un aullido llena el aire, no soy un lupino, aunque suene como uno, y también tenga su voracidad. Me muevo con la astucia de un guepardo, y el sigilo de una serpiente. Mi cuerpo dotado de plumas y escamas, puede andar en la postura de los hombres. Aunque no definido mi rostro sin serlo evoca a un antiguo dios olvidado, deidad antropomorfa, adorado en el culto de los paganos, Figuras danzantes en una hoguera: mascaras de animales: Cerdos, bueyes, venados y cabras, en posesión de un cuerpo humano. Alas enormes arrebatadas a los grajos, se elevan para contemplar la desgracia. Soy el grito de horror de la victima en su último aliento, soy también el duro y tenso silencio de muerte que les sigue, puedo matar con una mirada fija. Soy, un extraño sonido que provoca espasmos, formas de angustia dibujándose en una pared umbría poblada de sombras, soy aquel que escruta la oscuridad, como un gato negro, de luminosos ojos. Ojos verdes velados e iridiscentes como la piel de los antiguos dragones. Ojos de un curioso y vivido amarillo, como el fuego que brota de sus fauces y arde en el infierno. Soy yo, la razón de tus supersticiones, de tantos inútiles amuletos gastados. El motivo de que te acurruques, preguntándote si la noche se vera vencida otra vez por el amanecer, mientras quieres saber si la persona que esperas volverá por ti. No soy bueno ni malo, y existo desde el principio de los tiempos, desde que la tierra fue poblada, tras formarse a partir de aquella, canción de fuego convergiendo con notas delicadas y acuosas. Soy animal,soy un dragón, soy fuego y soy rayo, soy sombra y soy el deseo… Pero en cualquiera de mis formas también soy tu o parte de ti. ¿Sabes ahora como me llamo? ¡No estas ni cerca! adorador de los dioses con tus ornamentos, ya te dije que no soy una deidad. ¡También estas equivocado! cruel inquisidor, con tus cruces de madera y tu agua bendita, pues no soy ese demonio del que tus escrituras advierten, y tu pueblo teme nombrar. Soy un monstruo, un mutante... Uno de muchas pieles, y muchas caretas, exiliado y no siempre aceptado por el orgullo, me como los corazones de quienes se consumen en mí. Soy el miedo Fácil es concebirme, y vencerme… eso. Eso es parte de otra historia.
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