Que ingrata es la vida. No premia el esfuerzo, castiga el ingenio, justifica la dependencia, ningunea a la eterna trabajadora, gladiadora del hogar que pelea en la compra, prepara desayunos en cafetería a hora punta, limpia el hogar a ritmo frenético para recoger l@s niñ@s del colegio, de la guardería. Sin tiempo de respirar tortillas, sopas y cocidos compiten con exigentes gourmets caprichosos de ser seducidos por nuevos sabores, para de nuevo a ritmo de fondista llegar a meta a la hora prevista cumpliendo los horarios como cualquier trabajador@. Convirtiéndose al tiempo en fugaz friega platos, apresurando los pasos como si un gran reloj guiara sus actos. Penalizando con comentarios hirientes la falta de profesionalidad a la hora de cumplir los deberes. Ya con la lengua fuera y el corazón desbocado el mas difícil todavía uno al fútbol, otro a karate, la pequeña al parque, y tu, tu cagándote en la frase esa que dice el trabajo dignifica. Pero no todo esta remunerado, de veinticuatro horas, trabajas dieciocho y para cuatro que te quedan no pegas ojo, por que no llegas a fin de mes. Te quedas con cara tonta pensando por que me quede embarazada, si mas bien deberían llamarlo, por que me quede esclavizada. Homenaje a todas las mujeres que se lo curran a ver si los hombres nos lo curramos tambien.
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Hydra
julen