La historia se repite
Publicado en Dec 02, 2012
Un día te despiertas. Y de repente, sin saber por qué, ya no eres feliz. Te sientes cansada, ya no te ves guapa, y te sigues maquillando para que no vean los demás lo que tú sola ves. En frente de tu espejo. Ojos tristes, piel blanquecina, a veces ojeras, y a veces nada, nada, sólo manchas en el corazón.
Pero sonríes, te lavas los dientes una y otra vez para despegar de ti ese tremendo olor a sucio tabaco. Te pruebas mil y una ropas diferentes. Con todo te ves mal. Incluso con tu camiseta o vestido favorito. Pero tienes que disimular, si tú te ves guapa los demás lo harán... O eso es lo que tu piensas. Te encuentras mal, tienes ganas de llorar con tu más fiel compañera, la almohada. Pero no lo haces y te reprimes. Debes salir, y reír, sobre todo para que la gente no piense... Lo que cada día ves delante del espejo. Y sales, y bebes, e intentas ahogar todas tus penas con el alcohol. Si esa noche lo pasas bien, tal vez todo cambie. Tal vez seas feliz, aunque sea sólo por un instante. Te preparas, te duchas y ensayas frente a ese juzgado que es tu reflejo, las mejores de las sonrisas. Quedas, y lo único que necesitas es verte guapa, y por supuesto, que los demás te vean así. El problema es que aunque te lo reconozcan, por mucho que te digan que estás increíble, sonríes falsamente y sigues sin creértelo. En el fondo de ti sólo necesitas ponerte bien, curarte, dejar de sufrir, pero el intento de los demás es en vano. Bebes y fumas, y sigues gastando los cigarrillos de ese paquete tan caro. Beber te anima, te hace más sociable, y sobre todo, te hace creer que por un momento, los problemas desaparezcan... Conoces a personas nuevas, y buscas la admiración, o más bien, la aprobación. La encuentras, te adulan, y escuchas -Tienes unos ojos preciosos- Y tú te ríes, y no le das importancia, en verdad no te lo crees. - De verdad, tienes unos ojos preciosos- Y caes. Sólo necesitabas esa aprobación, ese cariño que ahora mismo te falta. Sentirte querida, aunque sólo sea por una noche. Pero sí es así, al día siguiente, con la boca seca y un dolor espantoso de cabeza, ¿Por qué te sientes mal? Cuentas la anécdota a tus amigas riendo falsamente. Y es que en verdad te sigues sintiendo mal, el dolor aún sigue ahí, y tú le sigues queriendo. Pero siempre es más fácil ocultarlo, silenciarte, y parecer que estás bien.
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~Los problemas de Carol~
juan carlos reyes cruz 02-26281643
Aquí he leído poesía hermosa muy bien estructurada y tejida con palabras centelleantes y cuidadosamente rebuscadas, sin embargo, a pesar de disfrutarlas en el momento, ha sido igual que hacer el amor sin saber con quién... No te deja nada.
Lo tuyo es diferente.