Al fin se terminó. Solo era cuestión de tiempo,
Lo nuestro al fin se acabó, hoy ya respiro contento.
Estos últimos dos meses, fueron de veras, un infierno,
Noches de golpes y gritos, de clamores y de miedo.
 
Pero más sufrían los niños, acurrucados en su lecho,
Llorando y tragando rabia y golpeados a su tiempo.
¿Cómo pudiste cambiar tanto, como trocaste en eso,
En eso que hedía a alcohol y a perfumes ajenos?
 
¿A ese hombre tan distinto, a ese monstruo en concreto,
Que asolaba mi familia y destrozaba lo nuestro?
Pero al fin hoy el rencor o la justicia desde el cielo,
Nos libró de este horror que nos tenía prisioneros.
 
Llegaste otra vez borracho, abriste la puesta en seco,
Sin si quiera una palabra y me golpeaste de nuevo.
Es curioso... el dolor se hace más tenue con el tiempo,
O golpeabas más despacio o el dolor ya no siento.
 
Joaquín, recuerdas nuestro Joaquín gritó primero,
Pobre niño de mamá, quiso detener mi sufrimiento,
Y le partiste la boca con un golpe crudo y violento
Y fue allí que Carolina se arrojó sobre mi cuerpo.
 
¿Porqué la pateaste José? Porque así como a un perro,
¿No era ella tu favorita, la nena que en sus cuadernos,
Pintaba en un corazón (azul y verde) te quiero,
Papá, sos lo más grande, papá, papito te quiero...?
 
Pudo más la indignación, mucho más que este tormento,
De grandes coágulos de sangre y magullones siniestros...
Pudo más el visceral, amor de madre o tal vez el miedo,
Se transformó en valentía o en coraje o en derecho.
 
Y te golpeé José, con el alma, con cada ápice de mi cuerpo,
Con cada fibra cansada de angustias y de llorar de nuevo.
Y te caíste...tambaleando, como un tronco podrido y viejo,
Y quisiste levantarte y te caíste pesadamente al suelo.
 
No pareces tan temible, ahora embarrado en tus desechos,
En una maraña de sangre y vómito, te juro que te detesto.
Te ordeno de que te vayas y ni me contestas. Presto,
Caminando en cuatro patas, sales de nuestra casa... molesto.
 
Y juras cien mil venganzas...pero ahora no te temo,
Es decir no te tememos y los tres nos defenderemos.
Nunca más  nos golpearás, te grito...y sabes que es cierto.
El monstruo que nos asolaba...para siempre hoy se ha muerto.