Ayer en Colmenar... (Diario)
Publicado en Dec 04, 2012
Colmenar Viejo no es Colmenar de Oreja como Colmenar de Oreja no es Colmenarejo ni La Colmena de Camilo José Cela es Doña Inés y "La Paca" escrita por mí. El caso es que esta pequeñísima introducción me sirve para abrir, de nuevo, mi Diario y narrar una pequeña expresión vital en Colmenar Viejo.
Colmenar Viejo me hizo recordar aquella infancia vivida en el campamento militar de Hoyo de Manzanares. Y me vino a la memoria aquel tazón de leche lleno de agua para beber con parsimonia, con la cadencia de quien tiene años por delante para crecer y un poco de existencia al borde de la piscina, junto al algarrobo y frente a la cuadra de los caballos. Jinete del tiempo, ayer, en Colmenar Viejo, pude comprobar una vez más que existe un solo idioma universal... y que lo que sucede es que cada pueblo lo habla de forma diferente aunque la verdad sea la misma. Ayer, en Colmenar Viejo, estuve compartiendo vida junto con suecos, ecuatorianos, checos... y alguna nacionalidad más de esta nación llamada Humanos, probando todos el mismo chocolate espeso, las mismas porras y la misma Palabra alrededor de la misma Verdad para todos. Si los ciclistas tienen su propia Unión (UCI para ser más exactos) todos los cristianos y cristianas tenemos nuestra Unidad (Jesucristo para ser más fieles); lo que sucede es que se puede ser checo o se puede ser de Vallecas de Madrid. No por ello somos diferentes. Recorrer calles de Colmenar Viejo con un checo, encendidos los cigarrillos de la hermandad, me hizo entender que su Moravia natal y mi natal Badajoz son el mismo lugar cuando la Verdad Universal nos hace semejantes. Siempre soy de los que opinan que somos micronésimas realidades de un pequeño rincón para todos llamado Universo. Es entonces, cuando asimilas esta Gran Verdad, el descubrimiento de que te das cuenta que la diferencia entre un checo y un español no existe. Solo son dos palabras nada más en el diccionario pero tenemos la misma clase de alma. Ayer en Colmenar Viejo el checo llevaba la misma razón que español... porque los dos teníamos el mismo sentimiento de que éramos dos verdaderos hermanos en el caminar por los senderos con luz. Yo era el checo y él era el español. Quizás esa sea la verdadera razón de que el racismo y la xenofobia son dos cánceres dañinos para la salud humana. Y entonces los dos entendimos que estamos aquí para ser solamente futuro... y lo demás sólo queda en aquel pasado que recobramos en el presente para poder saber algo más interesante que las diferencias que no existen entre nosotros dos. Porque la verdad de todo ser es que simplemente somos conciencia cuando de verdad sabemos lo que es humano.
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