Mis Memorias.- Contrastes.
Publicado en Dec 05, 2012
contrastes
Una velada que parecía una patraña, tan farsa y extraña como el amor de una hiena, personas conocidas, personas nunca antes vistas. En el fondo del estrado, una pareja que parecía darse amor incondicional. Comían, y mientras lo hacían, reflejaban tanto apetito el uno hacia el otro, como, el apetito que esa noche los llevaba a aquella fonda. Detrás de ellos, una imagen plasmada en la pared, en ella, un paisaje de personajes no existentes, pero, si imaginarios, tan fingida como las personas en ese recinto, tan irreales como el lienzo que les daba vida. Palabras iban, palabras venían. Todas llenas de mil contrastes; de contrastes como el sabor y los ingredientes de la comida, dulce como el postre, salado como el plato fuerte. Adornos decoraban el bufete, como collares en el cuello de las damas, sillas tan ordinarias, como, el temperamento de los caballeros. Una marquesa que parecía ser de la realeza, de un mundo que pudo conseguir, pero, que finge en el pertenecer. Un trono que alguien le regaló, y, del cual hace un safajón, fingen ser monarcas, pero, solo son plebeyos. Alrededor, su comité, comité conformado por patriotas y vecinos; más valorados que a sus propios seguidores. Asistentes obligados a seguir un protocolo bipartidista, de una política izquierdista, fingiendo ser derechistas. Irritables como el olor de un perfume barato, y que, se posa sobre la mesa creyéndose de diseñador. Momentos tan pesados, en los que, un descanso es más que justo y necesario, el fin es tan anhelado, y cuando llega, de allí provoca salir volando. Retorna una realidad que pocos quieren ver, que pocos ven, y que, muchos no ven. Una recepción como un político en busca de la reelección, tan patético como sus ganas de ser parecido. Parientes que se miran con amor, porque el negro de su corazón no puede negarlo con solo una expresión. Gente que odia su color de piel, solo, para ganar un estatus infiel. Hablan entre dientes para no ser escuchados, pero, el susurro de sus labios es olvidado y delatado. Se creen mejores políticos, sin solo conocer el significado de la palabra. Juegan a ser adjuntadores en un senado, donde, los decretos son firmados sin ser objetados. Secretan lapidas para no ser juzgados, maltratan inocentes, pero, los velan y mienten en apreciarlos por siempre. Dan pan y vino, pero, no se percatan de aquel que no vino. Toman en su ausencia, pero, no alimentan su presencia. Destruyen su riqueza, y, se aprovechan de su nobleza, amamantan su riqueza pero envejecen su pobreza. Dictan sermones ricos en puntos, miserables en turnos. Juegan con títulos que, a la larga, solo sirven de peso en unos portafolios que guardan en escritorios escamosos. Una sociedad tan farsa como una moneda de cuero, que, toman discursos ya dictados, y, lo acomodan a su letra, sin el mínimo grado de pundonor. Se dan golpes de pecho con bastones de bledo, fuertes como el roble, débiles como el cobre. Columnas inclinadas a torceduras que, pretenden callar la verdad con un montón de sofismas. Sueñan con ser presidentes, pero, con trapos tan sucios como los de un indigente. Caminan descalzos fingiendo ser descomplicados, pero, que cuentan los segundos en colocarse sus zapatos para no sentirse rebajados. Reclaman derechos sin sentido y exigen explicaciones ilegitimas; toman sugerencias como opiniones, y, se brindan apariencias que macabras guardan galanteos. Esconden sus demonios en aureolas artificiales, que, son invisibles para los humanos, pero, delatables para los ojos marcianos. Dan decoro ajeno por sus hechos, porque: pretenden enseñar lecciones de moral, aquellos que tienen más cenizas que un volcán apunto de erupción. Contrastes en rumores que suelen ser ciertos, pero, calladas como la verdad, una verdad que se matiza ante el silencio. D’.’S. 27/07/2012 lo autobiográfico.
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Singer
Dawrin Saumet