Reinos: La Salamandra de Fuego
Publicado en Dec 05, 2012
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1er CAPITULO DE UNA HISTORIA QUE ESTOY ESCRIBIENDO.
                                                      EL NACIMIENTO
Gleba es un territorio de comarcas y seres mágicos, un lugar donde predominan montañas y arboles de diferentes tamaños y especies; su fauna y flora es muy viva y llena de colores, un ambiente donde todos quisieran estar pero a su vez un lugar donde se cumplen ciertas reglas para que todo este en equilibrio. En estas tierras habitan varias comarcas siendo las más importantes y poderosas las comarcas del Agua, Tierra, Fuego y Aire, cuatro y legendarios reinos. Alrededor de estos viven los aldeanos y hechiceros todos compartiendo sus reglas y sus propósitos para hacer de esté lugar un ambiente lleno de paz y armonía; aparte de esto tenemos también a las criaturas que habitan cada rincón haciéndolo más mágico y único.
Cada uno de los reinos tiene en sus manos el trabajo de diferentes materiales, esto hace que se complementen y compartan mutuamente para el beneficio de todos. Dentro de esta gran extensión de bosques y montañas existe un mercado amplio y lleno de esos productos o materiales que cada reino produce. El mercado Ferval un lugar de amplios y angostos pasillos donde se encuentran a los elfos, duendes, gnomos, hechiceros, brujas, aldeanos y escasos orcos que los demás temen o rechazan por lo grotescos que llegan hacer. En este mercado se pueden encontrar raíces y esencias para comidas y pociones, jaulas de todos los tamaños para cerdos, gallinas, conejos, búhos y murciélagos; vasijas y calderos de peltre, aluminio y bronce, tejidos hechos por los gnomos, libros de cualquier tema, mágicos, tratados de historia, poemarios y hasta recetarios para comidas entre otros; espadas, arcos, flechas y todo tipo de artículos para combates, hortalizas y frutas también eran vendidas en este mercado y muchas cosas más haciendo de esté un lugar ameno de encuentros.
Las aves nocturnas se apoderaban de los espesos arbustos llamando implacablemente el otoño ya que la estación en la que estaban era verano, una estación muy corta a diferencia de las otras pero muy calurosa llenando de vapor y rayos de sol ardiente… La luna se imponía grande y despejada bañando los techos de una luz ámbar donde vivían los hechiceros. Nocobo tenía alrededor de doscientos habitantes y una torre sencilla donde vivía el líder de esta comunidad; el camino era de piedras donde crecía la hierba entre cada espacio y el humo de las antorchas difuminaba la noche llenando el aire de esa fragancia ahumada de las llamas rojas que chisporroteaban hacia el cielo.
En la entrada de Nocobo se escucha el siseo de los pasos de una apresurada persona, sus ojos se movían constantemente buscando la torre donde vivía el líder, el forastero salto los escalones hasta la puerta y sin ningún aviso abrió angustiado. - ¿qué ha pasado Henry? Pregunto el hombre haciendo a un lado su capa de viaje. - es ¡Agatha! Harvest, está por darte un bebe dijo Henry sonriéndole débilmente al líder de la comunidad. Harvest era quien guiaba a la comunidad de los hechiceros conjuntamente con el oráculo, este miro la cara compungida de Henry diciéndole - no tienes por qué ser tan amable conmigo Henry ¿todo está bien? Pregunto con ojos aterrados. - Claro que todo está bien, no ocurre nada malo amigo, ¡vamos! Agatha te espera. Harvest subió corriendo la escalera de caracol hasta la recamara de Agatha, Agatha era la esposa de Harvest una aldeana de cabello liso azabache, ojos color miel y piel blanca, ella estaba acompañada de su madre y una amiga que atendía partos a las muchachas de la aldea. Todos parecían estar felices pero por dentro estaban atemorizados, Agatha estaba muy débil parecía que no aguantaría el parto pero debía tener fuerzas, esta vez no podía ser ella quien muriera dejando a Harvest solo con aquella criatura. Harvest salió para que la amiga de la madre de Agatha terminara su trabajo que desde hace tiempo había comenzado; Harvest vio en los pasillos el rostro de un niño que misteriosamente se oculto para no ser visto. - ¿qué haces tan tarde fuera de la cama Albor? Pregunto al niño que se asomo poco a poco. - solo quería saber cómo estaba la señora Agatha, fue inevitable escuchar los gritos que salen de su recamara respondió el pequeño de diez años. - todo está bien Albor respondió Harvest mirando los ojos grises del niño y colocando su mano sobre el cabello ondulado, acompañándolo de regreso al dormitorio.
La noche fue dura y larga, Harvest estaba cerca de la puerta y solo veía salir a la madre de Agatha que buscaba agua caliente y paños para su esposa; Henry un amigo hechicero de Harvest lo acompañaba y le daba animo en ese momento tan preocupante para él. Las velas y antorchas se fueron apagando hasta quedar solo cabos de luz que esperaban la mañana. El cielo empezaba a mostrar tonalidades violetas cuando se escucho el llanto de un bebe sobre los muros de aquella estancia, Harvest se levanto velozmente del suelo y se paro delante de la puerta donde la madre de Agatha salió para mostrarle al bebe envuelto en mantas. - ¡es una niña!, ya las sonrisas no salían tan forzadas, después de dos partos perdidos al parecer todo estaba bien ya tenían a la niña, ¿Cómo se llamara? Pregunto a Harvest quien estaba mirando por una rendija unos paños llenos de sangre y una ponchera de agua color escarlata, - ¿todo bien?. - sí todo bien, fue muy forzado el parto boto mucha sangre y mi hija está muy débil, te pregunto cómo le vas a colocar por nombre por qué Agatha no puede pensar en eso, no tiene fuerzas suficientes. - a ver mi vida ¿Cómo te llamare? le dijo Harvest sonriéndole a la pequeña que dormía profundamente… se llamara Andrómina, es un nombre que le gusta mucho a tu mamá y creo que estará feliz cuando sepa cómo te llamas. La madre de Agatha se lleva a la niña devuelta a la recamara y Harvest se fue a celebrar con su amigo Henry a la cocina, allí bebieron brandi hasta que Harvest se embriago y se quedo dormido, Henry lo ayudo y lo subió hasta una de las recamaras que estaba vacía acostándolo para que descansara…
La tarde fue desplegando sus rayos naranjas traspasando el cristal de la ventana donde dormía Harvest, esté sintió la luz cegadora sobre sus parpados despertando de la cama sobresaltado, todo aquello que había vivido anoche parecía mentira pero afortunadamente no lo era. Al llegar a la cocina estaba allí una joven que hacia la limpieza de la torre, llevaba un delantal rosa sobre un vestido sencillo que llegaba hasta sus rodillas, sus mejillas eran pecosas y rosadas y sus ojos negros se toparon con Harvest quien venía con un leve dolor de cabeza. - Buenos días señor Harvest, quiero obsequiarle mis más sinceras felicitaciones, acabo de ver a la niña y es una ternura. - gracias Dorothy dijo Harvest frotándose los ojos para ver mejor. - mire lo que han traído a su esposa señor Harvest, está cesta de frutas la trajo la familia Demóstenes, esté delicioso pan de miel la señora Germelina con su hija, también trajeron a la niña una preciosa manta tejida por los gnomos, el señor Eufronio y su esposa le trajeron aquellas flores silvestres; Dorothy iba a continuar explicándole pero Harvest siguió adelante sonriéndole y escuchando entre murmullos que estaba muy agradecido pero que iba a ver a su pequeña, ella lo miro sonriente y camino de nuevo a la puerta donde había sonado nuevamente la campana. Harvest subió vigorosamente aquellas escaleras de piedra hasta la recamara de Agatha, ella estaba semidormida sobre las mantas blancas, su cabello estaba tejido en una crineja que llegaba hasta su pecho, Andrómina se mecía en una cuna de madera que estaba suspendida por medio de un hechizo en el aire y se movía pos si sola suavemente, la cuna era un regalo que su amigo Henry le había obsequiado, Harvest se acercó dócilmente a la cama y le da un beso en la frente a su esposa despertándola, está abrió los ojos y sonrió débilmente a Harvest. - ¿te sientes bien? - me siento un poco débil y agotada, Andrómina se llevo todas mis fuerzas pero pronto estaré bien esboza Agatha tratando de sentarse sobre las almohadas. Harvest se acercó a la cuna que se detuvo y toma a la niña en brazos. - ¿te gusto el nombre que lleva nuestra adorable pequeña?. - ¡Oh si! exclamo Agatha, ese nombre lo vi en uno de tus libros de historia ¿recuerdas?, y según lo que leí Andrómina era una líder que lucho contra la opresión de los esclavos, espero nuestra niña sea una gran líder para esta comunidad. En ese momento Albor abre la puerta poco a poco, llevaba unas flores silvestres que corto del sendero, Agatha sonríe dulcemente y lo abraza con fuerza por tan bello gesto. - son tus flores preferidas dijo el pequeño ¿Cómo se siente señora Agatha?. - están muy hermosas querido, gracias por tan hermoso detalle pero me molestare sino me llamas simplemente Agatha, ahora formas parte de nuestra familia y te queremos como si fueras nuestro hijo verdad Harvest. - es cierto Albor, tus padres fueron como mis hermanos y tu nacimiento representa para mí como el de un hijo, tristemente tus padres no están ahora pero me han encomendado tu seguridad y tu protección el cual es un gran honor tanto para Agatha como para mí; así que deja de llamarnos señor y señora y llámanos simplemente por nuestros nombres hasta que te sientas seguro de llamarnos papá o mamá o incluso hasta tíos… Albor se sentía muy bien con Harvest y Agatha, a pesar de que sus padres tenían meses de muertos no se sentía tan solo ahora tenía prácticamente a una hermana con la que podría jugar.
Los días fueron pasando hasta que el color amarillo que tenia Agatha fue desapareciendo, ya podía levantarse de la cama y caminaba hasta la ventana con Andrómina en brazos para que escuchara la melodía de los pájaros sobre los arboles, algunas veces se le escuchaba cantar canciones de cuna para su bebe. La comunidad preparaba un festejo para la recibida de Andrómina, muchos no se atrevían a indagar sobre el embarazo de Agatha incluso hasta el parto de ella estuvo muy callado ya que había tenido dos partos perdidos y hasta no ver al bebe en brazos de Harvest no estarían preparados para felicitarle y compartir con él está nueva alegría.
El equinoccio de otoño llega a Gleba con nuevos cambios climáticos, otoño es un tiempo de cosechas los aldeanos siembran maíz y los campos y senderos se llenan de altos girasoles. Los preparativos de la bienvenida de Andrómina eran cada vez mayores, los hechiceros colocaron en la entrada de Nocobo cientos de globos que flotaban por toda la comarca, también tenían listones y banderines de color rosa y blanco por toda la comunidad, colocaron una pancarta donde las letras cambiaban de color mostrando el nombre de la bebe. Los aldeanos conocidos de Agatha llegaban con regalos y comida para el festín que colocaban en unos mesones de madera, Harvest recibía a los forasteros sonriendo muy feliz esperando que Agatha saliera con Andrómina. La mañana tenía un aura especial, la felicidad de Harvest y Agatha era muy agradable, Agatha lucia más hermosa su piel blanca se veía hidratada y llena de vida y los ojos de ambos tenían un brillo especial; los niños de la comunidad entre ellos Albor lanzaron unos pájaros que ha cierta altura estallaron convirtiéndose en una lluvia de pétalos que caía sobre los aldeanos y hechiceros, la bebe pasaba de brazos en brazos sobre la comunidad que admiraba aquellas mejillas rosas y ese cabello color castaño que crecía en ondas.
La fiesta fue tomando más vida a medida que avanza el día, los niños corrían de un lugar a otro sin parar, los aldeanos habían invitado a un par de elfos para que tocaran algo de su buena música y así poder bailar un rato. Los elfos eran mayormente los que más relación tenían con los aldeanos y hechiceros ya que los otros reinos eran muy cerrados, aunque los orcos estaban descartados por completo ante cualquier festín, eran totalmente desagradables. La noche fue opacando el crepúsculo de matices dorados, las antorchas que estaban en las calles de Nocobo se encendieron iluminando todo a su alrededor, Agatha ya había entrado con Andrómina a la torre, la brisa fría de otoño no era buena para las dos así que dejaron a Harvest celebrando junto a los demás. Harvest se acercó a los elfos para conocerlos, eran cuatro elfos todos de cabello largo recogidos por una cola, su piel era muy blanca llena de lunares que parecían constelaciones y sus ojos eran muy llamativos y vivos dejándote como hipnotizados. - mucho gusto, soy Harvest el líder de esta comunidad, gracias por estar aquí compartiendo su buena música. - es un placer para nosotros dijo el elfo de cabello negro, soy Sadoz y ellos son Antimo, Epimaco y Nicasio; tener un hijo es algo maravilloso ya que proviene de algo tan hermoso como el amor, tu esposa es una mujer muy sencilla y especial se le nota en sus ojos. - gracias ¿tú tienes hijos? expresa Harvest. - claro es aquel que está con aquel niño de cabello ondulado. Harvest voltea para observarlo - ah ok, el también es mi hijo se llama Albor, por lo que veo se están haciendo muy buenos amigos.
La noche fue impregnándose más, Harvest se despedía de los aldeanos, los forasteros tomaban sus lámparas de aceite para irse, algunos se iban en caballos y otros se acompañaban en grupos por el sendero. Los últimos en irse fueron los elfos, son unas creaturas tan vivas y llenas de música que siguieron tocando al irse por el sendero, Harvest y Albor los despedían con las manos arriba. - los elfos son maravillosos esbozo Albor, son tan divertidos y sabios hoy conocí al hijo de uno de ellos y quede en ir uno de estos días a su comarca. - ¡qué bueno!, la alegría y la manera en la que ven la vida es muy interesante, estaré encantado en llevarte ¿Cómo se llama? - se llama Aikánaro y es mayor por cinco años, me estuvo contando sobre sus tradiciones. - que bien comenta Harvest quienes ya habían entrado a la torre, bueno ahora a la cama ya es tarde. - buenas noches sr… Harvest. - buenas noches hijo, acercándose a él le da un beso en la cabeza.
Los meses fueron pasando como las páginas de un libro, la brisa se volvía cada vez más fría e inerte, otoño había dado paso a la estación de invierno poco a poco todo se cubría de neblina y de una nata blanca sobre las copas de los arboles, senderos y los techos de las comarcas. El humo salía constantemente sobre las chimeneas, el fuego mantenía las paredes calientes ya que el invierno era una estación muy gélida. La ropa tejida por gnomos era muy útil en esta estación y el mercado Ferval estaba al día con eso; Harvest se fue una mañana con Albor para comprar ropa a Andrómina y al pequeño quien estaba muy emocionado. Llegaron al mercado y dejaron el caballo atado con los demás en la entrada, Albor nunca había estado allí y por lo tanto estaba tratando de admirar todo. El mercado se alzaba sobre el cielo con unos toldos gigantescos que se ataban al suelo con grandes estacas de hierro, tenia banderines de color purpura algunos más viejos que otros; al entrar todo era dividido por pasillos habían unos angostos y otros anchos, todo estaba abarrotado de gente comprando infinidades de cosas. Pasaron por ventas de perfumería que desprendían esencias de todos los olores, unos segundos más allí y quedaban asfixiados, estantes de muchos libros, mercerías y hasta por una sala de adivinación donde una gitana aseguraba saber tu destino a través de las pupilas. Finalmente llegaron al pasillo donde vendían la ropa tejida por gnomos la tienda se llamaba Bola de Hilos, Albor se quedo mirando al gnomo que salió para atenderlos; salieron de allí con varias cosas entre ellas una manta nueva para Albor y para Andrómina gorros y manoplas, Harvest aprovecho de comprar leña, frutas y hortalizas, al salir Albor se asusto mucho con la persona que había chocado tenia piel dura como piedra color verdoso, ojos desorbitados negros y dientes que parecían no caber dentro de su boca; esté ogro lo miro con desprecio y al ver lo aterrado que estaba le gruño haciendo que Albor corriera enloquecido hacia Harvest que lo había dejado atrás. - ¿qué cosa es aquella persona? Comenta Albor nervioso. - es un ogro comenta Harvest con ceño fruncido ¿Por qué? - me he asustado, nunca había visto semejante criatura. - no puede ser, bueno tienes razón sino me equivoco está es tu primera vez en Ferval. - ¡sí! es extraño tampoco sé lo que nos atendió en Bola de Hilos es muy pequeña esa persona ¿pueden existir personas tan pequeñas? - hay Albor hay tantas cosas que tienes que aprender, eso era un gnomo se caracterizan por ser de estatura pequeña y claro te faltan por conocer a las hadas son más pequeñas aun.
Durante los días siguientes Harvest le dio unos libros a Albor para que fuera conociendo más a su mundo, tenía la historia de Gleba y sus comarcas, criaturas mágicas y su evolución y la historia de su comarca en 1000 años de magia, todas las noches y parte del día Albor leía constantemente esos libros, le gustaba mucho leer… Andrómina estaba creciendo poco a poco, ya tenía para esta época aproximadamente cuatro meses, había sacado los ojos de su madre color miel y de Harvest la nariz, aunque aun estaba pequeña él decía que en eso se parecían, su cabello seguía creciendo en ondas suaves y su sonrisa era el antídoto perfecto para olvidar aquellas terribles pérdidas… El invierno fue ascendiendo cada vez más, el gran riachuelo Acéfalo que cruza Gleba estaba parcialmente congelado, esté es una corriente de agua dulce que llega hasta el mar… Albor siguió estudiando aquellos libros, había aprendido muchas cosas sobre el origen de Gleba y de las clasificaciones dentro de cada comarca.
“Gleba resguarda dentro de sus extensiones cuatro reinos que se clasifican de la siguiente manera: Agua: comarca que se caracteriza por dominar materiales como el mercurio, la plata y el cobre, está reside al oeste en las extensiones del bosque Abrótano limitando con el mar. Tierra: comarca que se caracteriza por trabajar con el hierro, está reside al norte en las montañas de la Ágora. Aire: comarca que se caracteriza por transformar las estaciones y hacer que cada una de estas cumpla su función, está reside al este en el valle de Melopea. Fuego: comarca que se caracteriza por dominar materiales como el oro y el latón, está reside al sur en las cavernas Astenias.
Albor se llenaba de muchos conocimientos era un niño tan sabio al igual que sus padres, lamentablemente las bondades no salvan a nadie de la muerte pero Albor a pesar de todo no se sentía tan triste, también había que sumarle que era tan solo un niño de diez años inocente y sin duda la muerte de sus padres no lo atormentaba.
Los colores vivos que representaban Gleba volvían a inundar sus territorios, el sol derretía la nieve dando paso de vuelta a la vida en la región a través del equinoccio de primavera; Andrómina estaba creciendo como las flores silvestres y Albor había pensado en visitar a Aikánaro pero Harvest estaba muy ocupado ajustando nuevos métodos en la reforma de la práctica de magia. Albor recibió la sorpresa de Aikánaro en la torre, fue muy agradable compartir de nuevo con él. - y al igual que tu padre ¿tú también tocas algo de música?. - todos en la Ágora tocamos música y bailamos aunque a mí en particular me gusta más practicar con mi arco, ver como la flecha llega justo al blanco. - ¡suena fantástico! yo había pensado en visitarte pero Harvest está ocupado y no podía llevarme aun, pero bueno me has sorprendido y ahora tu estas aquí de nuevo. - si mi padre me dijo que viniera, tenía unos pendientes cerca de aquí y así que aproveche para venir a visitarte, mi padre me comento lo bien que le cayeron tus padres. - bueno… te cuento que ellos no son mis verdaderos padres, son unos buenos amigos de mis padres que me recogieron a causa de la muerte de ellos. - oye que mal que tus padres estén muertos, ya mi padre me lo había comentado, una de nuestras habilidades es ver a través de la mirada de los demás ciertas cosas y eso lo percibió mi padre el día de la fiesta de Andrómina, ellos te tratan como a un hijo se les puede percibir. - wao eso es fantástico, es verdad me siento en familia estando aquí con ellos, lo que más miedo me da es olvidar sus rostros ha pasado tan solo meses y el no verlos se me hace tan extraño.
Harvest había regresado, Aikánaro y Albor estaban en la cocina comiendo algunas frutas. - ¿Cómo estas Aikánaro?, tu padre me lo he encontrado a las afuera de Nocobo, que bueno verte aquí. - hola señor Harvest, he venido a visitar a Albor, quedo en visitarme y ya ha pasado cierto tiempo así que aproveche en venir con mi padre quien tenia que hacer unas cosas cerca de aquí. - oh si discúlpalo yo he estado ocupado y no había tenido tiempo para llevarlo pero prometo en cuanto pueda acercarme o ponerme de acuerdo con tu padre, ya que no sé cómo llegar a la Ágora. Harvest dejo al elfo y a Albor en la cocina subiendo para ver a Andrómina quien jugaba sobre la cama con Agatha, ya la pequeña tenía siete meses el tiempo pasaba rápido haciéndola crecer velozmente... 
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Descripción

Palabras Clave: mitologa aventura magia

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (3)add comment
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Daniel Florentino Lpez

Buena narración!
Tienes imaginación y talento
Hay mucho potencial
Los detalles pueden corregirse
y el estilo mejora con la práctica
Felicitaciones
Un abrazo
Daniel
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December 12, 2012
 

Senior

Hola!! Muchas Gracias.. :)
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December 12, 2012

Mara Fuentes

Muy buena historia,... Ya quiero saber qué es lo que sigue.... x33
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December 07, 2012
 

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