Y aún con los ojos empañados… Mientras mi corazón se descama, con un dolor atroz… Con ojos totalmente empañados, sin ganas de reír, sin ganas de sentir, vivir o simplemente brillar, la mesa está tristemente adornada con pañuelos de nostalgia…Pero, en ese marco tan frágil, de pronto, en ese momento, y no en otro… En ese momento sin planificación, ocurre algo. Te sorprendes a ti misma, y por mucho que todo te duela, algo sucede. Sí, siempre es en el momento menos indicado, o tal vez, el más preciso, ese en el que necesitabas más fuerza. Qué más da. La cosa es, que en ese instante tu mundo se para, tragas la última saliva y ríes a carcajadas. Ríes y ríes, y sin darte cuenta vuelves, aunque sólo sea por un instante a sonreír. Qué más da lo que dure, en ese momento, lo único que importa, es que esa persona se molestó en hacerte reír, y quién sabe, es posible que ambos estéis sonriendo como dos bobos sin daros cuenta.