Y Eternidad temprana de ternura,
de humana consistencia en lo divino,
es la meta del viaje prolongado
entre lindes sin fronteras ni dominios.
Y Eternidad es la siguiente primavera
donde somos otra vez lo que siempre
hemos tenido como sueño irrenunciable;
ese ser jóvenes sin traumas...
jóvenes sin frustraciones de silencio...
jóvenes llenos de palabras
que son la luz de nuestro camino
y ese espacio éter de las musas
vistiendo de nombres nuestras almas
con los cuerpos nacientes florecidos
en el aroma de todos los segundos.
Y Eternidad  llamada existencia...
y verso... y poema... y sentimiento...
y algo más... mucho más...
equidistantemente conseguido.
 
Y Eternidad que descansa en lo vivido
y en lo vívido y constante inacabado.
¿Quién duda ya de que el futuro
es este presente donde el sueño
nos hace líderes de lo existente?
Y Eternidad siempre presente.